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En la actualidad, la matriz energética boliviana cuenta con apenas 3177 MW de capacidad instalada, de los cuales un 29% de participación corresponde a energías renovables.
En detalle, esto corresponde a Solar (3,6%), Biomasa (1,6%), Eólica (0,8%), Hidroeléctrica de pasada (9,4%), Hidroeléctrica de embalse (13,7%), de acuerdo con relevamientos del Ministerio de Hidrocarburos y Energía.
Durante una reunión ministerial de países latinoamericanos llevada a cabo esta semana, quien maneja la cartera de renovables para Bolivia declaró que el Estado Plurinacional llevará a cabo un ambicioso plan para incrementar su parque de generación de modo sostenible durante esta década.
“Nuestra matriz al 2030 será predominantemente renovable”, aseguró José María Romay, viceministro de Electricidad y Energías Alternativas de Bolivia.
Aquello implicaría revertir la tendencia hidrocarburífera que hoy representa el 71% del total de la matriz (33,7% de gas, 35,9% ciclo combinado, 1% diesel y 0,2% de fuel) y ampliar el 29% de renovables.
Inclusive, el funcionario de gobierno se animó a pronosticar que al 2025 Bolivia podría cubrir al menos 70% la demanda interna de energía eléctrica con fuentes renovables.
Un punto de oportunidad fue advertido en eólica y solar, que en el último tiempo se volvieron las tecnologías preferidas para inversiones del sector eléctrico en este país.
Sin ir demasiado lejos, este semestre se inauguraron dos parques eólicos (el Parque Eólico Warnes de 14,4 MW y el Parque Eólico San Julián de 39,6 MW) y el semestre pasado entró en operaciones uno solar fotovoltaico.
Y es que la nación de «la Puerta del Sol» se abre a nuevas inversiones impulsando cada vez más proyectos sostenibles alineados a la cultura Tiahuanaco y congruentes con los compromisos de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París.
José María Romay, viceministro de Electricidad y Energías Alternativas de Bolivia.
Solo en tecnología hidroeléctrica el horizonte de expansión es enorme. El potencial de expansión aprovechable fue calculado en 54,5 GW, según datos relevados en 2018 y ahora plasmados como 216 proyectos detallados en el nuevo portafolio de proyectos energéticos del gobierno.
Aquel recurso renovable firme ya tiene una gran participación en la matriz actual. 23,1% del total de la generación (735 MW) proviene de centrales hidroeléctricas instaladas a las que -según informó el viceministro Romay- pronto se sumarán tres centrales hidroeléctricas en construcción: PH Miguillas (203 MW), PH Ivirizu (290,2 MW) y PH El Cóndor (1,5 MW).
“En este quinquenio se van a poner en operación estas tres plantas hidroeléctricas incorporando a nuestro sistema 495 MW”, adelantó el viceministro.
Ahora bien, además de su plan de crecer en energías renovables para suplirse localmente, Bolivia planifica generar cada vez más excedentes de generación de energía eléctrica para satisfacer demandas extranjeras además del consumo interno.
“Está diseñado así para poder hacer un intercambio o inclusive exportar energía eléctrica a los países vecinos como Brasil o Argentina que tienen grandes demandas anuales de energía eléctrica”, concluyó José María Romay, viceministro de Electricidad y Energías Alternativas de Bolivia.