DESDE NEUQUÉN.- Las empresas productoras de hidrocarburos se llevaron una sorpresa hace poco más de una semana, cuando el gobernador electo de Neuquén, Rolando Figueroa, las convocó para contarles sus planes para los próximos cuatro años. Deberán poner más, de forma voluntaria o no, porque el nuevo administrador de la provincia dijo que no concibe el éxito de la industria en Vaca Muerta con un indicador de pobreza del 38%.
No es que sea nueva la definición: “Vivimos en una de las provincias más ricas del país, pero queremos que nuestra gente viva mejor”, fue el planteo que repitió Figueroa durante toda su campaña. Con el triunfo en la mano, empezó a anticipar que buscaría más recursos del gobierno nacional y de las empresas del sector para ayudar con un desarrollo equilibrado.
El triunfo de Javier Milei y su promesa de cortar con la obra pública y la asistencia a las provincias parece haber dejado al primer actor afuera de la ecuación. La atención está puesta ahora en el aporte que se le demandará a la industria.
Figueroa les anticipó al menos tres ejes que serán clave en su gestión: un programa provincial de becas, capacitación laboral para Vaca Muerta y un fondo de infraestructura.
Respaldo legislativo
Respecto de las becas, fue también una de sus principales promesas de campaña. Los diputados de la actual composición le aprobaron este martes, en la última sesión de la Legislatura, la ley que crea el plan “Redistribuir Oportunidades” que comenzaría a funcionar a partir de marzo.
Figueroa adelantó a directivos de empresas petroleras su plan para financiar obras de infraestructura con aportes de los privados.
La norma es un marco general y dejó casi todas las definiciones para la reglamentación del Poder Ejecutivo. Solo establece que las becas podrán alcanzar a personas de entre 4 y 35 años, ya que busca ser soporte tanto para la escolaridad obligatoria como para la formación profesional.
La anunciada ministra de Educación, Soledad Martínez, ya anticipó que el programa comenzará con un cupo de 10.000, aunque aún no se establecieron cuáles serán los montos. La actual diputada fue la miembro informante del proyecto en la Legislatura. Su cargo en el nuevo gobierno se les anunció a las petroleras en la reunión y recién después se hizo público a través de un tuit del gobernador electo.
La dirigente de Zapala es kirchnerista, dos veces intendenta de esa localidad y presidenta del Frente Grande en Neuquén. Cuando Figueroa la convocó a sumarse a su frente Neuquinizate antes de las elecciones, lo hizo con ese ministerio en mente.
Becas petroleras
A las petroleras les dijo que el programa de becas se nutrirá de un esquema “mixto entre el sector público y privado, con aportes de organismos internacionales y de las empresas”. Dijo que ya tiene el respaldo inicial de PAE, pero sumó a Pampa Energía, Vista y Tecpetrol como “dispuestas a tejer alianzas” con el mismo objetivo.
El diseño del programa tiene soporte técnico de especialistas del BID, uno de los organismos que Figueroa visitó en noviembre, durante su última gira por Estados Unidos antes de asumir el cargo.
El gobernador electo les dijo a las empresas que el plan de becas “va a hacer que las familias sientan los beneficios de Vaca Muerta”. “Es parte de la sustentabilidad social que necesita tener el desarrollo de esta industria, como lo hace en todo el mundo”, planteó.
En paralelo a los aportes para becas, Figueroa espera que las empresas del sector también contribuyan a la capacitación de la mano de obra. Para eso creó un ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral que estará en manos de Lucas Castelli, quien renunció a su banca de diputado para sumarse al gabinete.
La vuelta de Etcheverry y los aportes para obras
Otra de las novedades que presentó Figueroa en la reunión con las operadoras hidorcarburíferas fue la designación de Rubén Etcheverry, un viejo conocido de la industria, como ministro de Infraestructura. Será la primera vez que el área quede con rango propio, separada de Economía, lo que supone una pista de la jerarquía que espera darle el nuevo gobierno.
El nombre de Etcheverry había sonado para Energía (fue secretario en ese área y presidente de GyP antes de virar a las filas del macrismo), pero finalmente su rol quedó asociado a una suerte de nexo para conseguir que el sector aporte a la obra pública de la provincia.
“No podemos permitirnos tener hoy un 38% de pobreza en el faro de desarrollo que tiene la Argentina”, les dijo Figueroa a las empresas. Planteó que la industria “debe ser exitosa”, pero el éxito del gobierno pasa por la mejora en los indicadores sociales y que en ese punto van a ser “rigurosos”.
En esa reunión les anticipó que avanzarán en nuevas formas de financiamiento de las obras, “porque el gran déficit que tiene hoy Neuquén es en esta área”. Uno de los proyectos que dio como ejemplo es la red de gas de Añelo, la ciudad cabecera de Vaca Muerta que hoy sufre la ironía de no contar con el servicio para buena parte de sus vecinos.
La provincia tiene aprobado un presupuesto para el 2024 que solo le asignará un 13% a la obra pública. Los gobiernos de Omar Gutiérrez financiaron casi todos sus planes de infraestructura con fondos de Nación porque las regalías siguen teniendo como principal destino los gastos corrientes, en particular el pago de salarios estatales.
Actualmente, las empresas ya aportan a la provincia vía Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y el Fondo Fiduciario de Promoción y Desarrollo que administra la Fiduciaria Neuquina SA, aunque no necesariamente se destinan a las ciudades que reciben el impacto de la actividad.
El último informe oficial que el gobierno envió a la Legislatura indica que los 422 millones de pesos que ingresaron al fondo de RSE entre mayo y julio de este año fueron para colaborar con fiestas populares como la del Pehuén y el Festival del Chef en Villa Pehuenia, a financiar pasajes de la Asesoría General de Gobierno para un Encuentro Iberoamericano de Profesores o para la adquisición de equipamiento para el Centro de Gemología de Neuquén.
Figueroa, que se trajo ideas de las varias recorridas que hizo por Estados Unidos después de ganar la elección, anticipó la intención de emular una suerte de nueva tasa de impacto o aporte de RSE que aplica en algunos estados de Norteamérica, con impacto directo en el desarrollo de las ciudades donde está la actividad. El mecanismo se estaría trabajando también con asesoramiento del BID. Las empresas se fueron con la idea de que van a tener que poner más, pero sin saber exactamente cómo.
, Andrea Durán