Brasil ya mira a la producción de hidrógeno verde a partir de diversas fuentes de generación, no sólo por la solar y eólica, que ocupan el segundo y tercer lugar en la matriz eléctrica con 14,3% y 12% respectivamente, sino también mediante las bioenergías (7,8%). 

Tal es así que la Empresa de Pesquisa Energética (EPE) de Brasil lanzó un estudio en el que determina el potencial técnico del hidrógeno y urea mediante biogás de residuos agrícolas, agroindustriales y sólidos y efluentes urbanos, con un horizonte hacia los próximos diez años. 

“Para un país que es un gran productor de alimentos, pero dependiente de las importaciones de fertilizantes, la producción de fertilizantes nitrogenados es una oportunidad estratégica para el desarrollo de la cadena del hidrógeno. También en el transporte y el sistema eléctrico, el hidrógeno puede jugar un papel importante”, destaca la hoja informativa. 

Puntualmente, ya existen plantas de digestión anaerobia en operación en el país, y su potencial asciende de 5,7 Mt H2, en 2021 a 5,9 Mt H2 en 2031, para aquellos casos donde los residuos se concentren en un sólo lugar o que los productos a utilizar se manejen en confinamiento o semi-confinamiento y, por ende, la obtención del biogás se vuelva «relativamente simple». 

“Ello determina que el potencial técnico del hidrógeno residual de la biomasa hacia el 2030 corresponde al 23% del consumo mundial; mientras que para la urea agrícola es superior a 30 veces la demanda en Brasil.”, detalla el documento. 

Asimismo, el biogás residual local podría superar los 80 Mtep y los 97 mil millones de Nm³/a, de acuerdo a estudios complementarios que ya publicó la propia EPE. Hecho que podría captar un mayor volumen de proyectos de dicha índole. 

Aunque se aclara que la decisión de invertir en este recurso energético dependerá de la escala del proyecto y las condiciones del mercado, además de aquellas políticas públicas que se implementen con el fin de eliminar las barreras actuales.

Cabe recordar que la Agencia Nacional de Energía Eléctrica del país adjudicó cuatro centrales termoeléctricas a biomasa y una de residuos sólidos urbanos, por más de 475 MW de potencia, durante las Subastas de Energía Nueva realizadas el año pasado. 

En la LEN A-4 ganaron los proyectos denominados Suzano RRP1 (384 MW) e Iripanga Bioenergía Mococa (25 MW) a un precio promedio de R$ 314,82 MWh (aproximadamente USD 65,95 MWh a tipo de cambio oficial).

Mientras que en la LEN A-5 los hicieron los emprendimientos de biomasa Lasa Lago Azul (21,7 MW) y Nardini Agroindustrial (25 MW), ambos a partir de bagazo de caña de azúcar, a valor medio de R$ 211,65 MWh (USD 44,34 MWh), y la RSU Barueri (20 MW) a R$ 603,5 MWh (USD 126,40 MWh). 

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