Las últimas declaraciones sobre “Sur”, la moneda común entre Argentina y Brasil que funcionaría en paralelo al peso argentino y el real brasileño, y el posible vínculo comercial que se pueda generar o reforzar en la región, abrió las puertas al debate sobre el avance de los proyectos de interconexión para el intercambio bidireccional y sostenido de energía eléctrica entre países vecinos. 

Juan Manuel Alfonsín, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), conversó con Energía Estratégica y planteó la idea de que se debe mirar al sistema eléctrico no sólo como un país sino también como región.

“Se debe insistir con interconexiones eléctricas en alta tensión con países limítrofes. Y si se tiene en cuenta que hay una la necesidad de ampliar el sistema de transporte, estas interconexiones también formarían parte de ello”, manifestó. 

El director ejecutivo de CADER no sólo apuntó a tener más lazos con Brasil a raíz de la idea de moneda común, sino también a ampliar las redes ya existentes y generar nuevas líneas con Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia. 

“Tenemos una interconexión importante con Brasil de 2100 MW que se utiliza para traer energía de emergencia, pero podría explotarse mucho mejor. Mientras que con Uruguay tenemos el cuadrilátero de Salto Grande que ya funciona muy bien; en tanto que la interconexión Argentina – Paraguay habría que revisarla, ya que está fuera de servicio por seguridad debido a que una de las torres fue golpeada por una barcaza”, detalló.

“Asimismo, la interconexión de 345 kV entre el norte argentino y chileno se utiliza pero de forma limitada y spot, de poco largo plazo. Y faltaría una interconexión más importante de 500 kV entre ambos países hacia la altura de Mendoza y Santiago”, agregó.

De ese modo, bajo la mirada del especialista, se tendrían cerca de 500 MW para despachar, no se congestionarían las redes cercanas al centro del país ni otros sistemas con capacidad limitada y se liberaría una parte del sistema, que si bien no solucionaría toda, sí sería un paso adelante en seguridad de la red, mejores precios y mayor desarrollo de las energías renovables.

“Sobre todo teniendo en cuenta la ubicación estratégica de las interconexiones, considerando los desarrollos que podrían darse, como por ejemplo en el sector minero. Sería darle seguridad y calidad al abastecimiento de los futuros proyectos”, sostuvo Alfonsín. 

¿Cuánto sería el monto de inversión necesario? De acuerdo a información que comentó el director ejecutivo, rondaría los USD 300.000.000, pero para ello podrían influir diversos mecanismos público-privados o mismo la línea de crédito condicional que aprobó el Banco Interamericano de Desarrollo, la cual tiene el objetivo de promover la descarbonización del sector energético en Argentina. 

Más iniciativas del sector

A mediados de noviembre del 2022, AES Andes anunció un nuevo proyecto de interconexión para el intercambio bidireccional y sostenido de energía eléctrica entre Argentina y Chile mediante la rehabilitación de la línea de transmisión de 345 kV InterAndes.  

La red de transmisión tendrá 409 kilómetros de longitud, entre las subestaciones de Andes en Chile y de Cobos en Argentina, permitirá acelerar la transición energética reemplazando entre 80 y 200 MW de generación diésel por fuentes más limpias durante el día para Argentina y la noche para Chile.

Mientras que a comienzos de esta semana, el ministro de Economía, Sergio Massa, destacó la decisión de los Gobiernos de la Argentina y el Brasil de avanzar juntos en un proceso creciente de integración energética, que considere las renovables, entre otros recursos, con la meta de potenciar el crecimiento industrial y el abastecimiento de proyectos que beneficien a ambos países.

Por lo que, en este contexto, coincidió en fortalecer el Subgrupo de Trabajo de Energía del Mercosur (SGT-9 ) con el fin de promover sinergias con el Sistema de Integración Energética del SUR (SIESUR) e impulsar otras iniciativas relativas a las nuevas tecnologías, «que podrían apoyar al SGT-9 con elementos relativos al diseño de políticas de intercambio de energía en el corto y largo plazo”.