Los dos apagones que generaron caos este miércoles en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) dejaron en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico en la región de mayor consumo energético del país. El consenso del sector es que estas fallas son la consecuencia de años de desinversión y una política de atraso tarifario. Los problemas estructurales suelen agrandarse durante las olas de calor.

Según los últimos datos del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), relevados entre marzo y agosto de 2024, los usuarios con peor calidad de servicio se concentran en municipios del sur del conurbano bonaerense y en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. Todos ellos dependen de la red de Edesur, la distribuidora con el peor desempeño en frecuencia y duración de las interrupciones.

Para medir la calidad del servicio eléctrico, el ENRE utiliza dos indicadores principales:

  • SAIFI (System Average Interruption Frequency Index): refleja la cantidad de cortes de luz que sufre un usuario en promedio durante un semestre.
  • SAIDI (System Average Interruption Duration Index): mide el tiempo total que un usuario pasa sin electricidad en ese período, en horas.

En el Gran Buenos Aires, San Vicente y Cañuelas son los distritos más afectados, con cortes prolongados y recurrentes. En la Ciudad, la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya) encabeza el ranking de los barrios con peor calidad del suministro eléctrico. En algunas zonas, los usuarios pasaron en promedio más de 30 horas sin electricidad en solo seis meses. Por estas fallas, el ENRE aplicó sanciones por más de $65.000 millones, de los cuales el 87% corresponde a Edesur.

De los partidos bonaerenses y/o comunas porteñas que integran su área de concesión, Edenor incumplió el indicador SAIFI en el partido de Escobar, e incumplió el indicador SAIDI también en Escobar y en los partidos de La Matanza, Malvinas Argentinas, Moreno, Pilar, San Fernando, San Miguel y Tigre. La distribuidora tiene 3,4 millones de clientes.