La Secretaría de Trabajo, que dirige Julio Cordero, tuvo que dictar de urgencia el miércoles pasado la conciliación obligatoria para evitar que una amenaza del sindicato de petroleros jerárquicos de Neuquén escale hasta un conflicto en Vaca Muerta. El gremio que conduce Manuel Arévalo —uno de los dos con capacidad de afectar la actividad hidrocarburífera en la cuenca Neuquina— tomó por sorpresa a las empresas operadoras y de servicios petroleros al reflotar dos reclamos de larga data de la organización que, pese que nunca habían prosperado, tienen altas chances de validarse en las próximas horas, según explicaron a este medio fuentes privadas.

Todo se definirá mañana miércoles cuando Cordero reciba a Arévalo y a representantes de las empresas petroleras en las oficinas de Trabajo en el centro porteño. «No hay chance de extender la conciliación, por lo que debería haber algún tipo de respuesta favorable del sindicato», indicó en un despacho oficial. Aunque en un primer momento se especuló con que la medida de fuerza impulsada la semana pasada tenía vinculación con la reglamentación de la Ley Bases, que motivó que la mayor parte de los trabajadores jerárquicos empezara a pagar el Impuesto a las Ganancias, la mayoría de las fuentes consultadas descartó esa posibilidad.

Los reclamos

En primer lugar, Arévalo exigió el pago de horas extras para los trabajadores jerárquicos de la industria —supervisores, técnicos y personal gerencial—, a pesar a que el esquema con el que se remunera a esos operarios ya prevé una serie de adicionales equivalentes a lo que representaría el cobro de ese concepto. «Los jerárquicos cobran una compensación adicional del 23% del salario básico para evitar un solapamiento con el salario de los trabajadores de base. Fue la manera que se encontró hace años para mantener el valor real del ingreso de los empleados jerárquicos, que además cobran otra serie de adicionales», explicó un directivo de una de las principales petroleras de la cuenta Neuquina.

En conversación con este medio, Arévalo señaló que los trabajadores jerárquicos no perciben el pago de horas extras porque “las empresas que no las pagan porque dicen que están consideradas en otro ítem, pero esto no ha sido comprobado”. El titular del gremio señaló que la resolución 2128/14 del Ministerio de Trabajo establece el pago de ‘horas suplementarias’, aunque asegura que “las empresas nunca ajustaron el valor por paritarias y el número quedó en el olvido”. En este sentido acusó a las cámaras empresarias «de tirarse la pelota» y que, en el medio, “rompen la paz social y nos quieren hacer quedar como irascibles”. “La situación hoy está muy tensa”, expresó.

Por el lado de las empresas, la posición está dividida. Una fuente privada indicó que “no se entiende por qué traen a colación este reclamo, hasta ahora nunca hubo problemas porque hubo reuniones con todos los sindicatos jerárquicos y se acordó como se iban a pagar los adicionales”. Pero otro ejecutivo del sector adelantó que mañana podría terminar de saldarse la cuestión con una actualización de los valores y conceptos incluidos en la resolución 2128. «Se está trabajando en esa dirección. No sabemos si mañana se cierra, pero es probable que las partes encuentren un punto de acuerdo», afirmó.

1×1

El segundo reclamo es todavía más ambicioso. Arévalo planteó una reformulación del diagrama en la jornada de trabajo en las empresas de servicios especiales, específicamente para la perforación direccional que se utiliza en los pozos horizontales de Vaca Muerta. Se trata de un segmento estratégico para la explotación no convencional, porque las compañías involucradas —como Halliburton, Schlumberger, Weatherford, Clafrac y Tenaris, entre otras— se encargan de fracturar hidráulicamente los pozos en Vaca Muerta.

Manuel Arévalo, acompañado por su hijo Maximiliano (el primero a su izquierda); Valentín Bevacqua y Rubén Maluenda.

Arévalo reclama que en lugar de aplicar el diagrama actual de «2×1», es decir, que por dos días de trabajo hay uno de descanso, se pase a utilizar un diagrama “1×1”, que solamente es aplicado por San Antonio, de las principales empresas de perforación que en el área de servicios especiales tiene una presencia periférica. Quien consiguió que San Antonio opere con un diagrama «1×1» es Valentín Bevacqua, delegado por el gremio en esa compañía y actual secretario gremial del sindicato jerárquico. Junto con Rubén Maluenda, Bevacqua lidera la línea más belicosa del gremio y al ser oriundo de Rincón de los Sauces, el bastión del norte neuquino de donde surgió Marcelo Rucci, trabó una relación personal con el líder del sindicato petrolero más importante del país.

Arévalo aseguró que “son los trabajadores los que solicitan este cambio, no es una ocurrencia del sindicato” y argumentó que “lo estamos reclamando para un tipo de trabajo complicado y muy absorbente en ese sector”, en referencia a los trabajadores que realizan el servicio de operaciones direccionales en los pozos.

Sucesión en marcha

Desde la óptica de las empresas, masificar un diagrama «1×1» implicaría más que duplicar y casi triplicar el personal afectado a las compañías de servicios especiales, con el consecuente impacto sobre los costos de desarrollo de Vaca Muerta. «Pero, aún así, hay altas probabilidades de que mañana la cuestión se termine resolviendo a favor del gremio», explicó una de las fuentes consultadas.

Como trasfondo de esta agenda de mayor belicosidad se encuentra la intención de Arévalo de posicionar internamente a su hijo Maximiliano, secretario adjunto del gremio, como candidato natural para asumir la conducción del Sindicato de Personal Jerárquico y Profesional del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa a partir de 2026, cuando se elijan nuevas autoridades.

Arévalo, el creador de del sindicato jerárquico hace más de dos décadas, mantiene vigente el respeto del sistema político-privado de Neuquén, aunque tendría decidido que el actual sea su último mandato al frente del gremio. En esa clave, para empezar a edificar la sucesión en torno a la figura de su hijo, primero debe desbloquear la agenda de Bevacqua, otro de los aspirantes a heredar la conducción de la organización.

«Bevacqua logró que San Antonio Internacional (SAI) apruebe el diagrama 1×1 para el servicio direccional en campos convencionales, pero desde ese momento la empresa empezó a perder terreno en el mercado de servicios especiales porque no puede competir porque tiene costos más altos que el resto. A raíz de eso, Bevacqua comenzó a erosionar su legitimidad dentro de las bases de SAI. Arévalo quiere obtener una victoria en el reclamo del 1×1 para contentar a Bevacqua y asegurar que apoye a Maximiliano en la sucesión», analizó un ex funcionario neuquino que sigue de cerca los acontecimientos.

La retirada

Arévalo renovó su cargo como titular del sindicato jerárquico en abril de 2022 por un período de cuatro años que culminan en 2026. Al finalizar, el secretario general cumplirá 26 años al frente de la conducción de la organización que él mismo impulsó en el año 2000, que cinco años después logró que el Ministerio de Trabajo le otorgara personería jurídica.

Su apuesta ahora es que Maximiliano, un dirigente de buenas formas que se desempeña como secretario adjunto y construyó una relación de confianza con Ernesto Inal, mano derecha de Rucci en el sindicato de petroleros privados, herede el trono. Obtener una victoria en estos dos reclamos históricos le allanaría el camino para viabilizar que la futuro de la organización quede en familia.

, Laura Hevia y Nicolás Gandini