La Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf), que conduce a nivel nacional Guillermo Moser, rechazó hoy la posibilidad de que se privaticen las centrales nucleares y se pronunció por “la seguridad y la soberanía energética” de la Argentina.
La Fatylyf, el Sindicato Luz y Fuerza Regional (Sirelyf) y su par de la Zona del Paraná, que conducen Moser, Máximo Brizuela y Sergio Vergara y tienen ámbito de representación en la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), señalaron hoy su “profunda preocupación y rechazo” ante “esos intentos de privatización” del Gobierno.
“La ley ‘Bases’ enviada por el presidente Javier Milei al Congreso procura avanzar con la privatización de empresas públicas, y el anexo de la norma incluyó a NASA. Las centrales nucleares son un pilar fundamental en la generación de energía y no solo proveen electricidad a millones de hogares y empresas sino que contribuyen a la soberanía energética y al desarrollo tecnológico”, sostuvo el gremio lucifuercista.
Un documento firmado por esos dirigentes sostuvo que “la seguridad, eficiencia y continuidad del suministro dependen de su correcto funcionamiento y gestión”, afirmó que el país “es pionero y referente en el desarrollo nuclear con fines pacíficos en la región” y expresó que “el prestigio obtenido fue producto del compromiso de los trabajadores y del correcto manejo de un Estado que cree en el desarrollo energético”.
“Al igual que en los ’90, vuelven a utilizarse viejas recetas y se perciben intentos que procuran transferir la operación de esas centrales a privados, lo que significa un riesgo inaceptable para la Nación”, expresaron los dirigentes gremiales en el documento.
La Fatlyf y esos sindicatos se opusieron a esas medidas oficiales y explicaron que esas centrales nucleares “no son meras infraestructuras sino activos estratégicos para garantizar la seguridad, por lo que su operación debe estar en manos del Estado, que cumple con los más altos estándares en ese sentido y en la protección radiológica”.
Además, enfatizaron que los trabajadores del sector dedicaron años de formación y experiencia para operar esas instalaciones de forma segura y eficiente, por lo que “la privatización arriesgaría ese valioso capital humano”, a la vez que puntualizaron que “la inversión en infraestructura y mantenimiento es esencial para su funcionamiento óptimo”.
“La privatización comprometería la inversión y afectaría la confiabilidad del sistema eléctrico”, añadieron los dirigentes, quienes expresaron también que “el Estado tiene la responsabilidad de garantizar la transparencia en la gestión de esos recursos y, la privatización, dificultaría la supervisión y control ciudadano sobre esas operaciones”.
La Fatlyf indicó además que las centrales nucleares desarrollaron tecnología de vanguardia, por lo que privatizarlas permitiría que “esa tecnología cayese en manos extranjeras, perdiendo una ventaja estratégica para la Argentina”, y puntualizó que la iniciativa oficial es “un grave error que arriesgaría la seguridad, la economía y el futuro”.
“Los trabajadores se oponen a cualquier intento de despojar al Estado de su rol fundamental en la gestión de esas instalaciones. Es inaceptable que el país regale décadas de desarrollo y conocimiento. El trabajo y el esfuerzo contribuyeron a ganar el respeto mundial con múltiples acciones, como la construcción del reactor Carem, el primero 100% nacional, que direcciona a la Argentina a convertirse en líder internacional en el segmento de los reactores modulares de baja y media potencia”, concluyó el gremio.
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