Las negociaciones en torno a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático continúan siendo un foco de atención para el sector de las energías renovables.
Entre los temas de interés resultantes del Acuerdo de París suscrito por las Partes durante la COP21 (2015), los mecanismos de bonos de carbono internacionales para cumplir con las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) no quieren quedar en el tintero.
De allí que el Artículo 6 sea un gran pendiente y continúe su debate. En particular, incisos como el 6.2 y el 6.4 que despiertan interrogantes en torno a los Internationally Transferred Mitigation Outcomes (ITMOS).
Trabajar por evitar la doble contabilidad es el primer desafío que tendrán los primeros proyectos internacionales que vinculen “países del primer mundo” con “países del tercer mundo”.
En las primeras experiencias bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (CDM, por sus siglas en inglés) hubieron proyectos testigos de aquella problemática.
En conversación con Energía Estratégica, Tomás Stocker, gerente de ventas para Latinoamérica de EnKing International, trajo a colación un caso que toca este tema importante en torno al artículo 6:
“Suiza tiene un proyecto piloto con Perú y uno con Ghana, donde están trabajando mucho el tema de que no haya doble contabilidad”
“Lo que buscan asegurar en ese caso es que si Suiza financia un proyecto en Perú bajo el mecanismo de los ITMOS esos bonos sean contados por Suiza como propios y que Perú no los considere”.
Un segundo tema de debate sería la adicionalidad. ¿Porqué? Para que un bono de carbono exista tiene que generar adicionalidad, esto significa que tiene que hacer algo más allá de lo que sería si no existiese ese flujo de fondos de los bonos de carbono.
En lo que respecta a las reducciones de las emisiones esta deberían ser adicionales a las que se hubiesen producido sin el proyecto, por ejemplo.
Ahora bien, Stocker también advierte que los proyectos que ya son atractivos económicamente por sí mismos generalmente no están contemplados dentro de la adicionalidad. Con lo cual, en el caso de las energías renovables se requeriría un análisis por tecnología, ubicación, impacto o norma.
“El CDM tiene planillas que indica qué es adicional y qué no. Consideran las barreras de entrada al mercado, tecnologías establecidas y más”, indicó el especialista.
Y detalló:
“Como regla general la energía eólica y la energía solar quedaron descartadas de los proyectos de Bonos de Carbono, ya que en sí mismo son rentables y compiten mano a mano con otras tecnologías”.
“Si se trata de una tecnología nueva no desarrollada, vamos a decir como el hidrógeno verde con eólica, por más de que se vea un meganegocio hay muchos riesgos que impiden encontrar fácilmente el capital; con lo cual, si se quiere fomentar esta tecnología sí se puede acceder a los bonos verdes. Pero solar y eólica ya no, porque es tecnología establecida”
“Aunque existen excepciones como cuando eólica o solar son off-grid. Si es así, entras en Least developed countries (LDCs) para Verra.org por ejemplo. Luego cada norma tiene excepciones”.
Dicho aquello, hay aún un montón de detalles que quedan ambiguos y ahí es cuando la COP26 tomaría un rol importante para llegar a definiciones.
“Las reglas que definan cambiarán el juego sobre qué proyectos hacer y cómo”.