Las autoridades energéticas de Argentina y Bolivia estiraron hasta el 31 de marzo la negociación de una adenda al contrato de importación de gas natural para lo que resta de 2022.
Hasta el momento no está garantizada la provisión en el invierno y el país, en caso de no llegar a un acuerdo satisfactorio, deberá importar combustibles más caros.
Entretanto, las empresas estatales Integración Energética Argentina (Ieasa, ex Enarsa) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) acordaron que el volumen mínimo entregado en los próximos dos meses será de 7,5 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d), que representa una baja respecto a los 11 MMm3/d del año anterior.
ABASTECIMIENTO DE ENERGÍA
La cuestión es central para el abastecimiento en invierno, momento en que la demanda local supera a la producción.
Entonces el país debe recurrir a importaciones de gas natural, gas licuado (GNL) y combustibles líquidos para satisfacer el consumo de hogares y centrales térmicas que generan energía eléctrica.
Es que el gas que no entregue Bolivia -que sufre una brutal caída en su oferta- en los meses más fríos del año se deberá compensar con mayores compras en el exterior. El impacto negativo en la Argentina es triple.
- En lo comercial, habrá que importar más caro, con su consecuente efecto en la salida de dólares de unas reservas internacionales del BCRA ya estrechas.
- En lo fiscal, se elevará la cuenta de subsidios en pesos. Los costos medios de abastecimiento de gas (hoy estimado en 4,84 dólares por millón de BTU) y de energía eléctrica (cercano a los u$s 70 por megavatio-hora, MWh) crecerán y no se trasladará entero a las tarifas.
- Además, la operación implica algunas complicaciones logísticas en cuanto a la infraestructura de transporte (falta de capacidad en los gasoductos), ya que se debería llevar el gas que entra en las terminales portuarias de Buenos Aires hasta el norte (Tucumán, Salta y Jujuy).
Los negociadores argentinos están molestos porque Bolivia prioriza su contrato de exportación de gas natural a Brasil.
La baja en su producción la compensa enviando menos hacia este lado. En las últimas tratativas, YPFB había propuesto entregar apenas 9 MMm3/d en invierno, un 35% menos que el año pasado.
A pesar de la exitosa puesta en marcha del Plan Gas, una serie de restricciones operativas conformaron una tormenta perfecta en energía, que impactará por la doble vía de la salida de dólares y el crecimiento de los subsidios.
En principio, la sequía en Brasil y los ríos del Comahue resta generación hidroeléctrica barata en Yacyretá, Salto Grande y El Chocón, que se eroga a razón de 20 dólares por megavatio-hora.
La falta de un gasoducto nuevo para transportar gas impide elevar la producción local y las dificultades financieras que atravesó el país desde 2018 impidió que se realizaran nuevas subastas de energías renovables para ampliar la oferta nacional.
fuente: https://www.cronista.com/economia-politica/gas-argentina-y-bolivia-seguiran-negociando-para-tener-energia-en-invierno/