El Reino Unido se enfrenta a un desafío ambicioso: integrar 20 GW de capacidad de almacenamiento en baterías en su sistema energético para 2025.
Paul Monks, Chief Scientific Advisor del Departamento de Seguridad Energética y Cero Neto (DESNZ), revela a Energía Estratégica España que esto será esencial para garantizar la estabilidad de una red cada vez más dependiente de fuentes renovables como el viento y el sol. «La descarbonización de nuestro sistema energético requiere de tecnologías que puedan ofrecer flexibilidad y almacenamiento eficiente», sostiene Monks.
Actualmente, el territorio británico está desarrollando un sistema basado en 50 GW de capacidad eólica, incluyendo tecnologías flotantes, y expandiendo su infraestructura solar.
Sin embargo, Monks subraya que las baterías aún funcionan bajo un sistema puramente mercantil. «Hoy en día, las baterías generan ingresos a través del arbitraje, comprando energía cuando es barata y vendiéndola cuando hay escasez, pero esto no responde directamente a las necesidades de la red», explica el asesor.
Los incentivos y el mercado: una barrera clave
Monks menciona que los incentivos financieros para el almacenamiento de baterías no son suficientemente robustos.
«Aunque la demanda estimada oscila entre 20 y 40 GW, ya tenemos más de 250 GW en proyectos de baterías en lista de espera, lo que demuestra un fuerte interés del sector privado», sostiene.
A pesar de ello, los actuales esquemas de mercado, como el mercado de capacidad, no favorecen la integración de baterías, dificultando su adopción como activos estratégicos en lugar de meramente comerciales.
Para abordar este problema, el Reino Unido busca implementar reformas que permitan una transición hacia sistemas que recompensen el almacenamiento como una reserva estratégica, esencial para estabilizar la red en momentos de alta variabilidad de generación.
Hidrógeno verde y retos en infraestructura
Otra tecnología clave en la transición energética es el hidrógeno verde. Según Monks, el exceso de energía eólica podría transformarse en hidrógeno durante los picos de generación. «La economía del hidrógeno es crucial para aprovechar la energía renovable que no se utiliza directamente, permitiendo su almacenamiento a largo plazo», detalla el científico.
Además, la infraestructura de transmisión representa uno de los mayores retos. A medida que el Reino Unido desplaza su producción energética hacia el norte y las costas, se generan costos adicionales por la falta de infraestructura suficiente. «Reducir estos costos es esencial para maximizar el beneficio económico de las renovables», destaca Monks.
Impacto en los costos y la competitividad
Las energías renovables no solo son un componente clave en la transición energética, sino también una solución para reducir los costos energéticos. Monks señala que la generación eólica ya ofrece precios competitivos de 42 libras por megavatio hora, significativamente por debajo de las tarifas promedio del sistema eléctrico.
«El costo de vida en Europa ha subido debido a los precios de la energía, pero las renovables son una oportunidad para aliviar esta presión económica», afirma el asesor.
Estrategias internacionales y lecciones aprendidas
Monks destaca que el Reino Unido puede compartir importantes aprendizajes con países como Argentina, especialmente en la implementación de sistemas renovables y el desarrollo de infraestructura de almacenamiento.
«En el Reino Unido hemos logrado un bajo costo de generación, pero no supimos capitalizar completamente los beneficios industriales. Esa es una lección clave que podemos transmitir», sostiene.
El papel de las baterías también varía según la geografía y la estructura energética de cada país. En el caso de Argentina, su vasta extensión territorial podría beneficiarse del uso de baterías para optimizar la infraestructura de transmisión, evitando la construcción de costosos sistemas de transporte eléctrico. «Las baterías permiten una gestión más eficiente de la energía entre regiones distantes, adaptándose mejor a las características geográficas», explica Monks.
El Reino Unido avanza en su meta de descarbonización para 2030 con un enfoque en almacenamiento energético, energías renovables e infraestructura. Sin embargo, como indica Monks, alcanzar este objetivo requerirá superar desafíos significativos en incentivos de mercado e integración tecnológica. La experiencia británica en almacenamiento energético y energías renovables no solo sirve de modelo, sino también de advertencia para países en desarrollo como Argentina, que buscan adaptar estas tecnologías a sus propios contextos.
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