Como ya había anticipado Energía Estratégica, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, aprobaron una Resolución para la implementación del Mercado Andino Eléctrico Regional.
A través de la normativa, los países establecieron las condiciones y procedimientos para la liquidación, facturación y pago de las transacciones internacionales de electricidad para que a partir del 1 de julio de 2026 se efectúen intercambios de energía entre dichas naciones.
Si bien esto la Comunidad Andina (CAN) califica al acuerdo como un hito histórico para la región al “fortalecer la seguridad energética” de las diferentes geografías, expertos del sector argumentan que la iniciativa está “alejada de la realidad” y no conseguirá los fines que persigue.
Uno de ellos es el consultor Jaime Figueroa, quien, en conversaciones con Energía Estratégica, explica que por las lejanas distancias entre las fuentes de generación extranjera, la transmisión de energía presenta muchos obstáculos para llevarse a los centros de carga de los países importadores.
“La Comunidad Andina de Naciones (CAN) está encargada de regular las interconexiones eléctricas en los países que la conforman y no entra en aspectos técnicos de la infraestructura eléctrica por lo que no entiende de transmisión eléctrica”, destaca.
Según el experto, actualmente existen dos interconexiones reguladas por la CAN: Colombia-Ecuador y Ecuador-Perú. Ambas experimentan limitaciones en las transferencias de potencia determinadas por el nivel de tensión (220 kV) y por las oscilaciones en los sistemas eléctricos.
“El tema de oscilaciones son problemas que le competen a las regulaciones de tensión en las plantas de generación eléctrica, pero el nivel de tensión está relacionado con el crecimiento de los sistemas de transmisión en cada país”, enfatiza.
En este sentido, afirma que Ecuador ha construido una troncal de 500 kV, en cuyo extremo norte se encuentra la CH Coca Codo Sinclair y en el extremo sur la SE Chorrillos.
“En el caso peruano, el sistema interconectado, en su extremo norte llegaba hasta la SE La Niña en 500 kV, por lo que en una reunión de presidentes, acordaron elevar el nivel de interconexión a 500 kV, con lo cual se puede pensar en una mayor transferencia de potencia a la que se tiene en 220 kV”, comenta
Según el análisis del especialista, en la transmisión de potencia se tiene dos alternativas: HVAC (Alternative Current) y HVDC (Direct Current), que se muestran en el siguiente gráfico:
De acuerdo a Figueroa, originalmente la interconexión Ecuador-Perú se consideró la conexión entre la SE Chorrillos y la SE La Niña, con una potencia de transmisión de 1000 MW y una distancia de 600 km, lo cual en el gráfico anterior, en la curva de 500 kV AC, se observa que la distancia máxima es de 360 km, marcado con rojo.
Ecuador, para disminuir esta distancia, consideró añadir la SE Pasaje y Perú añadió la SE Nueva Piura, con las cuales para 1000 MW, cumple con la distancia. Sin embargo, Figueroa afirma que esta decisión involucra añadir potencia reactiva en la troncal 500 kV de Ecuador.
Teniendo en cuenta que existe un alto déficit de energía reactiva en el norte peruano que se incrementará con la interconexión, se va a crear un problema, cuya solución es llevar la interconexión a la ciudad de Trujillo, con lo cual la interconexión incrementa su distancia a 1000 km.
En el gráfico planteado por el consultor, se observa que en 500 kV DC, se puede tener hasta 3000 MW y 1000 km. Con la ventaja de no ser necesarias las SSEE Pasaje y Nueva Piura, no tener problemas de oscilaciones y de no requerir potencia reactiva adicional, con lo cual es la alternativa más económica.
De esta forma, el experto cierra su análisis con el siguiente interrogante: “Conociendo que Ecuador ha tenido un déficit de 450 MW en su último estiaje y que Perú no ha construido CCHH en el norte, la interrogante es ¿Cuánta potencia puede entregar al Perú en la interconexión?”.
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