¿Cómo evalúa que fue la implementación de la Ley de Incentivos de Energía Verde de Puerto Rico?

Habiendo ya pasado por la experiencia de la implementación de varios programas de energía bajo los fondos ARRA, la implementación del Fondo de Energía Verde fue mucho mas eficiente y organizada.  El programa se dio a conocer bastante rápido y el interés del público se vio presente casi de forma inmediata, a nivel que la demanda era más alta que la cantidad de fondos que había.

¿Qué hitos destaca del Programa? 

El programa logró su meta de promover energía renovable y hacerla accesible a un público más grande.  A su vez ayudó a bajar drásticamente los costos de los sistemas fotovoltaicos al establecer un tope a los incentivos por costo por vatio.  Debido a que la Oficina Estatal de Política Pública Energética dependía de otra entidad para desembolsar los incentivos y para mediados de la vida del Fondo la economía del país estaba sufriendo mucho, los pagos en momentos se vieron atrasados causando un poco de disgusto y duda en el proceso.  Sin embargo, los precios de los sistemas bajaron a tal nivel que el público poco a poco fue necesitando menos del incentivo, otra de las metas del programa.

¿Considera que la Ley Núm. 17 – Ley de Política Pública Energética de Puerto Rico llegó a potenciar los incentivos?

No conozco de un incentivo actualmente establecido por la Ley 17.  Sin embargo, crea el Fideicomiso de Energía Verde que a su vez puede crear diversos Programas con los fondos que recibe que podrían incluir programas de incentivos para energía renovable, eficiencia energética (un tema un poco dejado al olvido en Puerto Rico), y otros que contribuyan a la transformación energética de Puerto Rico.

Por un lado me parece que esta entidad podría ser de gran ayuda.  Por otro lado me preocupa lo congestionado que está el panorama de diferentes entidades que tocan el tema energético.  Pienso que de consolidar muchas de estas entidades y claramente establecer quien dicta e implementa la política pública energética en Puerto Rico, nos podemos mover de forma más ágil a transformar a Puerto Rico en el tema de energía.

¿Qué retos enfrentará Puerto Rico para la distribución de fondos federales que ingresarán?

Desde el punto de vista de fondos relacionados a energía, uno de los retos mayores será trabajar alrededor de las expectativas y términos del mismo gobierno federal.  Ninguna otra jurisdicción cuenta con el nivel de escrutinio que cuenta Puerto Rico para el uso de los fondos federales.

El escrutinio casi obsesivo para evitar el supuesto fraude, es el mayor obstáculo para que familias vulnerables o desventajada se beneficien de programas.  Este obstáculo se extiende al área comercial/privada y publica también.

En adición, la desinformación en los procesos estatales y federales reducen la confianza del consumidor o de los potenciales beneficiados.

¿A qué impactos negativos se enfrentan? 

Se crean campañas negativas sobre el proceso de recibir incentivos de fondos federales ya que el consumidor está acostumbrado a un proceso más rápido y menos oneroso (sucedió en algún momento con el Fondo de Energía Verde).

El requisito federal del cumplimiento con guías ambientales, preservación histórica y prevención de malversación de fondos entre otros ocasiona que un incentivo o rembolso que usualmente se procesa con relativa agilidad en otro tipo de fondo, ahora tarde 2 y 3 veces más tiempo con estos fondos de FEMA o CDBG-DR.  Esto alimenta la negatividad y aleja muchas familias o potenciales beneficiados que realmente necesitan esa ayuda.

Entre estos fondos, ¿deberán utilizarse los provenientes de FEMA para el fortalecimiento de infraestructura eléctrica del archipiélago?

Puerto Rico recibe aproximadamente 10 mil millones dedicados a la reconstrucción de la red eléctrica por medio de los fondos 428 de FEMA.  Podría recibir x miles de millones más a través de fondos de mitigación (404 y 406).  Definitivo que tenemos que contar con estos fondos para fortalecer una red que fue fuertemente destruida por el huracán Maria en el 2017.

La combinación de todos estos fondos de FEMA debe dar a Puerto Rico la oportunidad de construir una red más moderna, bajo los estándares actuales, y con la habilidad de inyectarle fuentes diversas de energía o generación (solar a nivel de generación distribuida, solar a nivel de gran escala, viento, gas y otros).

Sin embargo, la red no se reconstruye en 3 o 4 años.  Esto tardará posiblemente 10 años y la gente debe entender que ese es el proceso normal en circunstancias como esta.

Además de desplegar nuevas redes eléctricas y reparar las ya existentes, ¿en qué deberían usarse los fondos para preparar al sistema para el advenimiento de más capacidad renovable variable y almacenamiento energético?

Para un sistema eléctrico que va a tener una inyección grande de energía renovable e interacción con microrredes, es crítico que el mismo cuente con diferentes elementos.

Todo sistema eléctrico moderno cuenta con tecnología suficiente para poder monitorear y controlar todos los aspectos de la red (Smart Grid).  También las líneas deben ser diseñadas y construidas con capacidad suficiente para permitir que la energía fluya en dos direcciones.

Para simplificar el argumento, dos direcciones significa desde la fuente de generación tradicional hasta las cargas y viceversa ya que en donde están las cargas podría existir también un sistema de generación distribuida.  Finalmente, la red debe contar con sistemas de almacenaje de energía ya sea por medio de baterías, almacenamiento bombeado u otra tecnología.

Aparte de la utilización de fondos de FEMA para la reconstrucción de infraestructura eléctrica del país, el Departamento de la Vivienda a decidido utilizar fondos CDBG-DR/MIT para la implementación de programas de incentivos de energía renovable tanto a gran escala como para generación distribuida.  Aunque estos programas estarán abiertos al público en general, buscan servir prioritariamente comunidades vulnerables y familias de bajo o escasos recursos.