Un proyecto emblemático en un parque industrial ubicado en Villanueva, San Pedro Sula, a tan solo una hora del dinámico Puerto de Cortés, el principal puerto marítimo de Honduras, ha concluido la instalación fotovoltaica sobre techo curvo más grande de Centroamérica.

Con más de 129,135 m² de espacio industrial construido y otros 109,625 m² en desarrollo, el parque alberga 10 bodegas que atienden a industrias como alimentos, textiles y tecnología. El sitio cuenta con 27 techos metálicos curvos engargolados autosoportantes, cada uno de aproximadamente 52 mx 16 m, que en conjunto generan 2.46 MW de energía solar.

Al tratarse de una zona industrial de libre comercio, el parque ofrece a las empresas una ubicación estratégica con importantes incentivos, como exenciones fiscales sobre mercancías de importación y exportación, además de procesos burocráticos simplificados.

“El nuevo sistema fotovoltaico, que utiliza módulos JinkoSolar e inversores SOLIS, permite a los inquilinos reducir sus costos de electricidad y al mismo tiempo fortalecer su compromiso con la sostenibilidad gracias a la huella ecológica de la energía solar—un atractivo incentivo para empresas que operan en zonas francas”, comentó Xavier Jara, Coordinador de Energía en SEL.

El proyecto fue desarrollado por SEL, la división solar de Corporación Dicoma, empresa de origen costarricense con amplia experiencia en instalaciones fotovoltaicas sobre techos metálicos industriales en latinoamérica.

¡El sistema solar de fijación directa fue instalado utilizando la solución de montaje S-5! PVKIT®, el primer sistema de fijación directa del mundo y el más reconocido para instalar módulos solares en toda América Latina.

“La instalación de un sistema solar sobre estos techos curvos representa un desafío importante debido a su diseño autosoportante y la ausencia de estructura de soporte inferior”, explicó Jara. “Esto exigió un análisis estructural previo minucioso para garantizar que las cubiertas pudieran soportar con seguridad la carga adicional del sistema fotovoltaico”.

Los propietarios no querrían modificar los techos existentes, por lo que se requeriría una solución ligera que pudiera apoyarse sobre la estructura ya construida. Sin una estructura de soporte debajo del techo, el proyecto debía ajustarse a estrictas limitaciones de peso, descartando el uso de sistemas con rieles. Además, no se permitiría que más de tres trabajadores estuvieran sobre un mismo techo al mismo tiempo. El preensamblaje y la instalación por etapas fueron claves para distribuir el peso de forma uniforme y evitar sobrecargas en puntos específicos. La curvatura de los techos añadió complejidad, ya que dificultaba mantener los aproximadamente 10 cm de separación requerida entre los módulos y la superficie del techo.

La impermeabilidad también fue una prioridad, ya que algunos arrendatarios requerían ambientes completamente sellados para proteger sus productos. El riesgo de filtraciones era inaceptable, y la solución debía ser estética, seguir la curvatura del techo y mantener el rendimiento del sistema.

“La solución de montaje solar S-5! PVKIT junto con la abrazadera S-5-H Mini —ideal para techos curvos autosoportantes— fue elegida sobre otras alternativas gracias a sus ventajas clave”, señaló Juan Carlos Fuentes, Director de Negocios Internacionales de S-5!. «Con solo tres componentes, el sistema de fijación es 85% más liviano que los sistemas con rieles tradicionales. Su diseño liviano y preensamblado cumple con las restricciones de peso de las cubiertas, permitiendo un transporte e instalación eficiente sin sobrecargar puntos específicos, asegurando así la seguridad y el rendimiento del sistema. Esta estrategia también mejoró la flujo del trabajo al reducir el tiempo de instalación y minimizar la necesidad de repetir trabajos.»

Para optimizar la distribución de carga y los puntos de fijación, se inició un espaciamiento entre columnas FV de 5 a 6 metros, alineado con el diseño estructural del techo y enfocado en mejorar la estabilidad del sistema y su eficiencia. La solución de montaje proporcionó la separación necesaria entre módulo y cubierta, adaptándose a la curvatura sin perforar el techo. Su diseño estético y de bajo perfil se integró perfectamente con la apariencia del edificio, ofreciendo además la impermeabilidad requerida.

“Nuestro equipo de tres personas instaló 148 módulos por día”, comentó Jara. «La seguridad y durabilidad del sistema en techos metálicos curvos autosoportantes representa un avance significativo para la industria solar. Pudimos agilizar el proceso, fijando el sistema de montaje mientras instalábamos los módulos simultáneamente, lo que redujo el tiempo de instalación en al menos un 30% en comparación con los sistemas tradicionales basados en rieles. El uso de menos componentes de fijación ajuste el peso del sistema de montaje hasta en un 85%, asegurando la viabilidad del proyecto desde la fase de diseño hasta su finalización.» Este proyecto innovador marca un nuevo estándar para las instalaciones solares en Centroamérica.”

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