El costo de la canasta de servicios públicos se redujo en octubre, pero la caída de los subsidios y el incremento tarifario en agua y energía complican la economía familiar. Se prevén más ajustes para 2025.
Según el Informe de Tarifas y Subsidios del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-CONICET) que dirige Julián Rojo, en octubre el costo de los servicios públicos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) experimentó una leve baja del 2,5% en octubre, alcanzando un gasto promedio mensual de $134.414 para los hogares sin subsidios. Esta reducción se explica, en parte, por el fin del consumo estacional de gas, aunque las tarifas de agua y electricidad mostraron incrementos. Sin embargo, la disminución de los subsidios sigue siendo una preocupación central, ya que registraron una caída del 38% en términos reales en lo que va del año, impactando principalmente en transporte, energía y agua.
El informe señala que el gasto en transporte sigue siendo el componente más elevado de la canasta, representando el 42% del total, seguido por electricidad y gas natural. En términos absolutos, los hogares del AMBA destinan $56.228 al transporte, $29.086 a la electricidad y $23.122 al gas, lo que evidencia el peso del transporte en el gasto mensual. Por su parte, la factura de agua promedio alcanzó los $25.978, con un incremento del 4,9% respecto a septiembre.
La cobertura de los costos de los servicios públicos por parte de los usuarios se ubica en un 53% en promedio, mientras que el 47% restante es financiado por el Estado. Esta cobertura ha ido en aumento durante los últimos meses, alcanzando su nivel más alto en once meses, en parte gracias a la gradual eliminación de subsidios y los ajustes tarifarios aplicados.
En términos de comparación anual, la canasta de servicios del AMBA se ha incrementado un 369% desde diciembre de 2023, con la factura de gas liderando la suba (715%), seguida por el transporte (601%), agua (289%) y electricidad (162%). A pesar de estos incrementos, el costo de la canasta representa un 12,2% del salario promedio registrado, lo que sugiere una creciente carga para los hogares, especialmente para los de ingresos medios y bajos, donde el peso proporcional de los servicios es mayor.
Impacto
La baja en los subsidios, del 38% en términos reales, se explica por la disminución en las transferencias hacia sectores clave como transporte y energía. CAMMESA y ENARSA representan los mayores recortes, con una reducción combinada de 25 puntos porcentuales en la caída total de los subsidios. Esta situación podría empeorar en 2025, ya que el proyecto de presupuesto prevé un recorte adicional que llevaría el gasto en subsidios a los servicios públicos a solo el 0,5% del PBI.
La cobertura tarifaria en el sistema eléctrico sigue siendo desigual: mientras los usuarios de altos ingresos (N1) cubren un 93% del costo, los de ingresos medios (N3) solo alcanzan el 41%, y los de bajos ingresos (N2) apenas el 26%. En gas natural, la situación es similar, con una cobertura del 88% para usuarios de ingresos altos y entre 32% y 40% para los de ingresos bajos y medios, respectivamente.
El transporte también ha sufrido modificaciones importantes. Desde septiembre, la carga fiscal del boleto integrado (Red SUBE) se transfirió a las jurisdicciones subnacionales, lo que provocó un aumento del 12% en el boleto promedio para las líneas provinciales.
La tendencia de ajuste en tarifas y subsidios anticipa un 2025 desafiante para los hogares del AMBA. La gradual eliminación de subsidios, sumada a los incrementos tarifarios previstos, podría profundizar la situación de vulnerabilidad de muchos usuarios. Mientras tanto, el costo de los servicios continúa absorbiendo una parte significativa de los ingresos familiares, generando preocupación sobre la sostenibilidad de este esquema de financiamiento de servicios públicos en el contexto de una inflación persistente y salarios reales en caída.