El gobierno de Javier Milei enfrenta diversos desafíos en lo que respecta al sistema eléctrico del país. En primer lugar, deberá atravesar los picos de consumo que se registrarán durante el verano con ayuda de su plan de contingencia. A su vez, a mediano y largo plazo también deberá analizar cómo se dinamizarán las diversas obras que existen para el desarrollo de líneas de alta tensión que se precisan puesto que el sistema se encuentra saturado. En el último episodio de Dínamo, un nuevo espacio de streaming realizado por EconoJournal para fomentar el debate en materia de energía, Flavia Royon, Juan José Aranguren y Julián Gadano debatieron sobre la gestión del gobierno, el impacto de los subsidios energéticos y analizaron cómo queda configurado el nuevo esquema luego de los cambios en la Secretaría de Energía.
Cambios en Energía
Gadano se refirió a la renuncia del ex secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, y consideró que “había un interés por parte de Economía de coordinar más respecto a los objetivos de política macroeconómica. Veo una actitud pragmática en las autoridades del Ministerio de Economía y dentro de esa actitud se está tratando de buscar que todo vaya en línea con el objetivo inflacionario. El equipo energético no pudo llevar adelante las ideas que tenía. Eran ideas para un país ideal”.
Royon advirtió: “Ojo con enamorarse de decir ‘controlo la inflación’ y patear el problema para más adelante. Creo que la Secretaría tiene que estar muy alineada con el ministro de Economía para ser rápidos en la ejecución de medidas. Quedó en un gris sobre el cómo seguir. Se habló de la Canasta Básica Energética (CBE), pero no se avanzó. El decreto de la segmentación terminaba en diciembre del año pasado, pero eso era algo provisorio. No hubo una claridad en cómo se iba a implementar la CBE”.
Mercado desregulado
El objetivo del ex secretario de Energía era ir hacia un mercado desregulado y que haya libre contractualización entre generadores y distribuidores, que el Estado no tenga el rol de interventor. Sin embargo, en la práctica esta fue una medida de difícil aplicación. Aranguren planteó que hubo un problema de diseño organizacional.
“Si vos no nombras a los jugadores de tu equipo y te los pone otro es difícil. Cuando no está alineado el equipo hay inconvenientes. Esta administración en vez de resolver eso, puso un ministro coordinador de Energía y Minería porque a los secretarios los había puesto otro”, indicó el ex ministro de Energía.
Respecto a cómo sortear los picos de consumo del verano, Aranguren planteó que hay que pensar en cómo gestionar mejor la demanda y cómo cubrir un parque que está obsoleto.
El gobierno de Alberto Fernández había realizado en julio del año pasado una convocatoria con el objetivo de sumar 3340 megawatt (MW) de potencia térmica, la TerConf. La licitación se concretó en septiembre y en noviembre se adjudicaron los contratos, pero el gobierno de Milei anuló el proceso. El argumento fue que la adjudicación se había realizada a menos de un mes de la asunción del presidente Javier Milei, lo que resultaba llamativo y “un motivo más que suficiente para revisar el proceso llevado a cabo”.
Aranguren analizó este accionar y sostuvo: “Este gobierno se tomó varios meses para postergar la firma de los contratos hasta que en julio dictó la resolución 151/2024 para decir que los cancelaba. Y a los dos meses y medio sacó unaresolución sobre un plan de contingencia del verano. Es un poco loco”.
El ex ministro puntualizó que el tema estructural está en cómo gestionar la demanda. “No puede ser que la demanda en el pico aumente todos los años entre 900 y 1000 MW y la generación aumente 800, pero con un factor de carga de 45 porque la mayoría es del Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable (MATER). Siempre le estamos corriendo de atrás. Hay que impulsar mecanismos para que esto no pase”, cuestionó.
¿Cómo resolver esta situación? Aranguren consideró que se debe tener y fomentar un consumo racional de la energía y que se necesita tener eficiencia energética. “Quieren dar una señal de una inflación a la baja y por lo tanto riesgo país a la baja, pero hay un límite porque ahora, probablemente, nos vamos a poner de sombrero el verano con la situación que tenemos”, aseveró.
Royon afirmó que desde las diferentes gestiones se hizo un esfuerzo por la eficiencia energética. No obstante, remarcó que las personas de bajos recursos no pueden cambiar sus electrodomésticos por algunos más eficientes, pero que hoy existe tecnología disponible que en la Argentina todavía no se está utilizando como los medidores inteligentes o las Smart grids, que serían un buen punto de partida.
Subsidios energéticos
Sobre cómo definir una tarifa que permita pagar esas tecnologías, la ex secretaria de Energía expresó: “Hasta que no baje la inflación y el riesgo país va a ser difícil ir a esquemas mucho más desregulados. Nuestra hoja de ruta era que el usuario del Nivel y la industria pagara el costo pleno, pero hoy los estamos subsidiando de nuevo. Hay una visión política sobre la intervención del Estado. Yo creo que este es un mercado de pocos jugadores, regulados, y que tiene que haber una posición del Estado y un cuidado hacia la gente. Yo no veo una Argentina sin subsidios energéticos”.
Gadano marcó que al comienzo de la gestión no hubo claridad de hacia dónde ir, pero que ahora sí. “El mercado energético necesitan ser administrado, tener reglas de juego claras de largo plazo si no va a ser difícil que vengan inversiones. Tenemos que pensar qué tipo de mercado queremos tener. Hay que ir a un sistema en el que no haya segmentos y que se subsidie a quienes no puedan pagar, pero teniendo eso muy definido. No subsidiar a la oferta, sino a la demanda”, consideró.
Aranguren indicó que hay que subsidiar a la demanda, pero no con un precio distinto, sino con el mismo precio y retribuyendo o pagándole en forma directa al que está demandando la energía con una tarjeta, de modo que los consumidores observen en la factura el costo de producir, transportar, distribuir la energía y que exista la posibilidad de que los consumidores cambien su perfil de consumo.
Problemas
Royon y Aranguren analizaron cuáles son los desafíos para establecer políticas de subsidios y determinar a qué sectores otorgárselos. En base a esto, marcaron que uno de los principales obstáculos para poder diseñar una estrategia eficiente es que las bases de datos son inconsistentes.
“En la Argentina tenemos una economía informal. Es difícil ser consistente. El control es complejo. Lo hablé con Rodríguez Chirillo cuando hicimos la transición porque la CBE como concepto me parecía correcta, pero no veía que sea implementable por los problemas que nosotros tuvimos. Es difícil lograr darle esa plata a la gente y que la use para pagar la factura. Para mí era eficiente tener un precio diferencial. La segmentación fue exitosa, pero era temporal. Tenía que terminar e ir a un esquema más consistente. Para mí, deberíamos ampliar la tarifa social, acordar con las provincias”, aseguró Royon.
Gadano consideró que “no puede ser que el 65% de la población argentina reciba algún tipo de subsidio. Estamos mal económicamente pero no somos un país del África subsahariana. Hay gente que está recibiendo subsidios cuando no los necesita. Hay que ir a un sistema en el que el que reciba subsidios esté por debajo de la línea de pobreza de acuerdo a algún indicador objetivo que defina eso”.
Plan de contingencia para el verano
El plan que preparó el gobierno para el pico de consumo que se va a registrar durante los meses de verano se basa en tres medidas centrales. El gobierno pagará una remuneración adicional a las empresas generadoras que garanticen la disponibilidad de máquinas viejas, que suelen estar fuera de servicio. Además, reconocerá una bonificación económica a grandes industrias que dejen de consumir energía en días de mucho consumo domiciliario. Al mismo tiempo, se instalarán unidades móviles de generación en las redes de Edenor y Edesur.
Aranguren realizó un repaso sobre este plan y concluyó que la solución no es seguir manteniendo máquinas obsoletas. “El gobierno está ofreciendo pagar por el no consumo a los GUMA. Esto es un error serio y tiene un impacto en la economía. Normalmente se negocia con las empresas de que hagan paradas de planta en los períodos de mayor demanda. Entre las fiestas y la segunda semana de febrero. Pero no pagándola. Esto se presta a mucho juego y corrupción. Necesitamos tener más capacidad de transporte”, afirmó.
¿Por qué cuesta hacer obras de transporte?
En el debate, Gadano, Royon y Aranguren abordaron las diferentes cuestiones que impiden que en la Argentina se materialicen las diferentes obras de transporte del sistema eléctrico.
“En la Argentina es difícil por el tema macroeconómico, se piensa en cómo repagar la línea. No todas las líneas son iguales. Tenemos un país muy vasto y con baja densidad poblacional, entonces hay líneas que no las puede pagar la demanda. Yo no veo un estado ausente en la expansión del sistema de transporte. Nosotros detallamos las obras que habría que hacer e hicimos el llamado de manifestaciones de interés a privados. Había mucho interés sobre dos líneas. Una creo que se va a hacer íntegramente con aportes privados”, mencionó Royon.
Respecto al financiamiento, Aranguren dijo que el Estado debe resolver la macro para que pueda ingresar capital. “El estado tiene la capacidad de elaborar, vía Cammesa, cuáles son los nodos críticos. El problema es de dónde va a sacar el dinero, salvo que consiga de organismos multilaterales – que hay disponibilidad-por ejemplo, el Banco Mundial o el BID”.
El ex funcionario de la gestión de Cambiemos también expuso que en países grandes como la Argentina, que es el caso de Australia, el 10% de la energía residencial es distribuida (el tipo de generación se conecta a la red de distribución de energía eléctrica y que se encuentra instalada en puntos cercanos al consumo) y que en nuestro país no representa un porcentaje significativo, que sólo hay 30 megas.
“Hoy por los costos de la Argentina, el impuesto PAIS, a ese tipo de generación la repagas en cinco años y medio, pero con una economía ordenada se puede hacer el repago en cuatro años, y eso no solamente resuelve un problema de generación, sino que también te permite evitar o postergar inversiones en transporte porque género donde consumo. Pero las distribuidoras no están contentas con eso, por eso quieren establecer mecanismos de net billing (comprarle al usuario a una tarifa más baja de la que el usuario le compra a la distribuidora) en vez de net mettering (se le descuenta al usuario los kilowatts generados de los que consumió) para cobrar algo distinto”, remarcó Aranguren.
Por último, Gadano expresó que “el sistema de transporte es un problema mundial. La Argentina tiene un problema más profundo que el resto del mundo vinculado a factores locales. Hace años que no se invierte en transporte. Esto va a ser difícil si el Estado no aparece. Va a tener que tener claro que tiene que encontrar un mecanismo para invertir en infraestructura y después recuperarlo”.
, Loana Tejero