El pasado 25 y 26 de octubre, Latam Future Energy desarrolló su evento físico en Bogotá, Colombia, denominado Andean Renewable Summit, en el que asistieron más de 450 referentes de las energías renovables.
Uno de ellos fue Miguel Hernández Borrero, presidente de la Asociación Colombiana de Energía Solar (ACOSOL), quien durante una entrevista aseveró que “se ha avanzado muchísimo” en lo respectivo al autoconsumo.
El directivo de la asociación que nuclea a industriales ligados a la cadena de valor de la generación distribuida a pequeña escala, observó que “el crecimiento desde el 2021 al 2022 ha sido muy bueno, principalmente en zonas donde se han eliminado ciertas barreras con operadores de red”.
“Hay muchos usuarios interesados porque han visto la realidad del beneficio que se tiene. Por poner un ejemplo, hay usuarios que pasaron de pagar 2,5 millones de pesos en la factura a pagar el 5% de esa factura”, aseguró Hernández Borrero.
Como avance importante en la legislación, el especialista destacó la modificación de la CREG 030 a la CREG 134 y 135, “que nos dieron tanto el marco de derechos de los autogeneradores como la legalización y requisitos que tiene que ver con la autogeneración”.
“Allí se subsanaron muchos vacíos que tenía la CREG 030 y fue una ventaja”, explicó, como la ampliación del 15 al 50% la capacidad de los tramos. “Esto permitió que haya mucha más inserción de la autogeneración a pequeña escala”, enfatizó.
Pero con el crecimiento del mercado, algunos operadores de red impusieron resistencia. Amparados en el Capítulo 12 de la CREG 015 de 2018, comenzaron a cobrar un impuesto relacionado al transporte de energías reactivas dado que en la norma no se excluyó de este cobro al autogenerador a pequeña escala.
“Hoy en día en algunas zonas, como Norte de Santander, Santander, el eje cafetero (Caldas, Quindío, Risaralda) y parte del norte de Colombia, los operadores de red han decidido aplicar esta norma (impuesto a energías reactivas) al pie de la letra”, advirtió Hernández Borrero.
Indicó que este impuesto extraordinario ha producido casos como los de usuarios que por autogenerarse energía deben pagar más dinero que antes de convertirse en autogeneradores.
Detalló que, en concreto, un usuario que pagaba 600 mil pesos por su tarifa eléctrica, pasó a pagar 50 mil pesos por el ahorro que le generaron los equipos solares; pero con el nuevo impuesto de reactivas ahora pagan 1,2 millones. “Es decir, que pasó a pagar el doble que de antes de convertirse en autogenerador”, lamentó el especialista y remató: “Esto es algo que nos preocupa”.
Es por ello que desde Acosol piden que se expida una norma para evitar este cobro de reactiva.
El temor es que este impuesto empiece a aplicarse en otros municipios y que el atractivo de esta actividad se termine.
Según Hernández Borrero, actualmente un equipo de autogeneración se amortiza entre tres años y medio a cuatro años las instalaciones fotovoltaicas para autogeneración; pero aplicando los beneficios tributarios el tiempo se reduce a un poco menos de tres años.
No obstante, indicó que con la última devaluación, esa suba impacta en los costos que están dolarizados y encarecen los proyectos.
“Esperamos que para el 2023 se estabilice el mercado internacional y el precio del dólar, que nos golpea muy duro a nuestro sector”, manifestó el referente de Acosol.
Y señaló que también esperan que se den los cambios normativos para que se deje de cobrar el impuesto extraordinario relacionado al transporte de energías reactivas.