El gobierno argentino ratificó hoy la liberación del precio interno en el mercado de los combustibles líquidos y anunció que pronto se va a derogar el régimen que introdujo el decreto 192/2017 que establecía pautas para la importación de petróleo crudo y derivados.
La fijación del precio de los combustibles será a partir de 2018 “una decisión de cada uno de los jugadores, los que refinan localmente y los que importan”, ya que “en breve se va a derogar” el régimen creado para ordenar las compras externas en el marco del acuerdo de transición con las petroleras, conocido como “barril criollo”, anticipó hoy el subsecretario de Refinación y Comercialización, Pablo Popik.
Este funcionario del Ministerio de Energía y Minería precisó que, de esta manera, “va a existir total libertad para fijar los precios, importar y exportar productos, para que esto funcione como vasos comunicantes perfectos entre la industria, el mercado local y el resto del mundo”.
“Nuestra filosofía es no intervenir y regular lo menos posible para que los mercados actúen”, remarcó Popik al hablar esta mañana durante la “NACS Fuels Summit América Latina”, en un hotel del barrio porteño de Puerto Madero.
El subsecretario recordó que la liberación de precios de los combustibles “viene desde los años 90 (del siglo pasado)”, aunque “ocasionalmente hubo procesos donde fue necesaria una coordinación desde la autoridad regulatoria para resolver cuestiones coyunturales”.
Popik mencionó en ese sentido el acuerdo con la industria hidrocarburífera para la transición a precios internacionales, “que está suspendido por la cláusula que compara el precio del crudo Brent promedio de los últimos 10 días y el de referencia nacional (Medanito), pero que formalmente va a dejar de existir a fin de año”.
Biocombustibles
En cuanto al corte con biocombustibles, el funcionario recordó que el agregado obligatorio es de 12% en gasoil de uso masivo y de 10% en naftas en estaciones de servicio, y “no estamos pensando en aumentar esos porcentajes”.
Consideró, sin embargo, que, en biodiésel, puede pensarse en “mezclas superiores, hasta 20%, en flotas cautivas, lo que representa una gran oportunidad para buses urbanos, en la medida en que esa situación sea validada por los fabricantes de motores”, lo que implicaría fuertes ventajas en la baja de emisiones contaminantes en centros urbanos.
Popik destacó también la posibilidad de incorporación de alcohol hidratado “en el marco de lanzamiento de vehículos que lo puedan usar, como lo demuestra la excelente experiencia de Brasil”.
“En el Ministerio confiamos en esta oportunidad para la introducción de alcohol anhidro, aunque tienen que darse algunos elementos que faciliten eso, como la introducción de motores flex fuel, que será clave para eso”, evaluó el subsecretario.
El potencial del etanol para suplir la demanda -añadió Popik- “es enorme”, ya que la Argentina produce unos 20 millones de toneladas de maíz por campaña y consume 4 millones, de los cuales sólo 1 millón se convierte en etanol.
Popik agregó, en cuanto al suministro de combustibles líquidos que “va a persistir la fuerte presencia del GNC, ya que no veo razones para que esto cambie”.
Si bien en este caso “el precio tiene un desafío en el corto plazo, que se superará con el aumento en la oferta de gas natural, y el GNC va retomar la tendencia que supo tener”, consideró el subsecretario.
Popik señaló, en otro orden, que “va a ir creciendo la tendencia concerniente a los vehículos híbridos y eléctricos, aunque seguramente a un ritmo un poco más lento que en otros países industrializados”.
No obstante, concluyó el funcionario, “algunos retailers ya están con planes muy serios para instalar puntos de carga para esos vehículos, mientras desde el Estado se eliminó la tasa para la importación de híbridos y se estableció una cuota, lo cual es un avance para introducir estas nuevas motorizaciones”.