Con la suscripción del Consenso de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en la COP28 en Dubai, la nueva hoja de ruta para lograr la ambición del Acuerdo de París determinaba que la inversión anual en capacidad renovable tendría que triplicarse, desde el último récord de USD 570 mil millones en 2023 a USD 1,5 billones cada año entre 2024 y 2030.

Haciéndose eco de esto, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) publicó este mes de octubre el informe Delivering on the UAE Consensus: Tracking progress toward tripling renewing energy capacity and doubling energy efficient by 2030 (Cumpliendo con el consenso de los EAU: Seguimiento del progreso hacia triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética al 2030). 

El informe menciona que Centroamérica y el Caribe avanzó en la instalación de 900 MW proyectos de energías renovables en 2023, lo que representa un crecimiento del 5.4% con respecto al 2022. 

Si bien estas serían buenas noticias, IRENA advierte que para alcanzar el objetivo de triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial para 2030, se necesita una tasa de crecimiento anual promedio del 16.4% y hasta el momento se alcanzó un 14%. Es decir que esta y otras regiones deberían aumentar sus esfuerzos en el próximo lustro.

En el panorama internacional Centroamérica y el Caribe representó apenas el 0.5% de la capacidad global de energías renovables a finales de 2023. No obstante, la urgencia de medidas de adaptación y mitigación ante el cambio climático, así como su resiliencia energética, se vuelven cada vez más fundamentales en zonas azotadas por distintos fenómenos naturales. 

Aunque de los países que conforman esta región sólo diez superan el millón de habitantes, lo que explicaría una baja demanda y por ende baja oferta energética respecto a otros, el informe advierte que en CA&C recién el 38.7% de la capacidad eléctrica de la región proviene de fuentes renovables.

Los volcanes, los vientos de las costas y el sol que irradia constante en esta región dan cuenta de algunos de los recursos más valiosos por esas latitudes para aprovechar su potencial para la generación de energías renovables. 

¿Qué hacer para acelerar la transición hacia fuentes renovables? El informe menciona una serie de acciones posibles de implementar por los distintos países para lograr las metas globales:

Aumento de la ambición en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC):

Duplicar los objetivos de energía renovable: Los compromisos asumidos en la próxima ronda de NDC deben más que duplicar los objetivos existentes. Las NDC actuales apuntan a un aumento de la capacidad de energía renovable a solo 5,4 TW para 2030, mientras que el objetivo de triplicación exige 11,2 TW.
Alineación con los planes energéticos nacionales: Los objetivos de energía renovable en las NDC deben estar alineados con los establecidos en los planes energéticos y la legislación nacionales para garantizar la coherencia y la eficacia.
Objetivos medibles, específicos y procesables: Cuanto más medibles, específicos y procesables sean los objetivos de las energías renovables, más probable será que impulsen la implementación.
Planes de implementación concretos: Para que los proyectos se financien y construyan, se necesitan entornos normativos y políticos estables, incentivos de mercado, cadenas de suministro resilientes, acceso a la financiación, diseño del mercado energético y normas de autorización y regulación de apoyo.

Incentivos de mercado:

Priorizar la equidad: Las políticas fiscales deben priorizar la equidad en la transición energética; por ejemplo, invirtiendo los ingresos de los impuestos sobre la producción de energía de combustibles fósiles y los mecanismos de fijación de precios del carbono en infraestructuras facilitadoras; programas de eficiencia energética para hogares de bajos ingresos; o complementando el acceso a la electricidad limpia para las poblaciones de bajos ingresos a través de planes de financiación verde.
Créditos fiscales: Se deben considerar los créditos fiscales, los gravámenes y/o las exenciones de los derechos de importación/exportación de los materiales y componentes clave de la cadena de suministro de energía renovable.
Esquemas de contratación: Los sistemas de contratación deben proporcionar señales de precios adecuadas para la inversión y equilibrar la mitigación del riesgo de precios/costes a largo plazo con la creación de valor socioeconómico.

Reformas del mercado eléctrico:

Mecanismos de contratación: Establecer mecanismos específicos de contratación para asegurar la generación y los servicios auxiliares necesarios, a bajo coste, dado que los acuerdos actuales del mercado son cada vez más «inadecuados para el servicio».
Flexibilidad del sistema: Los responsables políticos y los reguladores deben actuar ahora para garantizar que las estructuras y normas del mercado eléctrico creen un entorno propicio para una mayor flexibilidad del sistema, proporcionada por las tecnologías de almacenamiento (embalses de agua, baterías, etc.), los generadores despachables, la gestión de la demanda y las medidas de respuesta de la demanda.

Simplificación de la tramitación de permisos:

Reducir los retrasos: Reducir las demoras en la tramitación de permisos causadas por las engorrosas barreras administrativas, garantizando al mismo tiempo que las preocupaciones legítimas de la comunidad sobre los impactos de los proyectos (económicos, sociales, medioambientales) se aborden adecuadamente; por ejemplo, creando una autoridad centralizada para supervisar la tramitación de permisos, agilizar los procesos y resolver rápidamente las disputas.
Plazos máximos: Establecer y hacer cumplir plazos máximos para que los solicitantes y las autoridades completen las fases de autorización de los proyectos de energía renovable, con tiempo adicional discrecional en circunstancias excepcionales para proyectos más complejos.
Asignar más recursos: Asignar mayores recursos a las autoridades de autorización, incluidos los recursos humanos y la inversión en la digitalización del proceso de autorización, así como en bases de datos de código abierto, como los títulos de propiedad, los datos cartográficos y los registros históricos de litigios.
Agilizar la repotenciación: Agilizar los procesos para los promotores que repotencian activos en emplazamientos existentes y proporcionar flexibilidad para ajustar el enfoque infraestructural, tecnológico o social propuesto para los proyectos sin tener que volver a solicitar nuevos permisos.

Consideraciones medioambientales y sociales:

Evaluaciones de impacto: Integrar las evaluaciones de impacto ambiental y social tanto en la toma de decisiones estratégicas (políticas, planes, programas) como en el proceso de autorización de los proyectos de energías renovables.
Salvaguardias de los bancos multilaterales de desarrollo: Los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) deben garantizar que las salvaguardias ambientales y sociales sean componentes integrales de los proyectos que financian.
Consultas con las comunidades: Los proyectos de energías renovables deben implicar consultas significativas con las comunidades en su diseño e implementación.

Cadenas de suministro resilientes:

Diversificación regional: Las cadenas de suministro regionalmente diversificadas son esenciales para apoyar la aceleración del despliegue de las energías renovables, minimizando los problemas de oferta y demanda de los equipos clave en las industrias eólica, solar y otras energías renovables; mitigando las interrupciones de la cadena de suministro y la volatilidad de los precios; y apoyando una mayor creación de valor local.
Prácticas de contratación responsables: Se necesitan procesos de contratación socialmente responsables para la energía renovable, complementados por sistemas de garantía de la sostenibilidad de la cadena de suministro18 y la integración del sector de las energías renovables en las políticas de desarrollo industrial y social.
Economía circular: Se necesitan leyes y reglamentos para impulsar prácticas más sostenibles e incentivar las asociaciones público-privadas y la inversión para fomentar la reutilización de los materiales y un enfoque de economía circular para el desarrollo de proyectos.

Desarrollo de habilidades y capacitación:

Planificación a largo plazo: Se requiere un enfoque multinivel, que comprenda una planificación sólida, estable y a largo plazo de las energías renovables, y una estrecha coordinación entre la industria, el gobierno, los representantes de los trabajadores y las instituciones educativas y de formación, para satisfacer las necesidades de cualificación de la transición energética.
Inversión en fondos de formación: Las políticas educativas deben priorizar la inversión en fondos de formación dedicados a la transición; así como el desarrollo de normas profesionales y de cualificación y marcos de cualificación para áreas clave que permitan a los proveedores de educación y formación impartir cursos de alta calidad que satisfagan las necesidades nacionales de cualificación.

Financiación y colaboración internacional:

Impuestos a los combustibles fósiles: Los ingresos de los impuestos a los combustibles fósiles, los fondos filantrópicos, los mecanismos de fijación de precios del carbono y la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles (en algunos casos) pueden utilizarse para iniciativas que apoyen una transición energética justa e inclusiva en los países en desarrollo, como el apoyo específico a los hogares de bajos ingresos y la provisión de acceso a la energía.
Evaluación del impacto: El impacto positivo potencial de los proyectos en el acceso a la energía, la reducción de la pobreza y los resultados del desarrollo sostenible y el clima debe integrarse en su evaluación y financiación -más allá de los métodos utilizados por las agencias de crédito de riesgo tradicionales- para garantizar que las decisiones de inversión trasciendan la bancabilidad y proporcionen los mayores beneficios socioeconómicos.
Colaboración internacional: La colaboración internacional será crucial para canalizar las subvenciones y los fondos en condiciones concesionarias que no supongan una mayor presión para los presupuestos fiscales de los países ya endeudados, y para ayudar a alcanzar los objetivos climáticos, de desarrollo socioeconómico e industrialización.

Es fundamental recordar que el informe destaca la urgencia de la acción. Cuanto más se retrasen los cambios en las políticas, mayor será el desafío. La oportunidad está ahí, pero se necesitan esfuerzos concertados a nivel mundial para superar las barreras estructurales y sistémicas que impiden el progreso.

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