El responsable de Wintershall DEA en la Argentina, le reconoce al país sus ventajas comparativas para la producción de gas natural y petróleo; tanto en lo convencional como en el shale. Aprovecharlo requiere incrementar el impulso: tanto para ampliar la conexión de infraestructura como en cuanto a las condiciones de mercado. Tras los avances del último año, Böckmann recuerda la necesidad de seguir ampliando la red de transporte en el norte así como lograr invertir el flujo de los envíos. Por otro lado, el CEO puntualiza en avanzar en las posibilidades para asociaciones público-privadas, que habiliten y protejan la inversión privada.
Con motivo del aniversario de 135 años, Argentinisches Tageblatt conversó con el piloto de Wintershall DEA. El objetivo: conocer de primera mano qué futuro proyecta la empresa en una Argentina en un proceso de cambio.
Manfred Böckmann: Como se comunicó, se firmó una carta de intenciones. Esta incluye la venta de cinco unidades de negocio a Harbour Energy. Quedan excluidas las sedes en Kassel y Hamburgo y algunas empresas con intereses rusos. Los equipos de todas las partes implicadas llevan trabajando en el cierre desde principios de año. Esperamos que se produzca este año, pero siempre depende de las autorizaciones de cada país. En la Argentina, por ejemplo, la normativa es diferente a la de México o Egipto. Obtener las autorizaciones de cada país es una parte esencial de esta fase de integración.
Qué pasara con los activos de Winterhsall DEA en el país
– ¿Qué significa el acuerdo concretamente para el negocio de Wintershall DEA en la Argentina?
Esa es una pregunta que deberá hacerle a Harbour Energy al final del proceso. No es mi lugar opinar sobre la orientación estratégica de Harbour Energy, ni hacia la Argentina ni hacia ningún otro país. Lo que puedo decir es que, como Wintershall DEA, estamos presentes en la Argentina desde hace 45 años y tenemos una larga tradición y reputación como socio fiable. Este es un legado importante para nosotros.
– ¿Cuáles son las mayores oportunidades para Wintershall DEA este año?
El sector energético y aquí, en particular, el petróleo y el gas, retomó una curva de crecimiento en 2023. Para nosotros, el año terminó en equilibrio. Este año lo terminaremos con un importante crecimiento, en base a ese crecimiento renovado. Todo el sector está en franco crecimiento. Las señales que estamos viendo ahora en cuanto al marco regulatorio son muy motivadoras. Y esto debería suponer un impulso significativo sobre todo en el sector de la exportación para el sector del petróleo y el gas.
– ¿Cuánto ha crecido el negocio de Wintershall Dea concretamente en comparación con el año anterior y cuál es la previsión de la empresa para 2024?
Hemos podido mantener nuestro nivel en los últimos dos o tres años. Este año, algunos de los principales proyectos de inversión del año pasado darán sus frutos y proporcionarán un impulso adicional. El primero y más importante es el proyecto Fénix, que estamos realizando en el sur de la Argentina junto con nuestros socios Total, como operador, y Pan American Energy (PAE).
Allí comenzaremos la producción en el cuarto trimestre de este año. Por otra parte, también estamos produciendo en Neuquén -tanto convencional como no convencional, es decir, gas y petróleo de esquisto- en Vaca Muerta.
El proyecto Fénix
– ¿Qué significa concretamente “crecimiento renovado”?
Nuestra producción asciende a 59.000 barriles de petróleo equivalente al día, con el 92% siendo gas naturla. Sólo en gas, el año pasado, participamos en proyectos que representaban entre el 20 y el 25% de la producción local de gas. Producimos 10 millones de metros cúbicos de gas al día.
Hoy, somos el sexto productor del país. Esto corresponde a una media del 7% al 8% de la producción local de gas a lo largo del año. Con el nuevo proyecto en el sur –Fénix– podremos aumentar este nivel aproximadamente en un 10%, en el próximo año.
Como es sabido Wintershall DEA tiene una participación del 37% en el proyecto que contó con una inversión upfront de US$ 700 millones. A eso, se le suman nuestra producción en Neuquén -tanto convencional como no convencional, es decir, shale gas y petróleo- en Vaca Muerta. En resumen, este año, algunos de los principales proyectos de inversión de los últimos años, darán sus frutos y proporcionarán el impulso correspondiente.
– Decía antes que veía señales motivadoras en materia reguladora. ¿Qué otras señales hay que le generan buenas sensaciones?
Nos anima el hecho de que vemos una expansión continua de la infraestructura del sector. Esto comenzó antes del cambio de gobierno pero ahora está siendo fuertemente impulsado por el nuevo gobierno. Esto es bueno porque nos permite ampliar aún más nuestras exportaciones a Chile y Brasil, incluso para exportar gas a Bolivia en el futuro en lugar de importarlo.
Y aquí la Argentina tiene una gran ventaja competitiva para aprovechar: los costos de producción del gas argentino son comparativamente bajos. Eso representa una gran ventaja comparativa. Otra es -como ya he dicho- que tenemos clientes naturales para el gas argentino en Chile, Bolivia y Brasil. También veremos exportaciones de gas natural licuado, es decir, GNL.
Estoy convencido de que, en los próximos años, se harán realidad numerosas iniciativas que se han puesto en marcha en las dos últimas décadas al respecto. Si bien este año, la Argentina aún deberá importar GNL para cubrir sus propios picos invernales y porque cada vez llega menos gas de Bolivia, el país ya no está lejos de la autosuficiencia.
– En cuanto a la infraestructura. ¿Qué necesita Wintershall DEA en ese sentido para poder aumentar no sólo la producción, sino también las inversiones?
Lo que necesitamos es la ampliación de la red de gasoductos. Pero, en particular, la inversión del flujo de la estructura de gasoductos existentes en el noroeste del país. La Argentina recibe actualmente cantidades cada vez menores de Bolivia para abastecer de gas al noroeste de Argentina. Es necesario invertir el flujo de esta estructura de gasoductos. Esto requiere inversiones y, en un principio, es una tarea gubernamental. Esto se ha paralizado debido a la escasa inversión pública como consecuencia de los programas de austeridad del nuevo gobierno. Pero eso debe continuar.
En segundo lugar, necesitamos asociaciones público-privadas, que habiliten la inversión privada en este tipo de infraestructuras. Eso aceleraría enormemente muchas cosas. Especialmente, si también el transporte de hidrocarburos pudiera ser promovido por la inversión privada.
Por otro lado, necesitamos urgentemente un marco normativo y jurídico que permita el acceso a los mercados de capitales, su libre circulación y que posibilite ventajas fiscales para las grandes inversiones. Pero, más que nada, que proteja estas inversiones. Eso es muy importante para nosotros: un marco jurídico que sea válido a largo plazo. Ese es el factor decisivo.
Precios regulados en Argentina
– Una de las principales piedras de la discordia de los últimos años ha sido el proteccionismo con el que la Argentina ha protegido su mercado nacional de combustibles, sin incentivar por ello la inversión extranjera. Un proveedor paga en el país un precio más bajo por un barril de petróleo que en el mercado internacional. ¿Ha cambiado esto? Y si es así, ¿qué falta?
No. Seguimos trabajando con sistemas de subvenciones, sobre todo en el mercado del gas, pero también en el de la electricidad. Incluso en el downstream -donde no estamos activos-, la gasolina y el gasóleo también están fuertemente subvencionados. Sabemos por las conversaciones que estamos manteniendo que las subvenciones van a reducirse. Lo estamos viendo en ámbitos como el transporte. Es el paso adecuado para permitir la transparencia de los precios. No hay mercado libre mientras haya regulación de precios.
– ¿Qué tipo de programa les propone el Gobierno en ese sentido?
Eso debe ser parte del debate político. Evidentemente, no podemos ignorar el hecho de que el país está experimentando una gran reorganización. Hay amplios sectores de la población, especialmente los pobres, que ahora dependen de los precios subvencionados de la energía, así como de otros productos y servicios. Por eso se trata de una decisión política.
Habiendo dicho eso, también es importante para nosotros -y por las mismas razones que le mencioné antes- que los acuerdos existentes que hemos firmado con gobiernos anteriores, por ejemplo, se cumplan y no se sustituyan por nuevos acuerdos más liberales de un día para otro. En otras palabras, todo el país está en medio de una transición de un sistema a otro. Y eso no ocurre ni se puede hacer de la noche a la mañana.
Creo que estamos en el camino correcto. Sin embargo, la palabra clave -para utilizar su frase- para nosotros es y será siempre, la conformidad contractual, el respeto a la palabra empeñada. Es esta que nos da la perspectiva a largo plazo de que aquí en al Argentinatenemos condiciones de libre mercado con transparencia, como es uso y costumbre en el sector energético internacional.
– ¿Ante esa necesidad de estabilidad, cómo vivió el fuerte conflicto que protagonizaron los gobernadores y provincias productoras de petróleo y gas con el presidente Milei en la antesala de la nueva Ley de Bases hace un mes?
Nosotros estamos presentes en dos provincias: Tierra del Fuego y Neuquén. Hay otras provincias como Santa Cruz y Chubut, que tienen una larga historia y una larga tradición. Y creo que al final se trata de una competencia natural por recursos que son finitos. Más allá de eso, como empresa, tenemos poco que ver con esto, porque dónde estamos, tenemos potencial de desarrollo para los próximos años y décadas.
– ¿Dónde estarán abriendo nuevos campos este año?
Más allá de Tierra del Fuego y el Proyecto Fénix mencionado, tenemos varios otros proyectos de inversión más pequeños destinados a reducir o evitar emisiones. Por ejemplo, la electrificación de nuestras plantas mediante la instalación de centrales angulares. Uno de los proyectos más emocionantes está en el bloque de San Roque, en Vaca Muerta. Hasta ahora sólo hemos producido allí petróleo y gas de forma convencional.
La tarea en bruto es desarrollar el petróleo y el gas de shale con nuestros socios Total, Pan American e YPF de esta licencia de gran porte. Sería un proyecto completamente nuevo y muy grande. Espero que en 2024 podamos dar aquí un paso adelante significativo.
Fuente: https://mase.lmneuquen.com/vaca-muerta/manfred-boeckmann-la-argentina-ya-no-esta-lejos-la-autosuficiencia-n1110248