A nivel mundial, 20 países presentan porcentajes superiores al 70% de participación de energías renovables en la generación eléctrica (ver). De los cuales, 12 países se encuentran en América Latina y el Caribe: Paraguay, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil, Belice, Nicaragua y Guatemala.

Desde la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) señalan que aquello responde a la gran disponibilidad de recursos energéticos renovables en la región, entre ellos: el hídrico.

Durante la COP27, el pabellón “eólico y solar” dirigido por el Global Wind Energy Council (GWEC) y el Global Solar Council (GSC) tuvo presente aquello y convocó a sus pares hidroeléctricos para un abordaje de tecnologías en conjunto, con miras a nuevos desarrollos renovables en nuestra región.

Tal es así que en el día de ayer, lunes 14 de noviembre, Alex Campbell, jefe de investigación y política del International Hydropower Association (IHA) moderó el panel denominado “Nexo agua-energía: oportunidades en el horizonte para el Sur Global” del que participó Alfonso Blanco Bonilla, secretario ejecutivo de OLADE.

“El secreto de estos mercados de electricidad de alto impacto en América Latina es el papel de la complementariedad entre hidro y las nuevas energías renovables”, expresó el ejecutivo de OLADE.

Desde esa perspectiva, el valor de la hidroelectricidad no solo pasaría por la generación pico o base que pueda brindar sino también por la posibilidad de ser una gran batería para los sistemas eléctricos que persiguen una mayor penetración de eólica y solar.

Vista su importancia, en el marco de la COP27, observó que la industria renovable no es ajena a los impactos del cambio climático por lo que su avance debe acelerarse no sólo para garantizar un acceso a energía eléctrica sostenible sino también para que los eventos climáticos extremos no se intensifiquen.

“Los impactos del cambio climático en los sistemas son muy altos. Tenemos que adaptar nuestra infraestructura existente y repotenciar buena parte de la energía hidroeléctrica”, propuso.

Siguiendo con su análisis regional, Blanco también advirtió que los países tienen un desafío adicional más allá de las fronteras y que deberán empezar a resolver sin dejar a un lado el fortalecimiento del parque de generación y las infraestructuras de transmisión locales.

“Ahora, el desafío es cómo aumentar la eficiencia en nuestros sistemas para interconectar los diferentes países”, indicó.

Y agregó: “tenemos que tener mercados más interconectados y mercados más dinámicos para tener un mejor aprovechamiento de las condiciones hídricas”.