Saudi Aramco registró una caída del 23% en el beneficio neto del tercer trimestre debido al descenso de los precios del crudo y los volúmenes vendidos.
El resultado del beneficio neto del tercer trimestre supuso un fuerte descenso respecto a los 42.400 millones de dólares del mismo periodo del año anterior, pero aun así superó las estimaciones de los analistas, cercanas a los 31.800 millones de dólares.
El beneficio neto cayó a 32.600 millones de dólares en el trimestre hasta el 30 de septiembre, por encima de los 31.800 millones previstos por 12 analistas en una previsión facilitada por la empresa.
Las acciones del grupo, que han subido alrededor de un 15% este año, subían un 0,6% a 33,65 riyales (8,97 dólares).
Aramco informó que sus ingresos cayeron a 113.090 millones de dólares en el trimestre, frente a los 144.990 millones de dólares del año anterior, mientras que los pagos de cánones y otros impuestos cayeron a 14.700 millones de dólares, frente a los 24.300 millones de dólares.
El flujo de caja libre de la empresa se redujo a 20.300 millones de dólares, menos de la mitad que en el tercer trimestre de 2022 (45.000 millones).
Aramco mantuvo su pago de dividendos de 29.400 millones de dólares a los inversores y al Gobierno saudí. De esa cantidad, 19.500 millones constituyen el reparto del dividendo base, que se pagará en el cuarto trimestre, y otros 9.900 millones constituyen el dividendo ligado a resultados.Declaró un dividendo base trimestral de 19.500 millones de dólares, que se paga independientemente de los resultados. En el cuarto trimestre se pagará una segunda distribución de dividendos vinculados a resultados por valor de 9.870 millones de dólares, basados en 2022 y los nueve primeros meses de 2023.
El reparto de 9.900 millones “se abonará en el cuarto trimestre en función de los resultados combinados de todo el año 2022 y los nueve primeros meses de 2023”, según el comunicado de resultados de la empresa.
La caída de la rentabilidad este año ha estado en consonancia con las tendencias del sector, con grandes empresas energéticas como ExxonMobil y Chevron registrando fuertes descensos anuales en el tercer trimestre.