– ¿Cómo avanza la generación distribuida en la provincia?
De manera muy acelerada. Vemos una consolidación del sector, un crecimiento importante en la cantidad de empresas locales y profesionales involucrados, una apreciable baja en los costos de los proyectos y mayor interés y comprensión por parte de los cordobeses.
La cantidad de usuarios ya habilitados al 5 de junio es de 278 con una potencia total de 3.180,06 kW, mientras que hay 1.495,46 kW en trámite, que se ejecutarán en los próximos meses. Son inversiones ya ejecutadas o en proceso por casi seis millones de dólares.
– ¿Se espera un aumento durante el corriente año?
Estamos convencidos que el volumen de instalaciones seguirá creciendo, más allá de las dificultades de esta época.
Sería algo imprudente arriesgar una cifra, pero deseamos seguir liderando el crecimiento y estar cerca de los 10 MW de GD en la provincia antes de fin de año. Y multiplicar por cuatro esa cifra en pocos años mediante la posibilidad de la asociatividad en medianos y grandes proyectos.
– Por otra parte, ¿encuentran alguna problemática en su desarrollo?
La primera es la más común: lograr un financiamiento capaz de promover iniciativas en un entorno muy inestable económicamente, con inflación sostenida y tarifas sin horizontes definidos.
Continuamente trabajamos con entidades de financiamiento, distribuidoras, cámaras empresarias, universidades y todos los que intervienen en la cadena de valor para la generación de programas e instrumentos que hagan que las inversiones en eficiencia energética y renovables sean una realidad y no queden solo en proyectos.
La segunda está vinculada a la calidad de los proyectos. Notamos disparidad en la calidad de las instalaciones y en la información que se transmite, donde muchas veces los usuarios se ven perjudicados finalmente.
La tercera amenaza, aún no tan relevante, es que se asocie la generación para autoconsumo solamente con la energía fotovoltaica, un recurso inexistente durante casi el 70% del día y con casi nulo impacto territorial en relación a creación de empleo y cadenas de valor.
Aprovechar la biomasa, el potencial eólico e hidráulico, mediante modelos de economía circular y/o asociativos, es todo un desafío para Córdoba.
– ¿Qué debería ocurrir para mayor crecimiento de la generación distribuida en el país?
Debemos focalizar en diferentes fuentes de generación renovable, bajo un análisis multicriterio, donde sea prioritaria la valoración de los beneficios ambientales, sociales y económicos asociados a cada tecnología. Pensar más en los ecosistemas, las economías y la equidad, capitalizando los recursos regionales disponibles.
La GD debe ser el ámbito de desarrollo de oportunidades para todas las tecnologías de generación, priorizando aquellas en las que podamos hacer crecer nuestras economías regionales.
La implementación del Fondo para la Generación Distribuida de Energías Renovables (FODIS) y otras herramientas de promoción, pueden servir para estudiar y priorizar estos modelos.
Por otra parte, es necesario crear programas que promocionen la asociatividad para generar economía de escala en tecnologías que por su naturaleza no admiten viabilidad económica en proyectos de pocos kW de potencia.
La regulación de esa asociatividad está reflejada en la Generación Distribuida Comunitaria, recientemente reglamentada en Córdoba y que tendrá difusión en las próximas semanas.