La amenaza de nuevos aranceles por parte de Donald Trump plantea desafíos significativos al mercado mexicano. Con una fuerte dependencia de las importaciones y exportaciones energéticas, y un contexto global incierto, México enfrenta la necesidad de ajustar su estrategia política y comercial para minimizar riesgos.
«México estará a la espera de ver qué sucede en el contexto global, de ver qué quiere y qué puede lograr Estados Unidos y China, para entonces poder determinar de qué manera puede jugar y tratar de evitar los impactos negativos para este país, para México», señala Carlos Flores, analista del sector energético norteamericano.
Hasta tanto haya mayor claridad de cómo se implementen las medidas arancelarias, Flores evalúa distintos escenarios de impacto en el sector energético. En conversación con Energía Estratégica, asegura:
«El problema sería si es que ese arancel incluye también al petróleo, recordemos que México exporta crudo a USA para después importar productos terminados. En ese caso, México tendría gasolinas y demás combustibles más costosos».
Actualmente, México carece de la infraestructura necesaria para procesar todo el crudo que produce. Según el analista consultado, «México no tiene la capacidad de procesar, por sí mismo, todo el crudo que produce, ni hay en la región algún otro país donde pueda hacer ese proceso de manera competitiva», lo que deja al país vulnerable ante posibles restricciones comerciales o aumentos en los costos.
La interdependencia energética entre ambos países también se refleja en el sector eléctrico. Existen once interconexiones eléctricas en la frontera México-Estados Unidos, la mayoría de ellas diseñadas para exportar electricidad hacia California y Texas, los dos estados con mayor demanda energética. Carlos Flores aclara que estas infraestructuras están diseñadas principalmente para la exportación a estos mercados estadounidenses.
«Esperar un cierre, un importe a las exportaciones de México-Estados Unidos, porque el flujo eléctrico es de aquí para allá en su enorme mayoría, aunque está diseñado para ser bidireccional, en su mayoría están hechas para exportar a aquellos dos mercados. Entonces, pensar que pudiera haber un parón o recorte a esa infraestructura, no lo creo, no lo veo, porque Estados Unidos se quedaría sin un pedacito de insumo eléctrico que necesita», explica.
En cuanto al gas natural, el flujo mayoritario ocurre de norte a sur, es decir, de Estados Unidos hacia México. Por lo que Flores considera improbable que una orden presidencial detenga estas exportaciones.
«En Estados Unidos no hay empresas públicas, son empresas privadas. Y esas empresas privadas, pues, ya han firmado su negocio si tienen una orden presidencial de dejar de exportar hacia México no creo que vaya a pasar. Es decirles a las empresas privadas, a las empresas exportadoras, productoras y exportadoras de gas, que dejen de hacer su negocio», detalla.
Sin embargo, destaca que cualquier interrupción en el suministro de gas natural tendría repercusiones importantes en México. «Tendría un impacto bastante negativo para sus resultados económicos, financieros. Y por ende, no creo que se vaya aquí», señala.
Panorama local para energías renovables y nearshoring
Otro aspecto clave es el impacto potencial en las inversiones derivadas del nearshoring, una estrategia que se vio fortalecida durante la administración previa de Trump, cuando los aranceles a China beneficiaron indirectamente a México. Sin embargo, el referente consultado explica que el país no aprovechó completamente esa oportunidad.
«La imposición del 25% de aranceles a productos importados desde México depende de lo que haga también junto con China o a la par con China», comenta. «En la administración anterior de Donald Trump también hubo algo así, hubo una situación similar en la cual hubo aranceles a productos chinos y eso fue precisamente lo que desencadenó la primera ola de nearshoring a México», añade.
Sobre las inversiones en el país, el analista observa: «Lo que yo he visto en términos de inversiones en los próximos años, y no hablo solamente de energía, hablo de cualquier sector, inversión privada, extranjera en México, tiene dos características. Una ha sido pequeña, por no decir mínima, y segundo, ha venido a la baja».
Respecto a las energías renovables, Carlos Flores destaca que la política de Trump de priorizar la producción petrolera podría ralentizar el avance de estas tecnologías a nivel global. «Dice Donald Trump que va a maximizar la producción con el objetivo de producir 3 millones de barriles diarios. Hay que entender cuál sería el efecto de eso. La mayor producción para una misma demanda es un menor precio, y a quien se está afectando ahí es al productor. El productor sí, a lo mejor va a tener más, pero va a vender a menor precio, y esas no son las condiciones ideales que prefieren los productores», explica.
Para México, Flores observa un panorama menos complicado en términos de renovables. «Es cierto que la mayoría de los parques, tanto eólicos como solares, y ahora también de almacenamiento que se empiezan a hacer en México, pues también tienen producto chino, pero no veo que haya una manera legal ni fiscal en la que Estados Unidos pueda entrometerse a las importaciones que hace México desde China para los proyectos que se construyen en México», puntualiza.
Ahora bien, añade usando una analogía con el sector automotriz que «si se importa desde China a México y en México se ensambla y se exporta a Estados Unidos un producto terminado, como ser un vehículo ya terminado, ahí sí Donald Trump ha dado mensajes de intentar frenar esta situación, pero en el sector energético, tanto hidrocarburos como electricidad, no veo que esa misma situación se pueda dar».
La entrada Análisis: ¿qué impactos y alcances podría tener la imposición de aranceles de Estados Unidos en México? se publicó primero en Energía Estratégica.
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