Chile ha consolidado su posición como un líder regional en energías renovables. Con una matriz energética que integra una alta participación de fuentes solares y eólicas, el país cuenta con una de las redes eléctricas más limpias de Latinoamérica. Sin embargo, esta abundancia plantea retos significativos. La intermitencia inherente a estas fuentes hace necesario contar con mecanismos que permitan almacenar la energía generada en los picos de producción y liberarla cuando la demanda lo requiera.

El desierto de Atacama, que posee los niveles más altos de radiación solar del planeta, ha impulsado un incremento exponencial en la capacidad solar instalada en Chile. En paralelo, los fuertes vientos del sur del país han facilitado el desarrollo de grandes parques eólicos. No obstante, para que esta generación renovable sea completamente efectiva, es imprescindible un sistema de almacenamiento robusto.

El costo promedio de las baterías de iones de litio, la tecnología dominante en el almacenamiento de energía, ha disminuido drásticamente en la última década. En 2024, el precio por kilovatio-hora (kWh) se estima en 78 dólares, un 73% menos que en 2014. Esta reducción ha abierto la puerta para que proyectos de almacenamiento sean económicamente viables, incentivando tanto a empresas como a gobiernos a adoptar esta tecnología.

Chile está aprovechando esta tendencia. La instalación de sistemas de almacenamiento de gran escala, como el proyecto BESS (Battery Energy Storage System) en Antofagasta, representa un paso decisivo. Este sistema permitirá capturar la energía generada por el sol durante el día y liberarla por la noche, garantizando una oferta eléctrica estable y constante.

El almacenamiento en baterías no es solo una promesa, sino una realidad en Chile. Empresas como Atlas Renewable Energy han liderado iniciativas de gran impacto, desarrollando sistemas de almacenamiento que integran generación solar con baterías. Un ejemplo destacado es el contrato de suministro con Codelco, que garantizará un 85% de energía renovable en sus operaciones hacia 2026, gracias a un sistema que combina generación solar y almacenamiento.

Además, el Grupo CAP, a través de sus empresas Compañía Minera del Pacífico (CMP) y Aguas CAP, ha firmado acuerdos con Atlas Renewable y AES Andes para operar al 100% con energía renovable a partir de 2026. Esto será posible gracias a nuevos proyectos de generación fotovoltaica y almacenamiento que garantizarán suministro las 24 horas del día.

Un modelo para Latinoamérica

Chile está trabajando en la regulación necesaria para integrar de manera eficiente el almacenamiento en baterías en su sistema eléctrico. Esto no solo incrementará la confiabilidad de su red, sino que también posicionará al país como un referente en la transición energética de la región. La capacidad de almacenar y gestionar eficientemente la energía renovable podría consolidar a Chile como un exportador clave de tecnologías limpias y soluciones energéticas.

El país tiene la oportunidad de liderar un cambio estructural en la forma en que se administra la energía renovable. Con proyectos innovadores, precios competitivos y un marco regulatorio en evolución, Chile avanza hacia un futuro sostenible, mostrando cómo el almacenamiento en baterías puede ser la clave para una matriz energética limpia, estable y resiliente.

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