Argentina se comprometió a mantener constantes sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hasta el 2030. Esto implica una mejora de la contribución nacional del 26% con relación a la anterior y presupone que el crecimiento de la demanda eléctrica será abastecido con una generación libre de emisiones.
El sector eléctrico está llamado a tener un rol fundamental en la transición, liderado por las energías renovables.
En primer lugar, porque la generación renovable explica el 87% de la reducción en las emisiones de GEI del sector, que se redujeron un 18% por GWh generado.
El aumento de la participación renovable desde niveles insignificantes a más de 10% de la generación, del cual la energía eólica explica el 75%, cambió todas las variables relevantes de forma positiva.
Asimismo, el sector eólico fue clave para sustituir importaciones, permitir el ahorro de divisas y desarrollar capacidades productivas. La Ley 27.191 posibilitó cambios en el sector eléctrico que van más allá de reducir la dependencia fósil en la matriz de generación.
Aumentar la oferta eléctrica ha permitido también garantizar la seguridad energética inclusive durante la peor sequía que se tenga memoria y la sustitución de 8,8 Mm3/d, que se traduce en un ahorro de USD 800 millones en 2021 al sustituir gas importado.
El desarrollo de la industria eléctrica renovable posibilitó reducir el costo medio de generación en un 16% comparado con el promedio histórico. Y el costo marginal operado se redujo a un tercio de su valor de hace unos años, al pasar de más de 180 USD/MWh a menos de 60 USD/MWh en promedio.
El aporte al empleo de la construcción de los parques eólicos y de la fabricación local de piezas, partes y componentes de los aerogeneradores ha sido considerable.
Se estima que en la Argentina, considerando sólo la fabricación local de las torres y el ensamble de nacelles y bujes, más componentes eléctricos suplementarios, se generan alrededor 2.300 empleos verdes cada 1,000 megawatts/hora adicionales de potencia.
Estos guarismos tienen posibilidades de ser incrementados en la medida que se alcancen etapas superiores de integración nacional de componentes y podrían ampliarse en escala contemplando la exportación de componentes a países de la región.
Basta mencionar la exportación de torres nacionales a Estados Unidos durante los últimos años.
El compromiso de Argentina con el Acuerdo de París requiere introducir al menos entre 750 MW a 1.500 MW anuales para cumplir la NDC en el primer caso y alinearse a una trayectoria de emisiones neutras a 2050 en el segundo.
Más importante, garantizar un piso de incorporación de MW permitirá desarrollar las capacidades productivas que sin la previsión de un crecimiento del mercado a largo plazo resultarían imposibles.
La energía renovable aporta divisas a la economía cuando se considera todo el ciclo del proyecto. Cada 1.000 MW de nueva potencia aporta u$s 840 millones de dólares a valor presente.
La inversión para cumplir con los compromisos del Acuerdo de Paris oscila entre USD 9.500 millones a USD 19.000 millones que, a su vez, permitirá sustituir importaciones de entre USD 11.100 millones a USD 22.300 millones de gas importado o liberar el gas producido localmente para su exportación.
Además, generaría un complejo industrial permanente con potencial exportador, con un piso de más de 3.000 empleos sostenidos anualmente y un impacto en la actividad local de entre USD 6.000 millones y USD 12.000 millones.
Transición energética y financiamiento
La Ley 27.191 llevó al sector eólico a invertir USD 3.500 millones e incorporar a la red 2.981 MW a junio de 2021, cuando todavía existe un inventario de proyectos de al menos otros 2.000 MW que requerirán financiamiento por USD 2.400 millones adicionales.
La producción de energía es capital intensiva y muy demandante de financiamiento, que hoy solo se encuentra en monto y condiciones en los mercados internacionales. Ha quedado demostrado que este financiamiento logró una genuina sustitución de importaciones y por consiguiente ahorro de divisas.
La agenda de los organismos multilaterales, cada vez más, estará concentrada en financiar la transición energética, dada la magnitud del desafío propuesto para los próximos 30 años.
El volumen de las amortizaciones y la necesidad de nuevo financiamiento para el sector requiere aprovechar el financiamiento disponible a nivel internacional, utilizando esquemas de colaboración público privado.
En este marco y considerando el aporte sustancial que realizó y puede realizar el sector para aliviar la restricción externa y contribuir con una industria clave a futuro, la CEA presentan tres iniciativas: la extensión del decreto 234/21 a los proyectos de inversión que sustituyen importaciones, la coordinación con organismos multilaterales para la obtención de financiamiento y el canje de deuda por cambio climático.
Las energías renovables son indispensables para aumentar las exportaciones netas de energía. El aporte de las renovables no se limita a cumplir con los compromisos ambientales de Argentina, en un mundo que demandara mayores ambiciones o, cuando no, mayores exigencias como lo demuestra el mecanismo de ajuste de carbón en frontera.
El sector eólico ya ha demostrado su potencial para sustituir importaciones de combustibles, el consecuente ahorro de divisas, su capacidad para transferir conocimiento y generar empleo.