El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció este miércoles su intención de imponer aranceles extraordinarios —que en algunos casos superan el 3.500%— sobre la importación de paneles solares provenientes de Camboya, Malasia, Tailandia y Vietnam. La medida surge tras una investigación iniciada hace un año, impulsada por fabricantes estadounidenses que denunciaron competencia desleal y reclamaron protección para la industria local.

Las sanciones, que combinan derechos antidumping y compensatorios, responden a acusaciones de subsidios otorgados por el gobierno chino y la exportación de productos a precios artificialmente bajos. En algunos casos, como el de ciertos exportadores con sede en Camboya, las tasas propuestas alcanzan el 3.521% debido a la falta de cooperación con las autoridades durante el proceso de investigación.

Otros fabricantes enfrentan aranceles significativamente menores. Tal es el caso de la empresa china Jinko Solar, que produce en Malasia y recibirá una tasa del 41%. En cambio, Trina Solar —también con sede en China, pero con operaciones en Tailandia— deberá afrontar aranceles del 375%.

Aún se espera una resolución final por parte de la Comisión de Comercio Internacional, que se pronunciará en junio. Hasta entonces, los aranceles anunciados permanecen como propuesta.

La reacción no tardó en llegar. La American Alliance for Solar Manufacturing Trade Committee, que agrupa a fabricantes locales, celebró la decisión como “una victoria decisiva para la industria solar estadounidense”. Tim Brightbill, asesor legal del grupo, sostuvo que la medida confirma lo que desde hace tiempo vienen denunciando: “Las empresas chinas han estado burlando el sistema”.

En los últimos años, muchas compañías chinas relocalizaron parte de su producción al sudeste asiático, como estrategia para esquivar los aranceles impuestos desde la administración de Donald Trump. Solo en 2023, Estados Unidos importó cerca de 12 mil millones de dólares en equipos solares desde los cuatro países afectados, según datos de la Oficina del Censo.

Si bien la medida podría beneficiar a los fabricantes locales, también plantea riesgos para instaladores, empresas y consumidores que venían aprovechando la caída de precios gracias a la oferta asiática. Los nuevos aranceles se sumarían a los ya vigentes desde la era Trump, cuando se fijaron tasas de hasta el 145% sobre productos chinos. La administración actual advirtió que, con esta nueva ronda, las tasas combinadas podrían superar el 245% en ciertos casos.

El anuncio llega en un contexto geopolítico sensible: apenas unos días después de que el presidente chino Xi Jinping completara una gira por Vietnam, Malasia y Camboya, con el objetivo de reforzar lazos regionales y contener lo que calificó como “acoso unilateral” por parte de Estados Unidos.

China ya respondió con una suba de aranceles del 125% sobre productos estadounidenses y advirtió que está dispuesta a “luchar hasta el final”.

Fuente BBC