El operador independiente del sistema eléctrico de Chile (Independent System Operator, ISO), Coordinador Eléctrico Nacional, añadió recientemente a Luz del Norte a su cartera de centrales aprobadas para prestar servicios complementarios a la red eléctrica, incluyendo el servicio de control automático de generación (Automatic Generation Control, AGC).
La instalación, ubicada en Copiapó, Chile, está siendo utilizada ahora por el ISO para gestionar la frecuencia del sistema eléctrico del país y, de esta forma, ayuda a garantizar la confiabilidad y estabilidad de la red eléctrica, además de generar energía limpia y renovable.
Se hizo luego de una auditoría exhaustiva realizada conjuntamente por el Coordinador Eléctrico Nacional, Laborelec Latam y First Solar con el objetivo de evaluar las capacidades de Luz del Norte.
Hasta ahora, los operadores de la red eléctrica alrededor del mundo tenían que depender exclusivamente de las centrales termoeléctricas e hidroeléctricas para responder a desbalances entre generación y demanda. Este hito abre las puertas a las centrales fotovoltaicas.
«Estamos muy satisfechos con este logro, ya que amplía la variedad de tecnologías capaces de proporcionar los servicios necesarios para mantener un funcionamiento seguro y confiable del sistema eléctrico», expresó Carlos Barria, Jefe de la División de Prospectiva y Análisis Regulatorio y Jefe de la División Ambiental y Cambio Climático del Ministerio de Energía.
«Este importante logro se alinea con nuestros planes de integrar niveles más altos de energía renovable a nuestro sistema eléctrico, y nos permitirá concretar nuestros objetivos de eliminar gradualmente las termoeléctricas a carbón para el año 2040 y de ser carbono neutrales para el 2050», agrega.
La capacidad que tienen las centrales fotovoltaicas de gran escala de proveer servicios complementarios fueron probadas anteriormente como parte de un proyecto de demostración durante el año 2016, el cual fue llevado a cabo por el Operador del Sistema Independiente de California (California Independent Systems Operator, CAISO), el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (National Renewable Energy Laboratory, NREL) y First Solar.
El estudio examinó la capacidad de una central fotovoltaica diseñada por First Solar para proveer control primario de frecuencia, control secundario de frecuencia (AGC) y control de tensión.
Además, demostró que la central fotovoltaica tiene un mejor desempeño que las tecnologías convencionales, como turbinas de gas, las cuales suelen ser utilizadas por los operadores de redes para mantener el balance entre generación y demanda del sistema eléctrico.
Es relevante mencionar que la capacidad de Luz del Norte para proporcionar servicios complementarios fue una de las soluciones seleccionadas por el programa Mission Innovation, debido a su potencial para evitar cerca de 30 millones de toneladas de emisiones de CO2 por año al 2030.
El programa, que es una iniciativa mundial de 24 países, incluidos los Estados Unidos y la Comisión Europea, está trabajando para acelerar la innovación en energías renovables.
«El enfoque visionario de Chile en diseñar su sistema eléctrico futuro nos permitió tomar un concepto demostrado e implementar una solución comercial y técnicamente viable», señala Troy Lauterbach, vicepresidente de First Solar Energy Services.
«Mientras las compañías de servicios públicos y los ISO de todo el mundo se enfrentan al reto de descarbonizar sus redes eléctricas, Luz del Norte ha pasado a representar el potencial realizable de la energía solar fotovoltaica de gran escala. Con una combinación de electricidad limpia y servicios a la red libres de CO2 demuestra el valor de invertir en la energía solar fotovoltaica de gran escala», apunta.
Puesta en marcha en 2016, Luz del Norte es una de las centrales fotovoltaicas más grandes de Chile. Utiliza la tecnología de módulos de capa fina CdTe patentada por First Solar y desarrollada en sus centros de investigación y desarrollo en California y Ohio, la instalación genera suficiente electricidad para abastecer a más de 50,000 hogares chilenos promedio con la menor huella de carbono y sin uso de agua.