Chile abraza la llegada del hidrógeno verde como tecnología que promete contribuir a la descarbonización de los sectores energético, productivo y transporte. Desde el lanzamiento de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde a fines del año 2020, ha ido en aumento el pronunciamiento de distintos actores del mercado para concretar proyectos de este vector energético.
El salto ha sido notable. Mientras que en los primeros meses del 2021 se dieron a conocer públicamente 9 proyectos; en el cierre del 2023, la cifra asciende a más de 60 proyectos en distintas zonas del país, entre las que se pueden mencionar la región Metropolitana, Magallanes, Coquimbo, La Serena y Biobío.
“De estos 60 proyectos aproximadamente, todos cuentan con un modelo donde está el off-taker. Los proyectos más grandes en números, en MW instalados, en su mayoría son para exportación y principalmente para producir derivados del hidrógeno, pero también existen proyectos que son para consumo local”, declaró Andrea Moraga, Gerente de la Unidad de Hidrógeno del Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad de Concepción.
Durante su participación en el último evento del 2023 de Future Energy Summit, la especialista en hidrógeno se refirió al avance de la oferta y demanda del hidrógeno así como a la variedad de aplicaciones que ya están marcando su éxito en estas etapas tempranas de desarrollo de la industria.
“El proyecto “Haru Oni” que está en Magallanes ya está operando y produciendo las primeras moléculas de combustible sintético y de hecho ya exportó la primera lanzada de combustibles sintéticos a Alemania”, ejemplificó.
Más proyectos se estarían sumando en el mercado chileno próximamente, tal vez durante 2024, aunque dar fechas aún resulta aventurado, ya que ante el “Boom” del hidrógeno, Moraga observó que asegurarse la disponibilidad de electrolizadores para encaminar la ejecución de los proyectos resulta primordial.
“Hay un colapso o un cuello de botella que es el tener el electrolizador, porque hoy día a nivel mundial está el Boom del hidrógeno, entonces la cantidad de electrolizadores que se producen es más baja que la cantidad de electrolizadores que se requiere”.
De allí, Andrea Moraga valoró que seguramente aquellos proyectos que sean pilotos de menor escala sean factibles de avanzar con su construcción en el corto plazo.
“Los proyectos que este año hayan comprado electrolizadores o hayan puesto órdenes de compra, lo más seguro es que el próximo año puedan tener su electrolizador”.
Y deseó: “Esperamos que los proyectos que ya son de mediana escala puedan ir avanzando en todas las etapas tanto de permisos requeridos como también en la compra de los equipos”
Retos en la cadena de valor del hidrógeno
“Tenemos que tener claro que la Industria del hidrógeno verde es naciente, todavía no existe una industria consolidada. Por lo tanto, los retos son de distinta índole”, introdujo Andrea Moraga, Gerente de la Unidad de Hidrógeno del Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad de Concepción.
Por un lado, Moraga consideró que existen retos de gobernanza e institucionalidad que llevan a que aún esté bajo análisis realmente cómo se va a poder ayudar al crecimiento de esta industria desde el sector público, privado y academia.
Poniendo el acento en que una clave siempre puede ser el trabajo colaborativo, subrayó que incluir a la sociedad civil, la cooperación internacional e intersectorial resulta crucial en estas instancias; ya que, al ser una industria naciente tienen la oportunidad de no cometer errores que se cometieron en el pasado con esta u otras industrias.
Otra brecha es qué incentivos se deberán otorgar para que se acelere la incorporación del hidrógeno en las cadenas productivas a nivel nacional con miras a la descarbonización, sean estos tributarios o de otro tipo.
“Hay otros países que ya tienen incentivos y se están llevando las inversiones que podrían estar en Chile, porque Chile tenía un buen posicionamiento primero”, advirtió.
Más allá de los incentivos otros aspectos que podrían ajustarse para que las inversiones en hidrógeno no se alejen del país son: los tiempos que toman los procesos de solicitud de permisos, principalmente los permisos ambientales; tiempos de logística y refuerzo de la infraestructura existente en puertos y caminos principalmente para grandes proyectos; generación de capital humano local especializado.
Biobío laboratorio y palanca para nuevos negocios de H2
En la región del Biobío existe todo un ecosistema que se está consolidando con una gobernanza principalmente a través del Programa Estratégico Regional que lidera Corfo para descarbonización para sector productivo.
¿Por qué es relevante? Porque finalmente hoy día no vemos al hidrógeno sólo como un combustible sino que también lo vemos como un insumo químico que finalmente puede ayudar a la descarbonización, no solo desde el sector energético sino que también desde el sector productivo y desde ahí también generar cadenas de valor productivas, encadenamientos productivos, nuevos emprendimiento, y en definitiva genera un desarrollo económico para la región.
Una de las ventajas que tiene la región del Biobío en comparación con las otras regiones que están más mencionadas en cuanto a desarrollo de hidrógeno verde en Chile, es que la región del Biobío tiene potenciales consumos domésticos que podrían ayudar a potenciar el desarrollo de la Industria del hidrógeno desde el consumo doméstico como lo indica también la Estrategia Nacional de Hidrógeno.
“En la Universidad de Concepción comenzamos a trabajar desde el año 2019 en crear este ecosistema en la región del Biobío a través del Proyecto Alianza Estratégica de Hidrógeno Verde para el Biobío. Desde ahí, se han evaluado algunos proyectos que podrían desarrollarse y se está trabajando también para poder llegar a evaluaciones de factibilidad y de ahí poder llegar a levantar inversión para concretar esos proyectos en Biobío”, adelantó Andrea Moraga, Gerente de la Unidad de Hidrógeno del Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad de Concepción.
Y precisó: “En la región del Biobío va a haber una planta piloto de la Universidad Católica de la Santísima Concepción que debería empezar a funcionar el próximo año y también está el proyecto de CAP S.A. que adjudicaron fondos que estaban comprometidos en la Estrategia para poder comprar un electrolizador y ese proyecto se debería concretar antes del año 2025”.
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