El desarrollo de infraestructura eléctrica en Guatemala se presenta como una prioridad estratégica para el país, especialmente de cara a la nueva capacidad de generación que ingresará tras la licitación PEG-4 que adjudicó 235 MW por año y la próxima gran licitación PEG-5 que promete incorporar en el orden de los 1200 MW.

David Cabrera, vicepresidente de la Asociación Guatemalteca de Transportistas de Energía (AGTE), expuso que existe un marcado interés de diversos actores en participar del mercado y sería el momento de apostar por la expansión de las redes de transmisión.

“Hay mucho apetito en poder invertir en Guatemala”, aseguró, durante su participación en el evento SER de la Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER).

Siguiendo el análisis del referente de AGTE, el crecimiento de la infraestructura de transmisión en Guatemala puede darse de dos maneras: a través de licitaciones públicas y mediante iniciativas propias. “Licitaciones públicas hemos tenido dos y se han concluido en una buena medida, no están terminadas. Iniciativa propia es lo que ha dado el crecimiento”, explicó, añadiendo que estas últimas han sido clave para mantener la estabilidad del sistema de transmisión en las últimas dos décadas. Cabrera subrayó que la expansión de la red se ha logrado gracias a proyectos propuestos por los transportistas en acuerdo con la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), lo que ha permitido desarrollar un sistema confiable y sólido.

“La inversión privada en los últimos 20 años ha representado el eslabón más fuerte en esta cadena del sector eléctrico. Hoy en día, más del 50% de la transmisión del país es privada y eso año con año va creciendo en base a la confianza y credibilidad que los actores actuales de transmisión tienen en el sistema y lo que han podido desarrollar y siguen desarrollando en el país. Esto hay que fomentarlo, incentivarlo, porque este crecimiento no se va a dar necesariamente con fondos públicos y se puede dar a través de la iniciativa privada”, agregó David Cabrera.

Sin transmisión no hay transición 

Con miras a los próximos años, el vicepresidente de los transportistas hizo un llamado a planificar las nuevas obras de infraestructura de forma estratégica, considerando escenarios de mediano y largo plazo.

“Debemos de tener un horizonte que nos permita adelantarnos a las necesidades futuras del país, no debemos de pensar solo en hoy, sino hemos de pensar en el mañana”, afirmó. En su visión, un sistema de transmisión robusto y con redundancia es esencial para ofrecer energía de calidad a los usuarios finales y, al mismo tiempo, mantener la competitividad de los costos de generación.

Para Cabrera, Guatemala se encuentra en una coyuntura clave. El país necesita proyectos estratégicos que conecten la oferta de generación con la demanda de consumo, lo que, a su juicio, no solo se logrará con licitaciones públicas, sino también con mecanismos que promuevan las iniciativas privadas. “Si no tenemos un sistema de transporte robusto, la energía se vuelve cara. ¿Por qué? Porque hay que invertir en llevarla al punto. Y les pongo un símil: es como las redes de carreteras o la red de calles de Guatemala hoy en día, estamos colapsados”, mencionó.

En cuanto a la licitación PEG-5, David Cabrera, vicepresidente de la Asociación Guatemalteca de Transportistas de Energía (AGTE) expresó que será un detonante de nuevas necesidades de transmisión en el país. Y, frente a este desafío, resaltó la importancia de alinear estas iniciativas con un plan nacional, que permita planificar la infraestructura necesaria para el desarrollo del país:

“Debemos de enlazar todo en una política de Estado que permita que estos planes sean parte de un Plan de Nación. ¿Por qué? Porque las inversiones futuras en nuevas producciones, las inversiones futuras en nuevas plantas que generen empleo en el país deben de estar atadas a la energía.

Sin energía eléctrica es muy difícil atraer inversión extranjera todo esto nos hace pensar que la transmisión es un elemento estratégico y vital entre las necesidades del país y quisiera cerrar con ese tema: Guatemala tiene un sistema de transporte negociable y robusto pero necesita inversión. ¿Para qué? Para mantener la estabilidad del país, que la generación siga siendo competitiva y que los costos de energía se mantengan en los niveles necesarios para poder desarrollar al país.

Si queremos desarrollar el país y queremos tener crecimiento del 4 o 6% de crecimiento Nación, nosotros debemos de crecer al 6 u 8% en en generación eléctrica y a 6 u 8% en transmisión eléctrica para poder acoplarnos a ese desarrollo del país. Recordemos que sin transmisión no hay transición energética, sin transmisión no vamos a poder tener un sistema robusto y confiable para el país”.

Riesgos en inversiones en transmisión

El referente empresario advirtió que se deben superar ciertos desafíos para fomentar la inversión. Entre ellos, mejorar la certeza jurídica, simplificar los trámites y principalmente resolver los conflictos sociales que retrasan la ejecución de proyectos.

“El problema es que muchas veces, uno teniendo la permisología completa, no puede trabajar [por cuestiones sociales] y eso genera un conflicto importante y un atraso en las obras. Si la inversión en vez de ser de dos años o cuatro años se vuelve de 10 años, ya el flujo económico no funciona y eso deja de ser negocio”, puntualizó.

De allí, sugirió que el Estado y el sector privado trabajen de manera conjunta para reducir el riesgo de construcción de proyectos de transmisión, compartiendo responsabilidades y generando un entorno más atractivo para la inversión:

“En las licitaciones, generar las condiciones necesarias para que el riesgo de construcción quede en manos del transportista pero el riesgo social sea compartido con el Estado, porque el Estado es el mejor mecanismo para poder solventar los temas. Y, en el tema de iniciativas propias en general, los mecanismos financieros que permitan atraer esa inversión”, concluyó.

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