La Asociación de Proveedores de Energía Renovable Distribuida de Honduras (APRODERDH) suma nuevos asociados y se transforma en la Alianza de Autoproducción con Energía Solar en Honduras (APROSOL) para impulsar aún más la generación distribuida y aislada en todo el territorio hondureño.
Durante la presentación de la Alianza, en el marco del primer simposio de energía solar para autoconsumo en Honduras, Abraham Riera O’Connor, presidente de APROSOL, hizo un llamado urgente a abordar los desafíos que obstaculizan la masificación del autoconsumo solar en el país.
En la actualidad, la generación distribuida solar en autoconsumo en Honduras alcanzaría los 300 MW instalados, mientras que las viviendas aisladas con placas solares suman 6.000 beneficiarios más. Sin embargo, como contraste, las residencias son responsables del 43.9% del consumo de energía del sistema eléctrico interconectado del país y más de 1.5 millones de hondureños sin acceso a energía eléctrica. Por lo que, el autoconsumo solar podría ir mucho más allá.
Según explicó el presidente de APROSOL, serían cuatro los factores que deben ser atendidos para un mayor desarrollo del autoconsumo: económicos, políticos, tecnológicos y social medioambiental.
“Siempre hay una tendencia alcista en la tarifa sea por el incremento del dólar, los materiales y equipos que se requieren para mantener al sistema, nuevas líneas de distribución y circuitos”, mencionó Abraham Riera O’Connor.
Y precisó: “la tarifa de baja tensión promedio es de 5.5928 Lps/kWh (O,2264 USD/kWh) y una tarifa de media tensión promedio de 3,6533 Lps/kWh (0,1480 USD/kWh) y lo importante es que aún así con los precios de las tarifas actuales, el costo de la tarifa es de 2 a 2.5 veces el costo de la generación con energía solar fotovoltaica”.
De esta manera, la masificación de esta tecnología no solo impulsaría la transición hacia una matriz energética más sostenible, sino que también generaría beneficios económicos y sociales significativos para Honduras.
¿Qué impediría su crecimiento? El presidente de APROSOL señaló que existen barreras administrativas que dificultan la legalización e instalación de sistemas fotovoltaicos y advirtió que los procesos burocráticos para la reprogramación de medidores de energía, necesarios para reconocer adecuadamente la energía producida y consumida tienen altas demoras que afectan la operatividad de los proyectos solares fotovoltaicos y genera costos adicionales para los usuarios.
“Lo que pediríamos es que los procesos administrativos de legalización de instalaciones de alto consumo fotovoltaicos comerciales y reprogramación de medidores sea más expedito, ya que el proyecto solar fotovoltaico no puede echarse a andar de forma correcta si no hay una reprogramación. ¿Por qué? Porque si el medidor se encuentra en modo seguro como generalmente vienen, energía que entre o energía que salga el medidor la va a sumar y los clientes terminan pagando más una vez instalado el sistema solar fotovoltaico. Entonces, hasta que no suceda la reprogramación de ese medidor para que ese medidor reconozca la energía entrante como positiva y saliente como negativa no se puede hacer”, explicó.
En adición, otros desafío identificado por APROSOL sería la necesidad de agilizar el proceso de exoneración de incentivos fiscales para equipos solares. Riera O’Connor destacó que la demora en la tramitación de estas exoneraciones puede afectar la viabilidad financiera de los proyectos.
“Requerimos un proceso de exoneración de incentivos fiscales más expeditos porque tenemos muchas empresas que están meses y años tramitando exoneraciones fiscales de los equipos y los proyectos no pueden parar. Entonces al final se producen pérdidas o las ganancias no son como se esperaban y se tienen que optar a créditos fiscales posteriores”.
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