Desde la Cámara Costarricense de Generación Distribuida (CCGD) se recibe con profunda extrañeza dicha decisión; la cual, representa un golpe a los hogares costarricenses, los emprendedores, comerciantes e industriales a todos aquellos que tienen sobre sus hombros el peso de las tarifas eléctricas.

“En tiempos en que el país requiere de reactivar su economía, mejorar la competitividad y dar paso a una mayor competencia efectiva; recibimos con asombro la noticia, de que el Poder Ejecutivo desconvocó el Proyecto de Ley 22009, negándole la posibilidad al tico de generar su propia energía, en momentos donde hay muy poca liquidez en los bolsillos y un desempleo del 24% sencillamente resulta desconcertante”, explicó William Villalobos, Director Ejecutivo de la CCGD.

Definitivamente, la Generación Distribuida no es algo nuevo en Costa Rica, 2400 techos gozan de libertad energética; y cada día son más. «La opinión pública nacional merece saber que -una vez más- se sigue retrasando la discusión de un tema medular; en donde, ante las presiones del ICE y las empresas distribuidoras se termina postergando cualquier intento de reforma en el sector energético, a pesar de que la energía solar es de todos, y el sol no nos cobra», agregan desde la cámara.

«El modelo solidario que nos permitió gozar de maravillosos beneficios al país, ¡se desvirtuó! En las condiciones actuales, la “solidaridad” del modelo a las que apelan las distribuidoras implica -hoy día- que todos los costarricenses tengamos que gastar y gastar energía irracionalmente con tal de que el ICE y sus empresas no vean afectadas sus ventas de energía -cada día más cara-, a pesar de que la transformación energética que experimenta el sector energético a nivel mundial, trae consigo cambios en los hábitos de consumo a partir de la automatización, el ahorro y la eficiencia energética», apuntaron desde la cámara en un comunicado de prensa.

Y concluyeron que «la competencia siempre será buena para los consumidores; y son éstos, quienes agobiados por el alto costo de la electricidad, exigen el acceso a energía autogenerada, asequible y sostenible; de lo contrario, seguiremos fomentando un comportamiento monopólico pernicioso para todos, mucho más grave aún en el contexto económico actual».