La transición energética en Argentina y en los países en vías de desarrollo sigue siendo un tema de debate. Y desde el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC) plantearon que “hay un sesgo sobre lo renovable hacia lo eólico y solar”. 

“No es una transición energética genuina o verdaderamente completa, porque desde los países centrales, principalmente hacia América Latina o aquellos en vías de emancipación, se propone empezar un camino hacia la instalación masiva de paneles solares o aerogeneradores”. 

“Y al mismo tiempo se descuidan los aportes de, por ejemplo, la energía hidroeléctrica, y se está en contra de la nucleoelectricidad, que si bien no es una fuente renovable de energía, sí es una fuente no contaminante”, sostuvo Belén Ennis, directora general del OETEC, durante un podcast de la Fundación para la Innovación y Transferencia de Tecnología (InnovaT). 

Siguiendo esta misma línea dejó la pregunta de si no hay “cierto lobby” encarado contra la energía nuclear y por una “cuestión geopolítica” en términos energéticos: 

“Mientras a nosotros se nos pide que diversifiquemos aceleradamente la matriz, de forma desbalanceada o desproporcionada, al mismo tiempo, los países industrializados que tienen unos índices de calidad de vida mucho más altos que los nuestros, siguen utilizando los fósiles y recursos hidrocarburíferos y contaminando”, manifestó.

“Existe un desfasaje entre lo dicho o prometido y lo que realmente los países, sobre todo los industrializados, están dispuestos a resignar. Incluso Latinoamérica no es un mercado potencial para depositar esos paneles fotovoltaicos y molinos eólicos de exportación que se necesitan para realmente llevar adelante una transición energética por encima de un 20% de la matriz”, agregó.

Y continuó: “Entonces para nosotros poder diversificar la matriz en un 20% con eólica y solar, tenemos que hacer una instalación masiva. Y eso no lo podemos hacer con capacidad nacional porque nuestra industria no está capacitada para instalar este tipo de tecnología de forma acelerada”.

Por otro lado, Ennis plasmó la idea de que las metas de diversificación “no pueden” estar divorciadas de la mejora progresiva de la calidad de vida de la población, justicia social, autosuficiencia y de la modernización económica.

“La diversificación debe tener en cuenta algunas aristas o puntos importantes. Que podamos transformar a la energía y servicios públicos en derechos humanos, en servicios progresivamente universales, con tarifas justas y asequibles”, concluyó. 

Diego Roger, director de Biocombustibles de la Secretaría de Energía de la Nación, no se quedó fuera de la discusión de cómo debe evolucionar la política energética en Argentina y nuevamente propuso crear una gran empresa nacional con apoyo de las provincias, tal como lo mencionó en agosto del 2021 (ver enlace). 

“Imagino una SAPEM como herramienta institucional, en la cual tengan lugar las provincias y capital privado estratégico. Debería tener el rol de buque insignia que permita generar la demanda para el desarrollo tecnológico, marcar el norte y permitir la asociación entre Nación, provincias y privados para proyectos particulares, cada cual con su aporte y participación”, señaló.