El año pasado, el huracán Eta conmocionó a todos por su devastador paso por Centroamérica y el Caribe. Su recorrido similar al catastrófico huracán Mitch encendió las alertas, pero según advierten expertos fue demasiado tarde.
“Debía declararse alerta amarilla siete días antes y una alerta roja tres días antes para poder evacuar. Las bandas se veían claras en el satélite y recién declararon la alerta roja cuando los hechos ya estaban ocurriendo”, advirtió Arturo Alvarado de Icaza, expresidente del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central y experto en seguridad, crisis y manejo de eventos masivos de alto impacto.
Ahora, la preocupación llegaría por la tormenta tropical Elsa que, aunque fue disminuyendo su intensidad, mantuvo en vilo a islas como Cuba, República Dominicana y Haití.
También estuvo pendiente toda la zona de Centroamérica y autoridades de allí pidieron no bajar la guardia ante el pronóstico de lluvias intensas.
Desde su experiencia profesional Arturo Alvarado de Icaza recomendó reforzar el monitoreo de tormentas en los distintos países para no sólo dar alertas tempranas sino también evitar aquellas alertas que no serían necesarias y que hacen cesar la actividad productiva o turística de las ciudades.
Además, en conversación con Energía Estratégica destacó la necesidad de exigir un sistema eléctrico más robusto y moderno que pueda no sólo hacer frente a las temporadas de huracanes y tormentas tropicales.
“A Panamá, por ejemplo, por su posición geográfica no lo impactan directamente los huracanes pero las lluvias fuertes ya dejan sin luz a nuestras comunidades”.
“La gente puede estar tres horas, doce horas o tres días sin luz. Eso es inaceptable en sistemas eléctricos modernos”, alertó Alvarado.
De allí que el experto considere que la reposición del servicio eléctrico debe optimizarse para no dejar a los ciudadanos desamparados sin acceso a un servicio que se torna cada vez más fundamental.
Esos tipos de descuidos y mala planificación serían son los que llevarían a Alvarado a considerar cambiar el término de “desastres naturales” por “eventos socionaturales”.
“La energía renovable es indispensable para el mundo. Tenemos un deterioro del medio ambiente muy acelerado”.
“El océano come metros de las costas de países Centroamérica y el Caribe cada vez más rápido producto del deshielo de los polos. Los cambios bruscos de las tormentas nos siguen sorprendiendo porque los gobernantes aún no tienen real conciencia del cambio climático y no entran en acción”, valoró el expresidente del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central.
Y concluyó: “organizaciones internacionales como la ONU y OEA tienen que seguir instruyendo a los gabinetes de los presidentes para que entiendan lo que está pasando”.