El Museo Británico, que abrió sus puertas a mediados del siglo XVIII y expone obras de distintas civilizaciones como los frisos del Partenón que están en disputa, suma una nueva polémica luego de conocerse su plan maestro que incluye la asistencia económica de la empresa de combustibles fósiles BP por un monto de 50 millones de libras esterlinas (unos 63 millones de dólares) para la remodelación de la institución.
El aporte financiero al museo es considerado como “asombrosamente fuera de lugar” y “completamente indefendible” por los activistas medioambientales como Chris Garrard, codirector del grupo de campaña Culture Unstained, que critican el aporte económico ante la emergencia de la crisis climática mundial y acusan a la empresa energética de intentar maquillar de verde su reputación, según consigna The Guardian.
“Ninguna institución cultural que tenga la responsabilidad de educar e informar debería permitir que las empresas de combustibles fósiles les paguen para limpiar su imagen, y menos aún el Museo Británico, que ya ha pasado por esto antes. ¿No han aprendido nada?”, sostuvo por su parte Doug Parr, director de políticas de Greenpeace en el Reino Unido.
En los últimos años, dice el medio, “organizaciones artísticas como la National Portrait Gallery, la Tate y la Royal Opera House han dejado de contar con BP como patrocinador”.
La respuesta de los activistas se produce luego del anuncio de prensa del museo realizado este martes acerca de un contrato de 10 años por valor de 50 millones de libras con BP para financiar “una de las mayores remodelaciones de la historia de la institución” que abrió sus puertas en 1759, informa The Guardian.
El ambicioso proyecto de remodelación o “plan maestro” tiene un costo estimado de 1.000 millones de libras y la compañía energética ayudaría a financiar el 50 por ciento.
El proyecto edilicio busca adaptar el gran edificio de Bloomsbury, en el centro de Londres, y “garantizar su extraordinaria colección en edificios y galerías adaptados al siglo XXI” para exponer “de nuevo toda la colección”, indica el comunicado de prensa del museo.
Según el documento, la “escala, complejidad e importancia del Masterplan lo convierten en uno de los proyectos de remodelación cultural más importantes jamás emprendidos”.
Por otro lado, el museo afirma que durante los trabajos de modernización permanecerá abierto al público, lo cual contrasta con los diez años en que estuvo cerrado el Rijksmuseum de Ámsterdam para su remodelación con un costo de 375 millones de euros o la National Portrait Gallery que luego de tres años reabrió sus puertas, indica el medio.
El monto aportado por el gigante energético nacido de las exploraciones petroleras en Irán a comienzos del siglo pasado se destinará a la renovación arquitectónica de las galerías del sector occidental que albergan las colecciones de objetos del antiguo Egipto, Grecia y Roma.
Sin embargo, para The Art Newspaper la exhibición estará reducida, sobre todo en estás convocantes galerías que albergan las antigüedades que con sus 7.500 m2 representan cerca de un tercio de la superficie del museo e “incluyen la gran sala que alberga los Mármoles del Partenón” con una demanda de restitución del gobierno griego, o la Piedra Rosetta reclamada por Egipto, que se encuentra en las cercanías.
Para la primera fase de renovación convocarán en abril un concurso de arquitectura que pondrá especial atención “a la experiencia en sostenibilidad, tanto medioambiental como económica”, indica The Art Newspaper, aunque no estén definidos aún los plazos de ejecución.
Se trata de la mayor donación “individual” al sector cultural del Reino Unido según el museo, teniendo como antecedentes los 20 millones de libras aportados por la Fundación Garfield Weston, creada por un empresario canadiense, cita el medio.
Entre las repercusiones, citan la del grupo de teatro “BP or Not BP?” realizada en la red social X: “No puedes asociarte con un gran contaminador en 2023 y decir que eres sostenible: ¡¡¡esto es negación del #clima!!! Este acuerdo NO se mantendrá – se detendrá”.
La firma del acuerdo con BP -que viene patrocinando al museo desde 1996- fue aprobado por unanimidad por el patronato del museo presidido por el ex canciller conservador George Osborne.
Parte del proyecto supone un nuevo Centro de Energía que sustituirá el uso de combustibles fósiles por tecnologías con bajas emisiones de carbono ahorrando 1.700 toneladas anuales de dióxido de carbono y harán que el museo sea más sostenible.
Fundado en 1753, el Museo Británico no solo ha recibido protestas de los activistas climáticos, sino hace poco se conoció el escandaloso robo de unas 2000 piezas, sobre todo las no registrados como gemas y joyas de Grecia y Roma, cuya denuncia de faltante fue desatendida por los directivos ya en 2021
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