El Ministerio de Energía de Chile lanzó a consulta pública el nuevo plan de descarbonización, correspondiente al segundo tiempo de la transición energética del país, en el que establece 45 medidas para lograr una matriz más limpia y fortalecer la seguridad y resiliencia del sistema eléctrico. 

El proceso de consulta estará abierto hasta las 23:59 horas del lunes 16 de diciembre de 2024 y el plan da continuidad al compromiso establecido en el primer acuerdo de retiro y/o reconversión de centrales a carbón (suscrito en 2019) y la ley marco de cambio climático (publicada en 2022). 

El plan traza una hoja de ruta de cuatro ejes para retirar progresivamente las centrales a carbón en Chile, considerando que hay 2163 MW de potencia en 5 centrales con retiro/reconversión disponibles para 2025-2026 y 1683 MW de potencia de 3 centrales con retiros o reconversiones posteriores al 2030.

El primer eje está vinculado con el desarrollo “urgente” de proyectos que aporten al cumplimiento de las metas climáticas nacionales y fortalecer instrumentos para su inserción territorial sostenible.

Por lo que entre las principales se destacan la incorporación de incentivos en las licitaciones de terrenos fiscales para aquellos proyectos en zonas de transición energética por retiro o reconversión de centrales a carbón, que permitan mantener o compensar la actividad económica, y en áreas planificadas por el estado a través de instrumentos de planificación energética sometidos a Evaluación Ambiental Estratégica. 

Asimismo, dicho eje contempla que para el 2030 esté lista la primera unidad de generación eléctrica a carbón reconvertida a tecnologías con combustibles sostenibles (hidrógeno / amoníaco verde vía co-combustión o mezcla) y condensadores síncronos; o mismo la implementación de sistemas de almacenamiento de energía puros o aislados en la planificación urbana

El eje N°2 tendrá el foco puesto en la transmisión eléctrica, mediante el refuerzo de la señal de localización en los instrumentos de largo plazo (a partir de 2027), un esquema de inversiones privadas en la materia, exenciones de estudio de impacto ambiental para ciertas obras (Modificación DS N°40 – reglamento del SEIA) e incentivos económicos en el modelo de remuneración, relacionada con los esquemas de control basados en automatismos (cambios al DS N° 125). 

También abarca la identificación de una cartera de “obras estratégicas” (OOEE) que requieran participación más activa del Estado para su ejecución a partir de los escenarios de proyección de oferta y demanda energética y a través de una modificación de la Ley General de Servicios Eléctricos entre 2025 y 2026. 

“Las obras de expansión que surjan del Plan de Expansión de la Transmisión (PET) desarrollado por la Comisión Nacional de Energía (CNE) seguirán su curso actual, pero el PET incorporará automáticamente en su cartera a aquellas OOEE que la  Planificación Energética de Largo Plazo (PELP) determine”, señala el documento. 

El tercer eje proyecta una operación altamente renovable junto a mejoras de mercado para los servicios complementarios (SSCC), a fin de lograr un sistema eléctrico a corto plazo seguro y flexible y con perfeccionamiento en la conformación de precios mayoristas. 

Por tal motivo es que el Ministerio de Energía de Chile propone modificar el diseño actual del mercado SSCC para incentivar mayor competencia y número de players en las subastas, pasando desde la opción de mercado «pay as bid» (precios diferenciados) hacia «pay as clear (precio uniforme). 

Además, se evaluarán nuevos requerimientos normativos y mecanismos que permitan habilitar la participación de la demanda en los mercados de energía, potencia y servicios complementarios; a la par que se prevé poner en práctica acciones adicionales tales como la revisión de los mecanismos actuales de participación de la demanda en dicho mercado (Cargas Interrumpibles, Desconexión Automática de Cargas y Desconexión Manual de Cargas), mediante modificaciones en la ley de servicios eléctricos, el reglamento de potencia y el de SSCC.

Mientras que el eje N°4 está compuesto por la optimización del abastecimiento de clientes finales, la modernización del mercado de servicios complementarios hacia el largo plazo y la compensación de carbono.

Como consecuencia, plantea la reformulación de las licitaciones de suministro, que incluirá un sistema de ponderación que priorice los atributos de flexibilidad, seguridad y sostenibilidad, requisitos técnicos específicos para cada fuente de energía y distintos modelos de contrato con diversos periodos de duración e inicio de prestación.

Y entre otras de las grandes novedades del nuevo plan de descarbonización resalta la creación de un sistema de comercio de emisiones (ETS) de gases de efecto invernadero, basado en un esquema de cap and trade en el sector energético a partir de 2025.

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