Uruguay volvió a tener niveles de importación de energía eléctrica similares a aquellos dados hace más de una década, previo a la primera transformación energética del país y el ingreso en operación de centrales eólicas y solares. 

De acuerdo a un relevamiento de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables (AUDER), hubo momentos en los que se debió importar cerca de 1030 MW para abastecer la demanda, lo que representó casi un 80% de la potencia instantánea, debido a la sequía impactó en el país y en la generación hidroeléctrica. 

“Pasaron más 5 años sin incorporación de parques renovables de mediana o gran escala y poco a poco nos alejamos el balance energético nacional disminuyó de un 95% de renovables a aproximadamente 80%. Ello pone de manifiesto que Uruguay no está tan sobre equipado para decir que tenemos un exceso de renovables”, sostuvo Diego Oroño, miembro directivo de AUDER, en conversación con Energía Estratégica

“A ello se debe agregar que el aumento anual de la demanda de energía eléctrica es cercana al 2-3% anual de la demanda de energía eléctrica y aparecieron otros proyectos de demandas en firme, muy intensivos en energía, como data centers, que consumen entre 25 y 50 MW”, amplió. 

Ante ello, desde AUDER manifestaron la necesidad de tomar medidas lo antes posible y realizar nuevas licitaciones de renovables y gestionar más contratos para afrontar dicha situación, considerando los plazos de ejecución de los proyectos. 

“Si se licitara un paquete de 100 o 200 MW solares durante el segundo semestre del año, esa generación entraría en el 2025. Con lo cual ya visualizamos que hasta ese año no habrá nuevos ingresos entonces desde AUDER planteamos que se hace urgente comenzar ya y no dilatar más”, manifestó Oroño. 

“Y en la medida que mantengamos el mismo modelo de negocio PPA a 30 años take or pay, con el offtaker siendo la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE) y cumplimiento total de las obligaciones económicas, sumado a que los precios por MWh para fotovoltaica oscilan entre los USD 40-50, creo que habrá muchos interesados a nivel internacional”, continuó. 

Cabe recordar que desde la Asociación Uruguaya de Energías renovables ya habían vaticinado que existían empresas multinacionales como Google y Amazon que planteaban instalarse con importantes oficinas, almacenes y data centers en el país, que representarían más del 10% de la demanda eléctrica total. De allí es que resulta prioritario incorporar nuevos proyectos en el corto plazo que atiendan a la nueva demanda.

Ello no pasó desapercibido por UTE, que a mediados del año pasado, reconoció que se consideraban contratos PPA de acuerdo a la proyección de demanda estimada e incluso anunció que se licitarían módulos solares de 100 MW hasta el 2030 y que este 2023 comenzaría el proceso de planificación para determinar bajo qué mecanismo se llevará a cabo

Bajo esa misma línea, la prioridad de la incorporación renovable vendrá del lado fotovoltaico, siguiendo con los aerogeneradores y módulos termosolares, debido a que hoy en día ya hay 1500 MW de potencia eólica y sólo alrededor de 230 contratos solares.