Edgar Valencia, ingeniero del Centro de Capacitación Eléctrica y Energías Alternas (CCEEA), analizó cuáles son los principales retos técnicos de la industria solar fotovoltaica para este 2022.
“Desgraciadamente, algunos de los retos de este año, los venimos arrastrando desde hace tiempo atrás. Eso implica un avance en cuanto a todos los miembros de la cadena de valor de la producción e instalación de un sistema”, inició su exposición durante un webinar.
Y el primer desafío en el que puso la mirada fue la adaptación frente al constante avance tecnológico, principalmente en los módulos, al momento de mejorar cuestiones de los procesos de fabricación y creación de potencias más altas.
“Desgraciadamente, es muy rápida en ese aspecto, pero no así en optimizadores de corriente o los micro inversores, lo que implica que no se los pueda asociar entre sí o que sean accesibles en cierto momento”, manifestó.
Siguiendo dicho punto, sostuvo que el segundo reto es la normativa técnica, dado que explicó que “la tecnología avanza”, pero que ello “debe implicar un progreso normativo” para fundamentarse en algún marco regulatorio o especificaciones a cumplir.
“Al no haber una cohesión en la normativa, pero sí en la actualización del equipo, deja al instalador sin una guía o recomendación de cómo instalar correctamente y de manera segura”, agregó.
Y continuó: “Un ejemplo es el almacenamiento de energía. No existe un fundamento técnico que ayude a instalarlo de manera segura, pese a que ya se implementa. Esto recordando que la NOM de instalaciones eléctricas vigente es del 2012. Y creo que actualizar la normativa tiene que ser prioridad ya que son 10 años de atraso”.
Incluso, es preciso mencionar que semanas atrás, se mencionó que el almacenamiento es la deuda pendiente de la reforma eléctrica de México, ya que no se consideró a este tipo de sistemas en la ecuación, pese a que podrían descongestionar la red junto al uso de paneles solares bajo esquemas de generación distribuida.
“Su incorporación en los sistemas fotovoltaicos es el último desafío, debido a que los equipos ya forman parte del mercado. Y al final del día necesitamos conocimiento y capacitaciones de cómo instalarlos y programarlos, además de incluirlos a los clientes”.
“También un reto es la parte legislativa, ya que hasta ahora no se actualizó en este sentido y hay algunos huecos dentro de la GD, así como también apuntar a una regulación que incluya las baterías”, concluyó.