El Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) autorizó a partir de este mes un incremento en el poder calórico del gas inyectado en las redes de transporte y distribución para adecuarse a las características del fluido proveniente de Vaca Muerta. La medida generó polémica porque ese mayor poder calórico puede generar más monóxido de carbono. Sin embargo, desde Enargas afirmaron a EconoJournal que las pruebas arrojaron subas insignificantes por debajo del máximo permitido, salvo en el caso de un artefacto viejo que también presentó problemas con el gas de menos calorías.
Las especificaciones que debe reunir el gas natural y otros gases análogos en los sistemas de transporte y distribución fueron definidas inicialmente en los reglamentos de servicio de la licencia de transporte y de la Licencia de distribución aprobados por el decreto 2255/92. Posteriormente esas especificaciones de calidad fueron modificadas por las resoluciones de Enargas 113/94, 500/97, 622/98, I-259/08 y 819/19 adaptándose a las necesidades de la industria en aspectos técnicos y operativos.
En noviembre de 2022 el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) elevó una propuesta para volver a modificar la normativa adaptando los requerimientos técnicos a la realidad de un abastecimiento que posibilite continuar incrementando la producción de gas no convencional en la Cuenca Neuquina.
A fines de agosto de este año, el ente regulador dispuso la puesta en consulta pública de una propuesta consistente en extender el rango del Índice de Wobbe (IW) desde su máximo actual de 12.470 kcal/m3 hasta el máximo de 13.070 kcal/m3 establecido en el Grupo H de la Segunda Familia de la Norma Europea EN 437, y ajustar el poder calorífico superior desde 10.200 kcal/m3 hasta 10.700 kcal/m3.
Finalmente, el organismo decidió avanzar con la modificación. “Se revisaron todas las observaciones y se tomó la decisión de seguir adelante porque ninguna era contundente”, aseguraron a EconoJournal fuentes del Enargas, organismo conducido por Carlos Casares, quien ingresó junto al ex secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, pero continuó en el cargo luego de la asunción de María Tettamanti, con quien mantiene una buena relación desde hace muchos años.
Las pruebas
La decisión se basó también en numerosas mediciones realizadas con artefactos hogareños viejos y nuevos. “Los resultados en cuanto a incremento de monóxido de carbono fueron insignificantes y estaban por debajo de los límites que prevé la normativa. Solo un artefacto mostró una cantidad de monóxido de carbono preocupante, un calefón viejo, pero también lo dio con el gas de menos poder calórico. Por lo tanto, el problema era ese tipo de calefón que los usuarios tienen que cambiar”, señaló una fuente del Enargas.
En el ente regulador aclaran además que el poder calórico se elevará en dos tramos. Una primera suba se autorizó ahora y luego volverá a subir en diciembre del año próximo, pero las pruebas ya fueron hechas con el máximo poder calórico que comenzará a regir en 2025.
Por otra parte, remarcan que la decisión constituyó un sinceramiento de algo que ya estaba ocurriendo porque el gas de Vaca Muerta se viene inyectando de modo creciente en las redes de transporte y distribución. “La norma habilita una situación que en los últimos tiempos venía ocurriendo de hecho porque el gas de Vaca Muerta tiene mayor poder calórico y si no se hubiese inyectado deberíamos haber seguido importando GNL como en los años anteriores”, subrayan.
¿Por qué ahora el poder calórico es menor que el que se prevé para el año próximo? Porque cada vez va a haber más gas de Vaca Muerta en el sistema y va a terminar mezclándose cada vez con menos gas de menos poder calórico.
El mayor poder calórico se debe a que al gas no se le quita ni el propano, ni el butano ni el etano, tres elementos que no evitan su transporte, pero que al estar en mayor proporción elevan el poder calórico.
Qué hicieron Europa y Estados Unidos
El GNL tiene un alto contenido de etano. Por ese motivo, cuando Europa comenzó a importar cada vez más GNL se encontró frente a una disyuntiva similar a la de Argentina. En el Viejo Continente también decidieron autorizar la inyección de un gas con mayor poder calórico. “Nosotros estamos yendo hacia los valores que en Europa ya son aceptados”, remarcan en Enargas. De hecho, las pruebas que hizo el ente regulador fueron con un gas con un alto componente de etano porque los productores van a separar de modo creciente el propano y el butano, pero el etano va a quedar porque solo se va a poder colocar una porción menor en la industria petroquímica.
Ante el mayor poder calórico del gas, Estados Unidos tomó otra decisión. Los productores comenzaron a extraer no solo el propano y el butano sino también el etano, pero eso derivó en un mayor costo que se le traslada al consumidor, una solución difícil de implementar en Argentina donde la tarifa del gas ya viene aumentando para los hogares por la quita de los subsidios y todavía queda un tramo que recorrer hasta que la mayoría pague la tarifa plena.
, Fernando Krakowiak