Luciano Fucello, director de la fundación Contactos Energéticos y country manager de NCS Multistage en Argentina, destaca la importancia del número de etapas de fractura como un indicador clave para medir el desarrollo productivo en Vaca Muerta. En un contexto de crecimiento proyectado para 2025, este parámetro se convierte en un barómetro esencial para la industria, reflejando tanto la actividad económica como las tendencias a largo plazo del sector energético argentino.
Las etapas de fractura como termómetro de Vaca Muerta
A medida que Vaca Muerta continúa consolidándose como una de las reservas no convencionales de petróleo y gas más significativas de Argentina y el mundo, las etapas de fractura se han convertido en un barómetro preciso para medir la actividad económica y técnica en los yacimientos.
Luciano Fucello, director de la fundación Contactos Energéticos, destacó recientemente que estos números son clave para interpretar las tendencias productivas y de mercado en el corto y mediano plazo. El conteo de etapas de fractura es una métrica cuantificable y objetiva que refleja no solo el movimiento de recursos y la dinámica logística, sino también la proyección de crecimiento a nivel sectorial.
“Los estudios han demostrado que existe una correlación directa entre el número de etapas de fractura y la futura producción de hidrocarburos”, explica Fucello. Esto se debe a que cada etapa representa un conjunto de operaciones que preparan al pozo para extraer hidrocarburos, lo que lo convierte en un indicativo fiable para prever la producción inmediata, tanto a nivel general como para cada empresa.
¿Qué es una etapa de fractura?
Una etapa de fractura es el proceso mediante el cual se inyectan grandes cantidades de arena y agua en un pozo para fracturar las formaciones rocosas y liberar así el petróleo y gas atrapados. Este procedimiento es altamente intensivo en recursos y equipos. Cada etapa de fractura en Vaca Muerta requiere, en promedio, aproximadamente 250 toneladas de arena y 1,500 m³ de agua, los cuales son inyectados a una presión de más de 10,000 PSI en la boca del pozo.
Este nivel de presión y los materiales necesarios conllevan un despliegue logístico de envergadura. Además del transporte de arena y agua, las operaciones requieren de equipos específicos y de personal capacitado para realizar la fracturación. De esta forma, cada etapa de fractura refleja no solo la actividad económica del sector, sino también la complejidad técnica y la logística implicadas en las operaciones en Vaca Muerta.
Proyecciones para 2024 y 2025
Las proyecciones de etapas de fractura en Vaca Muerta anticipan un crecimiento significativo. Según datos de la fundación Contactos Energéticos, en 2024 se prevé que el número de etapas de fractura alcance las 17,524, lo que implicaría un incremento del 19% en comparación con el año anterior.
Pero el mayor salto proyectado está previsto para 2025, cuando se espera un aumento del 37% en las etapas de fractura, llegando a un total de 24,008 etapas. Esta expansión se vincula directamente con la demanda de hidrocarburos a nivel nacional y regional, así como con el posicionamiento de Argentina en el mercado global de energía.
Infraestructura de fractura: el rol de las empresas de servicios
La capacidad instalada para realizar fracturación hidráulica en Vaca Muerta en 2025 estará distribuida entre diversas empresas de servicios. Halliburton lidera la lista con 4 sets de fractura, seguida por SLB (anteriormente Schlumberger) con 3 sets, mientras que Calfrac y Tenaris operan con 2 sets cada una, y Weatherford completa el grupo con 1 set.
Estos 12 sets de fractura reflejan la infraestructura técnica necesaria para sostener el crecimiento proyectado del 37% en las etapas de fractura para el próximo año. Cada set de fractura representa una instalación completa y autónoma capaz de realizar operaciones de fractura en un pozo, que incluye tanto los equipos como el personal especializado. Esta infraestructura permite a las empresas adaptarse a la demanda creciente y distribuir de forma óptima sus operaciones en Vaca Muerta.
Vaca Muerta: un pilar energético estratégico
El crecimiento proyectado de las etapas de fractura subraya la magnitud de la expansión en Vaca Muerta, consolidando a esta cuenca como un pilar clave para la industria energética de Argentina. Con estas cifras y proyecciones, Vaca Muerta no solo se posiciona como un centro productivo fundamental para la autosuficiencia energética del país, sino también como un actor estratégico en el ámbito internacional.
“Argentina debe entender que Vaca Muerta es uno de los activos energéticos más valiosos que tiene hoy en día”, indicó Fucello. “Estas proyecciones nos permiten dimensionar el impacto económico y la relevancia estratégica de estos recursos”. La expectativa es que este crecimiento en las etapas de fractura se traduzca en una mayor capacidad de producción de petróleo y gas, lo que a su vez permitirá una mayor participación de Argentina en el mercado global de energía y contribuirá a la estabilidad económica nacional.
Un futuro de crecimiento sostenido
Las cifras y el contexto logístico, sumado a la inversión en infraestructura de fracturación, colocan a Vaca Muerta en el foco del desarrollo hidrocarburífero del país y de la región. Con una inversión sostenida y un compromiso de las empresas de servicios para mantener la infraestructura necesaria, se prevé que Vaca Muerta siga siendo una fuente crucial de ingresos y estabilidad económica para Argentina, además de un actor clave en la geopolítica energética.
El seguimiento del número de etapas de fractura se convierte, por tanto, en una herramienta indispensable para proyectar la productividad y crecimiento de esta industria. La combinación de recursos, tecnología e inversión en infraestructura refleja una visión a largo plazo para Vaca Muerta, en la cual Argentina encuentra no solo un motor económico, sino también un instrumento para asegurar su posición en el ámbito energético mundial.
(Artículo realizado por el Servicio de Noticias de Canal 7 Neuquén).
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