Chevron registró un beneficio neto atribuido de US$ 21.369 millones en 2023, un 40,5% por debajo de las ganancias contabilizadas el año anterior.
Los beneficios del negocio de exploración y producción retrocedieron un 42,4% interanual, hasta los 17.438 millones, mientras que los de refino y marketing disminuyeron un 24,7%, hasta los 6.137 millones. Otros conceptos restaron 2.206 millones
También comunicó que en el cuarto trimestre sus resultados incluirían un impacto negativo de US$ 3.625 millones por el deterioro y desmantelamiento de activos de producción de petróleo y gas en el Golfo de México. Además, los tipos de cambio desfavorables detrajeron 479 millones.
Los ingresos de la petrolera alcanzaron US$ 200.949 millones, un 18,4% por debajo de los ingresos correspondientes a 2022.
Vale la pena destacar que durante el ejercicio anterior la petrolera adquirió PDC Energy, una participación mayoritaria en ACES Delta y un acuerdo de compra por Hess de US$ 53.000 millones
Por otro lado, los dividendos a los accionistas ascendió a US$ 26.300 millones, un 18% por encima de la cifra récord de 2022. En cuanto a las métricas financieras, Chevron cerró los últimos tres meses de 2023 con un rendimiento sobre el capital empleado (ROCE) del 5,1%, inferior a la media anual del 11,9%.
En el cuarto trimestre, Chevron obtuvo un beneficio neto atribuido de US$ 2.259 millones, un 64,4% inferior al del mismo tramo de 2022, mientras que sus ingresos hasta diciembre cayeron un 16,5%, hasta los 47.180 millones.
No obstante, el consejo de administración aprobó una mejora del 8% en el reparto del dividendo trimestral para dejarlo en 1,63 dólares (1,50 euros) por acción pagadero el 11 de marzo a los tenedores que figuren como tal el 16 de febrero.