En la Argentina, las energías renovables alcanzaron otro récord histórico durante el primer cuatrimestre del año. El impacto de la nueva potencia instalada incrementó la generación verde en casi un 21%, de acuerdo al último informe mensual de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
El impulso del segmento hacia finales de 2023 no solo se mantuvo sino que se aceleró, permitiendo a la industria alcanzar la generación más alta para el período de análisis en el país.
Este logro se debe en gran parte al aumento de la producción en los segmentos eólico y solar, así como a una mayor hidraulicidad.
Durante el primer cuatrimestre, la producción verde acumulada fue de 7.507 GWh, un incremento del 20.9% respecto a los 6.208 GWh del mismo período en 2023.
El aumento en la generación se debe principalmente a la inauguración de diversos parques renovables y a un mayor factor de carga de proyectos clave.
Aunque el récord histórico mensual de energía verde se registró en noviembre del año pasado, en enero y marzo de este año se alcanzaron el segundo y tercer registro más alto. Los parques eólicos generaron 5.241 GWh en el primer cuatrimestre, un aumento del 19.2%, lo que representa casi el 60% de toda la producción verde del país.
Los proyectos fotovoltaicos también contribuyeron significativamente, con un incremento del 19.5% interanual, alcanzando 1.299 GWh, un nuevo récord histórico de generación solar.
En esa línea, la reciente convocatoria del Mercado a Término de Energías Renovables (MATER) para el primer trimestre de 2024 reflejó un interés del sector privado por la generación de energías renovables en Argentina.
Cammesa recibió 48 proyectos que buscan obtener prioridad de despacho, con una capacidad máxima solicitada de hasta 3.702.2 megavatios (MW).
Este número se acerca al récord de octubre de 2023, cuando se recibieron 5.314.5 MW en 60 proyectos.
La capacidad mínima solicitada en esta convocatoria es de aproximadamente 1.265.8 MW, mientras que la capacidad total de los parques presentados podría alcanzar hasta 4,782.9 MW, considerando que algunos proyectos ya cuentan con un porcentaje de su capacidad con prioridad de despacho.
Las plantas fotovoltaicas dominan la convocatoria, con 29 solicitudes que totalizan 2.598.8 MW de capacidad máxima solicitada. La energía eólica ocupa los restantes 19 parques, con una capacidad mínima asignable de 629.8 MW hasta 1,721.6 MW.
Además, 11 de los proyectos presentados incluyen inversiones en la expansión de las redes de transmisión eléctrica nacional. Seis de ellos están asociados a plantas de generación solar y eólica, mientras que los otros se vinculan a la ampliación de la estación transformadora 500 kV Bahía Blanca para los parques eólicos El Mataco II, Mataco III y La Victoria.
Las regiones de mayor interés para el desarrollo de energías renovables en esta convocatoria incluyen el Corredor de Cuyo, la provincia de Buenos Aires Centro-Sur, el NOA, la Zona Centro, el Comahue, la Costa Atlántica y el Noreste Argentino.
La positiva respuesta del sector privado a esta convocatoria del MATER indica un progreso notable en la transición energética de Argentina.
La diversificación de la matriz energética con fuentes renovables es crucial para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar los efectos del cambio climático.
El panorama global de las inversiones en energía está experimentando una transformación significativa, impulsada por la necesidad de abordar el cambio climático y asegurar un futuro sostenible. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha destacado un aumento en las inversiones en energías limpias, alcanzando los dos billones de dólares en 2024, casi el doble de lo destinado a los combustibles fósiles.
A pesar de este avance, la AIE advierte que estos esfuerzos todavía no son suficientes para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Para lograr este objetivo, se necesitarían medio billón de dólares adicionales anualmente en energías limpias, con un enfoque especial en los países en desarrollo, excluyendo a China.
El concepto de energías verdes abarca una amplia gama de tecnologías, desde las energías renovables hasta los vehículos eléctricos, la energía nuclear, las infraestructuras de almacenamiento, los combustibles de bajas emisiones y las mejoras en eficiencia. En el ámbito de la generación de electricidad, la inversión en energías renovables y nuclear ha crecido significativamente en comparación con los combustibles fósiles, impulsada principalmente por la energía solar fotovoltaica.
En la reciente COP28 de Dubai, se destacó la urgencia de duplicar la financiación destinada a energías limpias a nivel mundial para 2030. Sin embargo, este esfuerzo no debe ser uniforme en todas las regiones del planeta, debido a las diversas condiciones económicas y de infraestructura. China lidera estas inversiones globales, seguida por la Unión Europea y Estados Unidos. Estos tres bloques concentran dos tercios del total, mientras que los países en desarrollo están considerablemente atrasados, representando apenas el 15% del total de la inversión.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, subrayó la necesidad imperiosa de incrementar la inversión en las economías emergentes, donde existe una marcada carencia de acceso a energía accesible, sostenible y segura. En este escenario, los precios de los paneles solares han disminuido considerablemente en los últimos dos años, fomentando la inversión en esta tecnología. Se proyecta que la inversión total en electricidad, abarcando redes y sistemas de almacenamiento, llegue a los 1.4 billones de dólares en 2024.
Por otro lado, la inversión en combustibles fósiles sigue aumentando, aunque a un ritmo menor. En 2024, la inversión en petróleo y gas se incrementará un 7%, alcanzando los 570.000 millones de dólares, impulsada principalmente por compañías estatales de países productores. Sin embargo, las empresas del sector de hidrocarburos solo dedicaron el 4% de sus gastos de capital en 2023 a energías limpias. El carbón, responsable de la mayor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, también está atrayendo más inversión, con proyectos aprobados para 50 gigavatios de potencia en el último año, la cifra más alta desde 2015.
El informe de la AIE también muestra un aumento en la demanda mundial de electricidad, impulsada por un sólido crecimiento económico, intensas olas de calor y una mayor adopción de tecnologías que funcionan con electricidad, como los vehículos eléctricos y las bombas de calor.
La demanda mundial de electricidad crecerá un 4% en 2024, frente al 2.5% de 2023, con una expansión rápida de las fuentes renovables, aumentando su participación en el suministro eléctrico mundial del 30% en 2023 al 35% en 2025. La energía solar fotovoltaica jugará un papel crucial en satisfacer este crecimiento.
Asimismo, en muchas partes del mundo, el uso creciente del aire acondicionado seguirá siendo un factor importante en la demanda de electricidad.
En el primer semestre de 2024, varias regiones sufrieron intensas olas de calor que elevaron la demanda y pusieron a prueba los sistemas eléctricos. Keisuke Sadamori, director de Mercados y Seguridad Energética de la AIE, dijo que se espera que el crecimiento de la demanda mundial de electricidad este año y el próximo sea uno de los más rápidos de las últimas dos décadas, subrayando el papel creciente de la electricidad en nuestras economías y los impactos de las olas de calor severas.
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