Chile experimentó un apagón masivo que afectó al 99% del país, dejando a millones de personas sin suministro eléctrico en medio de una ola de calor. La interrupción, que comenzó alrededor de las 15:16 hora local, se debió a una desconexión en una línea de transmisión de 500 kV en la región del Norte Chico, específicamente entre Vallenar y Coquimbo.

Esta interrupción en una línea de alta tensión provocó una perturbación en cadena en el Sistema Eléctrico Nacional, resultando en la pérdida total del suministro eléctrico desde Arica hasta la región de Los Lagos. Las autoridades han descartado que se trate de un ataque o sabotaje, atribuyendo el incidente a una falla técnica en la infraestructura de transmisión.

El incidente provocó caos en diversas ciudades, incluyendo Santiago, donde semáforos dejaron de funcionar, el Metro suspendió sus operaciones y se registraron problemas en servicios de internet y telefonía. Las autoridades descartaron que se tratara de un ataque, atribuyendo el corte a una falla técnica. El presidente Gabriel Boric supervisó personalmente la situación desde la Central de Gestión Operativa de Carabineros de Chile.

El sistema eléctrico chileno ha enfrentado crisis de importancia. En agosto de 2024, fuertes lluvias en la región metropolitana de Santiago provocaron prolongados cortes de energía. Como consecuencia, en enero de 2025, el gobierno impuso una multa de 19 millones de dólares a la filial local de la empresa italiana Enel (Edesur en la Argentina) por su manejo durante estos cortes.

Causas probables

El impacto de una desconexión abrupta en una línea de alta tensión depende de la cantidad de energía transportada, la capacidad de respuesta del sistema y los esquemas de protección implementados. En casos extremos, puede generar un apagón masivo por desbalance de frecuencia, pérdida de sincronismo y desconexión en cascada de generadores y líneas de transmisión.

En los sistemas eléctricos interconectados, la generación de energía debe igualar constantemente la demanda. Cuando una línea de alta tensión se desconecta de manera abrupta, se produce un corte repentino en el flujo de potencia, lo que deja zonas sin suficiente generación o, en el caso contrario, con un exceso que no puede ser evacuado. Si la línea desconectada transportaba una gran cantidad de energía, las redes remanentes pueden sobrecargarse, lo que provoca caídas de voltaje y un efecto dominó en otras líneas y generadores.

La electricidad en un sistema interconectado opera con sincronización de fase entre los generadores. Una desconexión súbita puede generar un desfase entre los generadores que siguen operando, haciendo que algunos pierdan sincronismo con el resto del sistema.

Si el desfasaje angular se vuelve crítico, los generadores pueden desconectarse automáticamentepara protegerse, lo que agrava la crisis.

La frecuencia del sistema (en el caso de Chile, 50 Hz) es un indicador clave de estabilidad. Cuando una línea se desconecta abruptamente, los generadores en la zona afectada pueden aumentar su velocidad (subida de frecuencia) si la demanda disminuye o disminuir su velocidad (bajada de frecuencia) si hay más carga que generación.

Si la desviación de frecuencia supera los límites seguros (normalmente entre 49.5 Hz y 50.5 Hz), los esquemas de protección automática desconectan más generadores o cargas, provocando un apagón en cascada.

Las líneas de transmisión tienen relés de protección que desconectan los elementos para evitar daños físicos en la infraestructura. Si el evento inicial genera sobrecargas o caídas de voltaje en otras líneas, estos relés pueden dispararse en otros puntos de la red, expandiendo el apagón.

En algunos casos, una interrupción en el transporte de alta tensión puede provocar oscilaciones subsíncronas(frecuencias por debajo de los 50 Hz), que pueden generar inestabilidad y daños en generadores o en la red de transmisión.

Según técnicos que conocen el sistema Chileno, para enfrentar y prevenir este tipo de situaciones, se debe fortalecer la infraestructura de transmisión, invirtiendo ingentes sumas en la modernización y mantenimiento de las líneas de transmisión para garantizar su resiliencia ante eventos climáticos extremos y fallas técnicas.

También sugieren mejorar la gestión y respuesta ante emergencias. Para ello las empresas deben contar con planes de contingencia efectivos y comunicación transparente con los usuarios durante incidentes. Tras los cortes de luz en agosto de 2024, Enel acordó compensaciones para los afectados, lo que subraya la importancia de protocolos claros y compensaciones justas.