“Para todos los interesados en el desarrollo de las energías renovables, hay espacio”, sostuvo el ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables (MERNNR), René Ortiz Durán, en una charla distendida con Energía Estratégica que duró una hora.

Bajo esa premisa, el funcionario dejó en claro que en la subasta pública se realizará en junio del 2021, independientemente de las elecciones presidenciales que Ecuador celebrará a fines de febrero del año que viene. Aseguró que hay consenso político para que así sea.

Además, el ministro resaltó que en la convocatoria se incentivaran todas las tecnologías. “No queremos desaprovechar ninguna”, resaltó.

Explicó que se licitarán proyectos solares fotovoltaicos y eólicos, que suelen predominar en estos procesos, como así también las bioenergías y las centrales mini hidroeléctricas.

De hecho, Ortiz Durán adelantó que se estudia la aplicación de un plan de incentivos (con tarifas subsidiadas) para los proyectos de menor escala.

Una carta importante que jugará Ecuador es la fortaleza de su electrificación, donde el 97% de la población cuenta con el servicio.

Según el funcionario, los proyectos renovables que se licitarán están identificados en un radio no mayor a 20 kilómetros del tendido eléctrico, lo que facilitará su conexión sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura.

En lo que respecta a cuestiones contractuales de abastecimiento de energía (PPA, por sus siglas en inglés), Ortiz Durán confió que el plazo por el que se celebrarán los acuerdos será por 20 años. La moneda, naturalmente, será en dólares, ya que Ecuador es un país dolarizado.

Una de las barreras que fijará el Gobierno es no sólo la experiencia de los oferentes en el montaje de proyectos, sino la acreditación de dos millones de dólares de patrimonio por MW presentado.

Si bien el ministro de Energía reconoció que estas condiciones pueden ser un impedimento para algunos players, explicó que son exigencias que surgen de una mala experiencia que ha tenido el país en una licitación donde se adjudicó una central de ciclo combinado que resultó ser un fracaso.

“Era una empresa desconocida que ante algunos problemas desapareció y nos dejó la central. Vamos a ver si sirve para chatarra”, ironizó Ortiz Durán.