En la última década, las energías renovables en Brasil han experimentado un crecimiento significativo, equivalente a más de tres veces la capacidad de la central hidroeléctrica de Itaipú (14 GW), que se ubica entre las más grandes del mundo.
Para ser exactos, un estudio realizado por la Cámara Comercializadora de Energía Eléctrica (CCEE) reveló que los parques eólicos, solares, hidroeléctricos y de biomasa agregaron más de 50 GW de potencia al sistema eléctrico del país.
“Brasil está aprovechando cada vez más su potencial en energía renovable, un escenario que debería generar muchas oportunidades en nuevos mercados, como el hidrógeno bajo en carbono. Estamos en una posición muy estratégica en relación con la transición energética global. Además, el crecimiento de estas fuentes está acompañado de evolución tecnológica y menores costos de producción”, señaló Talita Porto, miembro del directorio y vicepresidenta de la organización.
Además, dicho relevamiento destaca que la expansión del sector eólico fue más expresiva, principalmente en el estado de Bahía, que ganó 275 nuevos proyectos en la última década y hoy lidera con el mayor número de plantas.
Mientras que actualmente, la capacidad eólica instalada a nivel nacional alcanza los 24,13 GW en 869 centrales y más de 9770 aerogeneradores en operación comercial, lo que la convierte en la segunda principal fuente de energía de Brasil.
Por el lado de los parques solares, inexistentes diez años atrás, hoy en día suman alrededor de 300 proyectos repartidos por todo el país bajo el modelo de generación centralizada, lo que representa más de 9,4 GW de potencia instalada, siendo que la entidad federativa de Minas Gerais experimentó el mayor desarrollo en la materia, con 74 parques solares en la región, lo que la mantiene en la cima del ranking.
Pero a ello se debe agregar que la generación distribuida también ocupa un lugar relevante en la matriz eléctrica de Brasil, dado que supera con creces a la utility scale en cuanto a capacidad operativa gracias a sus 21,18 GW en operación en casi 2.000.000 de sistemas.
“La mayor participación de estas fuentes en la matriz energética también ayuda a complementar la oferta de energía en el SIN y a preservar el nivel de los embalses de agua, especialmente en períodos de escasez de agua, brindando más comodidad desde el punto de vista de la seguridad de suministro para sociedad”, añadieron desde la CCEE.
En cuanto a las centrales hidroeléctricas, se han añadido casi 300 nuevas en los últimos años, tanto desde Pequeñas Centrales Hidroeléctricas (PCH) y Centros de Generación Hidráulica (CGH) con potencias máximas de hasta 1 MW, hasta embalses de hasta tres kilómetros cuadrados.
Sin embargo, la mayoría de los proyectos hidroeléctricos sólo se concentran en Minas Gerais, São Paulo, Santa Catarina y Rio Grande do Sul, es decir en la región sureste del país en lugar de todo su territorio.
Y la biomasa, la mayoría de las plantas que utilizan bagazo de caña de azúcar como materia prima se encuentran en São Paulo, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, donde la industria de la caña de azúcar tiene una mayor presencia, de acuerdo al reporte de la Cámara Comercializadora de Energía Eléctrica.
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