La venta de los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta se demoró más de la cuenta. La compañía norteamericana contrató en agosto del año pasado al banco Jefferies para testear el interés del mercado en las siete áreas que posee en el play no convencional de la cuenca Neuquina. El bloque estrella de esa nómina es Bajo del Choique, un campo en la ventana de shale oil donde se perforaron algunos de los pozos con mejor productividad de la cuenca.
Tras una primera ronda de propuestas informales a fines de 2023, ExxonMobil se decidió a salir del país y ordenó a Jefferies que convocara a las petroleras interesadas a presentar ofertas vinculantes por los activos en marzo de este año. Lo llamativo es que 14 meses después de su lanzamiento, el proceso sigue abierto. “Exxon se va a tomar el tiempo que necesite hasta obtener un precio que lo deje conforme. No me extrañaría que esta irresolución se extienda algunos meses más”, indicó un alto directivo de una petrolera internacional que opera en la Argentina. Otro ejecutivo que participa activamente del proceso se ilusionó, no obstante, con tener novedades en las próximas semanas. “Creo que en los próximos 30 o 45 días podría haber un cierre. Pero ya me equivoqué varias veces en las que pensé que el anuncio estaba cerca y no pasó”, admitió.
Un equipo de perforación en Bajo del Choique-La Invernada, el principal campo de Exxon en Vaca Muerta.
Lo que se sabe es que quedan tres ofertas en carrera: la de Tecpetrol, que sumó a socio a Vista para incrementar su poder de fuego; la de Pan American Energy (PAE), que juega en tándem con YPF; y la de Pluspetrol, que participa en soledad. A su vez, otras petroleras locales aspiran a negociar una eventual asociación con quien resulte ganador para aportar financiamiento para desarrollar las áreas. «Tecpetrol y Vista parecerían ser las que hoy tienen una interlocución más fluida con directivos de ExxonMobil en EE.UU. y también de QatarEnergy (socio minoritario de la petrolera estadounidense), pero aún no hay nada definido», explicó un encumbrado directivo del sector, bajo reserva de nombre.
Cambio de estrategia
Una novedad es que ExxonMobil podría modificar su estrategia inicial, que apuntaba a desprenderse en bloque del paquete de sus siete áreas en Vaca Muerta. En los últimos dos meses empezó a evaluar vender algún bloque por separado. Concretamente, la petrolera norteamericana podría desprenderse en forma individual de su participación accionaria en el campo Sierra Chata, un yacimiento con muy buena productividad de shale gas que comparte con Pampa Energía, que opera el área y posee el otro 45,55% del capital social (Exxon posee un 54,45%).
Pampa era el gran candidato a quedarse con el porcentaje del campo que está en manos de la empresa norteamericana, pero desistió en las últimas semanas por no querer convalidar el precio de compra que pretende Jefferies. Un contendiente firme a adquirir esa participación es YPF, que considera que el campo robustecería su porfolio de activos de gas natural.
Sierra Chata es la única de las siete áreas de la compañía norteamericana en la Argentina que no está adjudicada a ExxonMobil Exploration and Production Argentina —una sociedad entre la corporación estadounidense (70%) y QatarEnergy (ex Qatar Gas, 30%)—, sino que está en poder de Mobil S.A., otra subsidiaria de la petrolera con casa matriz en Texas.
Al momento de presentar las propuestas económicas, Jefferies pidió a los interesados que estructuren sus ofertas en dos: por un lado, la cifra por Sierra Chata por separado, y por el otro, la propuesta por las otras seis áreas (Bajo del Choique-La Invernada, Loma del Molle, Los Toldos II Oeste, Los Toldos I Sur, Pampa de las Yeguas y Parva Negra Este). Aún así, la idea original de ExxonMobil era desprenderse del paquete de los siete bloques en un solo movimiento, pero esa consigna podría modificarse.
Según indicaron fuentes privadas a este medio, YPF es la única petrolera de las que están en carrera que tiene interés en adquirir un campo eminentemente gasífero como Sierra Chata. Tecpetrol, con Fortín de Piedra; Pluspetrol, con La Calera, y PAE, con Aguada Pichana Oeste-Aguada de Castro, ya cuentan con reservas de gas a largo plazo. En tanto que Vista está concentrado hoy en la producción de shale oil.
YPF, en cambio, considera que Sierra Chata aportaría valor a su porfolio de bloques gasíferos para apuntalar el proyecto de exportación de Gas Natural Licuado (GNL) que impulsa el presidente y CEO de la empresa, Horacio Marín. “Jefferies comunicó a principios de septiembre que Sierra Chata podría venderse por fuera del resto de los activos, pero no hay nada definido”, reconoció una de las fuentes consultadas.
Solución «de mercado»
La segunda novedad vinculada a la salida de ExxonMobil de la Argentina está dada por una decisión de Neuquén, que finalmente optó por no intervenir de manera directa en el proceso de venta de los bloques de la petrolera norteamericana en la provincia.
A principios de año, la gobernación que encabeza Rolando Figueroa aspiraba a ser parte activa en la elección del nuevo operador de esos campos. Era una pretensión lógica: desde la reforma constitucional del ’94, la provincia patagónica es dueña de los recursos hidrocarburíferos que explotan los concesionarios petroleros y es la autoridad de aplicación de la actividad hidrocarburífera.
Allegados a la administración provincial consideran que parte del precio de los activos en Vaca Muerta de la compañía estadounidense —que muy probablemente se terminen vendiendo en una cifra superior a los US$ 1500 millones— se explica por el deriskeo de la ventana no convencional de petróleo a partir del desarrollo de áreas contiguas a las que opera ExxonMobil. «La gobernación está obligada a analizar a fondo todas las herramientas a su alcance para que la provincia obtenga un rédito si una petrolera decide retirarse de la cuenca.
En esa clave, en un primer momento, la administración de Figueroa evaluó hacer uso de un derecho contractual que posee Gas y Petróleo de Neuquén, la petrolera provincial. GyP —socio minoritario con un 10% de las áreas concesionadas a ExxonMobil— cuenta con un derecho de preferencia —Right or First Refusal (RoFR) por sus siglas en inglés—, que básicamente habilita a la empresa a emparejar y desempatar a su favor la mejor oferta recibida por ExxonMobil por su paquete de activos o por cada área por separado. En esa clave, durante la primera mitad del año Neuquén exploró alternativas para poner en valor el poder de ese instrumento, pero hoy la tesitura de la gobernación es otra: fuentes cercanas al mandatario neuquino señalaron que la provincia aspira a que el proceso de venta de ExxonMobil se termine resolviendo por una solución ‘de mercado’, según la cual el comprador de los activos sea aquel que presente la mejor oferta económica a ExxonMobil, sin que la provincia haga uso del derecho contractual que posee GyP.
Si la decisión estuviese en cabeza de la provincia, a la gobernación le gustaría que la resolución de la carrera por las áreas de ExxonMobil tenga un carácter ‘sistémico’, en el sentido de que incluya a varias de las petroleras que participaron del proceso de venta. Eso implicaría que las empresas que están en la recta final negocien una subdivisión de los bloques de forma tal cada uno adquiera una porción de acreaje en Vaca Muerta. Sin embargo, fuentes privadas consultadas por este medio le quitaron fuerza a esa visión. “Es muy complejo, se necesitaría mucho liderazgo para poder negociar una solución de ese tipo. Hoy no lo veo”, admitieron en una de las empresas.
, Nicolas Gandini