El T-MEC establece claras disciplinas en distintos sectores productivos. En el energético se llevó a cabo un cambio muy importante respecto al TLCAN para reflejar el espíritu de la Reforma Energética de México y lograr tener congruencia con otros convenios internacionales que suscribió el país como el Tratado Transpacífico y el Acuerdo con la Unión Europea.
El nuevo documento que rige desde el 1 de julio pasado, prevé además cómo deben conducirse las empresas del Estado en el ámbito comercial para que por ejemplo no haya trato discriminatorio o prohibiciones a ciertos subsidios que tengan efectos desfavorables en empresas del sector privado. Esto sería así para que puedan competir en un terreno parejo y transparente.
En caso de que se incumplan aquellas y otras reglas, el capítulo de inversiones del T-MEC garantiza también protección al sector energético y señala una serie de mecanismos posibles de aplicarse llegado el caso de que otros estados o empresas lo requieran.
“El T-MEC contiene mecanismos de solución de controversias internacionales para resolver disputas entre los países. También, en caso de que se afecten intereses de los inversionistas, en particular tienen recurso a mecanismos arbitrales donde las empresas pueden demandar directamente a un gobierno que no esté cumpliendo con los compromisos de inversión pautados en el acuerdo”, detalló Kenneth Smith Ramos, exjefe de la Negociación Técnica del TLCAN en la Secretaría de Economía y actual socio en la firma AGON.
“En este caso, se arma un panel arbitral imparcial que define si en defecto hay un daño y una causal que justifique haber iniciado el panel y el resarcir los daños para la empresa afectada”, amplió Kenneth Smith durante su participación en un evento de IZA Business Centers.
Con lo cual, la correcta implementación del T-MEC podría llevar a México a recuperar la seguridad jurídica para proyectos del sector energético y propiciar nuevas y mayores inversiones en el sector.
Inclusive, el especialista en el Tratado valoró que, respetando lo acordado, se podría impulsar en la región, pero principalmente en México, el desarrollo de un polo de atracción a la inversión energética internacional.
“Si ves a los tres países, por alguna razón, el país más atractivo para recibir inversión extranjera directa es México. Entonces, cuando ves el T-MEC en su totalidad y en particular lo que se introduce en materia energética nos abre la posibilidad, si la jugamos bien en México, de atraer inversión y ser más competitivos en energía”, advirtió el exjefe de la Negociación Técnica del TLCAN.