Costa Rica no quiere perder terreno en la incorporación de energías renovables para cubrir su demanda energética creciente. Tal es así que la Ley 10.086 mantiene activo al sector público y privado para garantizar una continuidad de estas alternativas de generación en redes de distribución. 

Por un lado, el Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE) está trabajando el reglamento a la misma; mientras que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) está trabajando en el desarrollo de aquellas tareas vinculadas que la ley le impone (instrumentos regulatorios, tarifas, normas técnicas, etc).

Por su parte, el sector privado no deja de ejecutar nuevos proyectos que cada vez más se alinean a la nueva legislación, ya que ésta propone la amplitud de modalidades de generación distribuida y fundamentalmente la incorporación de los recursos energéticos distribuidos, en donde, por primera vez el usuario tendrá la posibilidad de vender sus excedentes energéticos a las empresas distribuidoras aplicando la tarifa que al efecto determine la Aresep.

Las expectativas son positivas, y desde la Cámara de Generación Distribuida, su director ejecutivo William Villalobos consideró: 

“Sin duda, el principal aporte de la ley 10.086 es la generación de un marco habilitante para desarrollar con seguridad jurídica, una multiplicidad de nuevos modelos de negocio vinculados a las tecnologías disruptivas que experimentan los mercados eléctricos en sus procesos de modernización y adaptabilidad al cambio”. 

Desde la perspectiva del referente de CGD a partir de allí “todos ganan”, contemplando empresas distribuidoras, sistema eléctrico y el usuario, siendo este último quien está siendo testigo de primera línea de su empoderamiento energético (gestionando su demanda, generando ingresos adicionales, siendo agente de cambio y contribuyente al Sistema Eléctrico). 

Ahora bien, consideró “como industria, desde luego que esperamos que este proceso (de reglamentación e implementación de la Ley 10.086) sea sumamente ágil y constructivo, precisamente, porque la dinámica del mercado no se detiene y no puede esperar plazos extensos”.

Y es que, bajo esta realidad, Costa Rica no sólo está viviendo una mayor penetración de generación distribuida, sino también un despliegue irreversible de redes inteligentes, de incorporación de sistemas de almacenamiento, de inyección de cargas móviles a la red desde vehículos en los hogares. 

Visto aquello, la Cámara sigue teniendo presencia activa y espacios en las mesas de diálogo de mejora regulatoria con actores clave como lo son el Minae, la Aresep, Cámaras de otras industrias y la Asamblea Legislativa, justamente, porque los cambios disruptivos que vive la industria obligan a estar en una constante adaptabilidad regulatoria.

En tal sentido, la Cámara estará lanzando la 2da versión de su Reglamento de Buenas Prácticas e incorporará este año un mecanismo de fiscalización de proyectos de empresas no asociadas, para fomentar la obtención de un sello de calidad en la industria y reforzar la importancia de contratar profesionales altamente calificados de la industria fotovoltaica.

Adicionalmente a aquellas iniciativas locales la CGD también estará activa en el plano internacional. Según comentó William Villalobos, están iniciando un proceso de relaciones bilaterales con Cámaras y Asociaciones en otros países, con el fin de intercambiar experiencias regulatorias y generar actividades que -en conjunto- generen valor agregado a los asociados.