Brasil sigue a la alza en la instalación de sistemas solares. En menos de un mes volvió a aumentar su capacidad instalada en más de 1 GW, superando lo hecho en septiembre de este año, y ya alcanzó los 21349 MW operativos.
De acuerdo a la información compartida por la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (ABSOLAR), la generación distribuida mantiene el ritmo creciente y domina el mercado fotovoltaico con 14646 MW , es decir casi 1000 MW que los datos del mes anterior.
Mientras que la generación centralizada sólo subió alrededor de 180 MW, hecho que le permitió sobrepasar los 6,7 GW instalados en el país. Aunque se espera que, a partir de los ingresos en operación de las centrales adjudicadas en las subastas de nuevas energías, ese número se incremente en el futuro cercano.
“El año pasado, Brasil terminó 13° en el ranking mundial de capacidad solar instalada, pero este año esperamos finalizar en la 10° o 9° posición. Y algo interesante es que sólo en 2023 se añadirán de 3 a 4 GW de energía solar centralizada de proyectos adjudicados en subastas que ya están avanzados”, reconoció Bárbara Rubim, vicepresidenta del Directorio de ABSOLAR, durante un evento del Global Solar Council en la COP 27.
“Además, vemos que crece el interés por la energía solar comunitaria, lo cual es positivo ya que permite mayor democratización del acceso a la energía, pero también presenta un desafío diferente cuando hablamos sobre el uso y cómo afecta al sistema energético”, agregó.
Asimismo, la empresaria también analizó qué otras tendencias se avecinan para el sector y qué podría ocurrir con el cambio de gobierno tras la vuelta de Lula da Silva (ganó el ballotage presidencial frente a Jair Bolsonaro).
“El próximo año tendremos un partido de izquierda, e históricamente éstos tienden a tener políticas más orientadas a renovables y el medio ambiente. Por lo que esperamos que se implementen más políticas públicas de esta índole”; sostuvo.
Y mediante una mirada más a amplia, a corto plazo y de aprobarse la reglamentación de la Ley N° 14300, planteó que seguramente la generación distribuida siga siendo la alternativa más destacada para el crecimiento de la energía fotovoltaica, con un “gran aumento” de usuarios comerciales y agrovoltaicos. Segmentos que vieron una mayor evolución debido a los esquemas financieros disponibles para ese tipo de consumidores.
Mientras que a largo plazo, consideró que el mercado se orientará hacia los usuarios que se encuentran en el mercado libre y que también habrá que ver de reojo lo que pueda pasar con el marco normativo.
“Por supuesto que la regulación siempre es un gran problema, sumado a todas las modificaciones que acarrea un cambio de gobierno”, apuntó teniendo en cuenta que el decreto reglamentario de la Ley N° 14300 aún no está listo y que se espera que entre en vigor recién en enero 2023, es decir, un año después de la aprobación de la normativa.
“De todos modos, creo que una oportunidad estará en que Brasil se convertirá en un hub latino para la producción de equipos fotovoltaicos, ya que hay anunciadas dos fábricas de paneles solares”, concluyó.