América Latina y el Caribe registra un progreso significativo en materia de acceso a la energía eléctrica. De acuerdo con el informe “Panorama energético de América Latina y el Caribe 2022” de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) de 58.6 millones de habitantes sin acceso en el año 2000, se pasó a los 16.1 millones en 2021.  

Aquello se vería reflejado en la tasa de cobertura eléctrica de la región que en el 2021 fue de 97.6% y que en buena medida habría logrado ese avance gracias a licitaciones de suministro de energía renovable y almacenamiento para comunidades remotas en zonas no interconectadas.  

Ahora bien, fabricantes del sector energético renovable advierten que, para cubrir el porcentaje restante, las nuevas licitaciones podrían tener puntos de mejora que aseguren la sosteniblidad de las instalaciones. 

“Históricamente, lo que hemos visto es que las licitaciones han ido siempre a precio. Los gobiernos, muchas veces por falta de conocimiento, lo único que solicitan cuando buscan la electrificación de zonas no interconectadas es un determinado número de instalaciones y lo único que valoran es el precio de la oferta más barata”, comentó David Lopez Liria, gerente de ventas para Latinoamérica y el Caribe de Victron Energy.   

Desde la óptica del referente del sector, esto acarrea dos problemas principales, uno es la pérdida de dinero y el otro es la pérdida de confianza de los usuarios finales para con las instalaciones solares fotovoltaicas y de almacenamiento energético. 

“Desgraciadamente, cuando se ha ido a precio lo que hemos visto es que los sistemas fallan en muy poco tiempo porque se instalan equipos fotovoltaicos de muy poca calidad y las baterías también fallan muy pronto”.

“Con lo cual, se han invertido muchos miles de dólares -cuanto no millones de dólares- en esas licitaciones para que en menos de un año probablemente el 60% o el 70% de esas instalaciones no funcionan”, consideró David Lopez Liria. 

¿Cuál sería la solución? Más allá de fijar criterios más rigurosos para la calificación de empresas proponentes, Lopez Liria apuntó a exigir garantías de funcionamiento de los sistemas a instalar. 

«Mi sugerencia sería, por favor, obliguen a quien gane esas licitaciones a que esos sistemas estén operativos como mínimo durante cinco años o que tengan, según el caso, un mínimo de ciclos de vida”, puntualizó Lopez, en referencia no sólo a los componentes fotovoltaicos que ofrecen un plazo de vida útil más amplio sino también a las baterías.

Esta exigencia llevaría a que las empresas se comprometan con la sostenibilidad del negocio mientras elevan los estándares de calidad en los componentes tecnológicos que se incluyen en las ofertas. 

“Hay equipos de calidad. Evidentemente nosotros somos una opción, pero hay otras opciones en el mercado”, indicó David Lopez Liria, gerente de ventas para Latinoamérica y el Caribe de Victron Energy.   

En el caso de Victron Energy, la empresa cuenta con distribuidores locales en casi la totalidad de países en América Latina y el Caribe desde los cuales se puede realizar entrega inmediata de los equipos que requieran los clientes o como mucho de unos días, en caso de que los equipos no esté en stock porque el portfolio de Victron es muy amplio, cuando se necesite hacer un envío de equipos desde las bodegas con las que cuenta la empresa en Estados Unidos.