DNV lanzó un nuevo informe sobre perspectivas de la transición energética a nivel global. El Energy Transition Outlook señala la necesidad de que los gobiernos y las empresas emprender acciones decisivas sobre el cambio climático.

Se trata de la quinta Perspectiva anual de transición energética emitida por DNV. Y, en cada edición durante este quinquenio, han sostenido de manera consistente que el futuro más probable para el sistema energético mundial es uno que resultará en un calentamiento global superior a 2° C para 2100.

La región tendría muchos desafíos por enfrentar para lograr ser parte de la solución con medidas de mitigación y adaptación al cambio climático que se traduzcan en reducciones significativas de GEI que terminen por impactar favorablemente en la baja de la temperatura media global.

“Reducir el uso constante de combustibles fósiles en la industria, ecologizar el transporte por carretera y mejorar la eficiencia energética son desafíos clave de la transición”, señala el reporte regional.

En este contexto, Latinoamérica habría ganado con la rápida diversificación que está logrando en su matriz eléctrica con energías renovables que, siguiendo el informe, “subcotizan” respecto a los precios de la energía de combustibles fósiles.

Entre las medidas que se celebran en el informe se encuentran las subastas de energías renovables. Al respecto se remarca que el reto es garantizar certeza jurídica y reducir los riesgos a largo plazo con un marco normativo fortalecido.

“Este enfoque dirigido por el mercado ha convertido a la región en un destino atractivo para las inversiones, pero la posición está expuesta a riesgos regulatorios”, indica.

Y como próximo punto por atender, señala que la región tiene un gran potencial para transicionar a partir de las empresas estatales de energía.

“Las empresas estatales, como las empresas nacionales de petróleo y gas, prevalecen en toda la región y, a menudo, se les asigna un papel central, si no monopolista, en la gestión del sector energético”.

“Los gobiernos enfrentarán el desafío de mantener la rentabilidad de las empresas estatales y al mismo tiempo llevarlas a la transición en respuesta a la intensificación de los esfuerzos globales de descarbonización”.

Finalmente, mientras que se indica que cuatro países serían los principales focos de emisiones en la región, reforzar la participación de tecnologías como la eólica y la solar vendrían a revertir el escenario.

“Brasil, México, Venezuela y Argentina son responsables del 80% de las emisiones GEI regionales”, acusa el informe.

Las energías renovables serían la respuesta a los desafíos de la transición energética. Los pronósticos indican que la energía eólica y solar fotovoltaica se expandirán 15 y 20 veces respectivamente a nivel global.

“Hermanadas con los costos en picada y la tecnología avanzada de almacenamiento de baterías, energías renovables variables ya están permitiendo una eliminación gradual de la generación de energía térmica y el caso de negocios será abrumador para 2030”.